No volver¨¢n a verse partidos disputados en lodazales, en campos anegados donde el bal¨®n rueda con dificultad y apenas bota. Los m¨¢s de 60 litros por metro cuadrado y hora ca¨ªdos durante algunos encuentros de esta temporada hubieran supuesto, hace a?os, casi inevitablemente, la suspensi¨®n de los mismos. Sin embargo, ahora todos los campos de LaLiga deben ser capaces de resistir precipitaciones de al menos 50 litros por metro cuadrado y hora. El secreto de esos c¨¦spedes siempre lustrosos se halla enterrado en varias capas a medio metro bajo la superficie. Los desvelan los responsables de cuatro equipos del norte.
Para los equipos del norte jugar por imperativo climatol¨®gico en c¨¦spedes pesados supon¨ªa un h¨¢ndicap que les colocaba en desventaja: m¨¢s cansancio y mayor riesgo de lesiones. Los m¨²sculos se cargaban m¨¢s y, a mismo esfuerzo, sufr¨ªan m¨¢s fatiga y peor recuperaci¨®n. Por ello, LaLiga se propuso erradicar ese peligro y concienciar de que, como dice el coordinador de calidad de los terrenos de juego de LaLiga, Pedro Fern¨¢ndez-Bola?os, "los c¨¦spedes de los estadios no son el m¨¢s caro de los jardines, sino el m¨¢s barato de los jugadores". "Al cabo de una temporada, un buen c¨¦sped reduce las lesiones, lo que equivale, a la postre, a contar con un futbolista m¨¢s".
Infograf¨ªa: Juan S¨¢nchez Mayordomo. Fuente: LaLiga y Royalverd
Las directrices para que los terrenos de juego de LaLiga aguanten inclemencias han obligado a los clubes a cambiar dr¨¢sticamente el subsuelo de sus estadios. La mayor¨ªa cuentan con un sistema de drenaje llamado de acu¨ªferos suspendidos, inspirado en los greens de golf, que pueden llegar a soportar hasta diez veces m¨¢s del m¨ªnimo exigido. "Lo importante est¨¢ debajo del c¨¦sped", apunta Fern¨¢ndez-Bola?os, antes de desgranar las capas que componen el sistema (v¨¦ase infograf¨ªa): Cada brizna echa ra¨ªz en una capa con la materia org¨¢nica justa para su subsistencia, bajo la cual hay 30 cent¨ªmetros de arena, luego 15 de grava y, despu¨¦s, tuber¨ªas que desalojan el agua afuera de las rayas del campo, ya en torno a 50 cent¨ªmetros por debajo del nivel de la superficie donde se juega. "Es la l¨®gica opuesta a la del cultivo: no pretendemos que el agua se quede junto a la ra¨ªz de la planta para retener los nutrientes, sino que la mayor parte se filtre y contin¨²e infiltrando hasta salir", explica Fern¨¢ndez-Bola?os.
Con las reformas de los terrenos de juego, que se han generalizado en el ¨²ltimo lustro, se han cumplido ya al menos tres objetivos. El primero, el de la seguridad para los jugadores. Destaca Fern¨¢ndez-Bola?os que se han reducido las lesiones sin contacto. Pero tambi¨¦n se ha mejorado la jugabilidad ¡ªel bal¨®n corre y bota igual en cualquier estadio¡ª y, tambi¨¦n, la est¨¦tica. "El f¨²tbol es un espect¨¢culo televisivo y, para el que lo ve, importa mucho c¨®mo lucen las l¨ªneas de siega o que no se vean calvas en el c¨¦sped o deterioros", explica Fern¨¢ndez-Bola?os. Los campos embarrados eran una amenaza para las tres metas y, elimin¨¢ndolos de la ecuaci¨®n, han igualado la competici¨®n, opina. A excepci¨®n del N¨¤stic-AD Alcorc¨®n de octubre de 2018, en que en plena gota fr¨ªa un rayo provoc¨® un apag¨®n, el ¨²ltimo partido suspendido por lluvia fue un SD Huesca - FC Barcelona B de 2012.
Ipurua
Gorka Unamuno, responsable de infraestructuras de la SD Eibar, tiene claro que el c¨¦sped "fue una inversi¨®n deportiva m¨¢s. Quer¨ªamos que Ipurua fuera un fort¨ªn y, para un equipo que desea la iniciativa del juego, un c¨¦sped ¨®ptimo suma puntos". Este arquitecto t¨¦cnico lleg¨® al club en 2014, con el ascenso a LaLiga Santander, para supervisar las obras del estadio y pronto descubri¨® hasta qu¨¦ punto la base de todo estaba en el c¨¦sped. En 2012 hab¨ªan instalado ya un sistema de drenaje nuevo (en su caso, con 20 cent¨ªmetros de capa de enraizamiento de arena y 20 de grava y canalizaciones laterales para el desag¨¹e), pero no quisieron quedarse ah¨ª. Hace menos de un mes, contra el FC Barcelona, estrenaron su nuevo c¨¦sped h¨ªbrido. "Los filamentos artificiales de la base conducen mejor el agua hacia abajo", indica Unamuno. Contra el Real Madrid vivieron, dice, "la aut¨¦ntica prueba de fuego", de la que salieron m¨¢s que airosos. Con dos tercios del campo cargad¨ªsimos de agua, el bal¨®n no vio su circulaci¨®n afectada. No se levant¨® ning¨²n pedazo de hierba ni perdieron agarre los futbolistas. "Fue incre¨ªblemente bien, l¨¢stima el resultado".
Ipurua es el espejo en que Juan Carlos Sanz quiere que se mire El Sadar, estadio del CA Osasuna, que define como gemelo porque tienen condiciones similares. Al final de la temporada renovar¨¢n un sistema de drenaje que tiene 52 a?os imitando lo hecho por el Eibar e, incluso, si finalmente pudieran, calefact¨¢ndolo (medida ¨²til contra nevadas, no infrecuentes en Pamplona). Sanz lleva 32 a?os vinculado al club. Empez¨® de entrenador en la cantera y termin¨® encarg¨¢ndose del c¨¦sped tras estudiar de forma autodidacta con un ingeniero agr¨®nomo y revistas extranjeras. "Nada tiene que ver con c¨®mo eran antes las cosas. No hab¨ªas acabado de trabajar un lado del campo y el anterior ya era un lodazal. Ahora el f¨²tbol es m¨¢s r¨¢pido y t¨¦cnico porque los c¨¦spedes ya no disimulan la falta de calidad", explica.
Bala¨ªdos
"Aqu¨ª puede caer la mundial en media hora, pero te aseguro, yo que llevo aqu¨ª 25 a?os, que no volver¨¢s a ver el c¨¦sped de Bala¨ªdos inundado". Quien se pronuncia con esa seguridad es Julio Vargas, director de instalaciones del Real Club Celta de Vigo. Es uno de los campos de donde se guardan instant¨¢neas m¨¢s impactantes, rebosando de agua, y, por eso, hoy uno de los m¨¢s eficientes combatiendo los efectos de la lluvia. Por eso y porque en los a?os noventa, coincidiendo con terrenos de juego en mal estado, se incrementaron una barbaridad las lesiones musculares. La primera medida adoptada, por el alto nivel fre¨¢tico, fue elevar la altura del terreno de juego. Para un mejor drenaje, bajo la capa de enraizamiento de la hierba instalaron otra de grava de 40 cm y unas 40 tuber¨ªas de desag¨¹e, en ambos casos, el doble de lo habitual. "Recuerdo un partido ya a principios de este siglo. Casi 30.000 personas en la grada mientras ca¨ªa un torment¨®n con vientos huracanados. Cuando el ¨¢rbitro pit¨® el final nadie pod¨ªa salir porque el agua, fuera y en algunos puntos de la grada, llegaba a las rodillas. Y el partido se jug¨® sin problemas", cuenta Vargas, quien asegura que en las auditor¨ªas a las que son sometidos los clubes por parte de LaLiga han podido demostrar que su c¨¦sped es capaz de absorber m¨¢s de 80 litros por metro cuadrado y hora.
John Stewart, escoc¨¦s ¡ªy gaitero¡ª, aunque ya casi un alav¨¦s m¨¢s, estudi¨® en su pa¨ªs como carrera el cuidado de los campos de golf. En Espa?a no exist¨ªa nada parecido. "El conocimiento que hemos adquirido es el gran culpable de la inmensa evoluci¨®n. Antes ¨ªbamos 20 a?os por detr¨¢s de los campos ingleses, ahora ya no hay diferencias", cuenta Stewart, responsable del c¨¦sped de Mendizorroza. Recuerda que ciertas pr¨¢cticas, hoy habituales en todos los campos, no llegaron al f¨²tbol espa?ol "hasta que no las import¨® [John Benjamin] Toshack, siendo entrenador de la Real Sociedad en los ochenta". Como pinchar el c¨¦sped unos d¨ªas antes de que se dispute el partido con agujas y hasta una profundidad de no mucho m¨¢s de una decena de cent¨ªmetros, "como con una m¨¢quina de coser", recuerda tambi¨¦n el proceso Fern¨¢ndez-Bola?os. Tampoco se compactaba con la segadora, para que el c¨¦sped pueda airearse y filtrar mejor.
"Lo mejor de todo no es solo el avance", dice Stewart, "sino que cuando tenemos un problema todos los responsables de c¨¦spedes de los equipos de LaLiga podemos aconsejarnos entre nosotros y, en ¨²ltima instancia, podemos llamar a Pedro [Fern¨¢ndez-Bola?os]".
*Las fotograf¨ªas de los campos de Bala¨ªdos y Ipurua son de LaLiga y archivo de As.
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