M¨¢s corredoras que corredores en las calles

Cuando el italiano Gianni Poli gan¨® el marat¨®n de Nueva York de 1986, cruz¨® la meta con un tiempo de 2h 11m 6s y, ese mismo d¨ªa, la noruega Grete Waitz fue la primera clasificada de la categor¨ªa femenina, con un crono de 2h 28m 6s. Los vencedores de la ¨²ltima edici¨®n del marat¨®n m¨¢s popular del mundo, Geoffrey Kamworor y Joyciline Jepkosgei, kenianos ambos, rodaron bastante m¨¢s r¨¢pido, 2h 8m 13s, para ¨¦l, y 2h 22m 38s, ella.

Los corredores de ¨¦lite cada vez galopan m¨¢s veloces y terminar un marat¨®n en menos de dos horas ha dejado de ser ciencia ficci¨®n desde que, en octubre, Eliud Kipchoge completara los 42,195 kil¨®metros en el Prater de Viena a un ritmo de 2m 50s el kil¨®metro.

Pero, los tiempazos de los atletas top, gente de organismo privilegiado, con pulmones may¨²sculos y piernas inmunes al ¨¢cido l¨¢ctico, son la excepci¨®n a la norma que impera en las carreras atl¨¦ticas: los participantes cada vez son m¨¢s lentos. El estudio The state of running 2019 (radiograf¨ªa de las carreras, 2019) ha recopilado m¨¢s de 100 millones de datos de 70.000 carreras, entre 1986 y 2018, y concluye que si bien nunca hubo tanta gente corriendo, se ha producido una ca¨ªda dr¨¢stica del ritmo por kil¨®metro. En 1986 el tiempo medio de un finisher de marat¨®n era de 3h 52m 35s, mientras que ahora la marca media supera las cuatro horas y media: 4h 32m 49s.

El estudio alumbra un dato que, hasta ahora, era in¨¦dito: las mujeres ya son mayor¨ªa en las carreras. El salto ha sido espectacular porque en 1986 su cuota estaba por debajo del 20% en las listas de inscritos y en la actualidad ya rebasan el 50%. El informe detalla que la presencia femenina es especialmente significativa en las pruebas de cinco kil¨®metros, donde suman m¨¢s del 60% de los dorsales. Por pa¨ªses, las f¨¦minas pisan fuerte en Islandia, Estados Unidos y Canad¨¢. En cambio, en Suiza, Jap¨®n, la India o Italia es donde ellas menos corren.

La publicaci¨®n, patrocinada por el portal RunRepeat, es una enciclopedia de datos de atletismo y se autodefine como ¡°el mayor estudio de la historia de resultados de carreras¡±. Se ha recopilado informaci¨®n del 96% de las carreras que se organizan en Estados Unidos y un 91% de los resultados de las que se celebran en la Uni¨®n Europea, Canad¨¢ y Australia, as¨ª como una gran parte de las pruebas de Asia, ?frica y Am¨¦rica del Sur. La investigaci¨®n excluye a los resultados registrados por los atletas de ¨¦lite y se centra en ¡°los corredores populares¡±.

Las conclusiones arrojan que, a lo largo de las ¨²ltimas tres d¨¦cadas, se ha dado un notable aumento del n¨²mero de inscripciones en carreras de todas las distancias, desde los cinco kil¨®metros hasta el marat¨®n, si bien el entusiasmo se estabiliz¨® a la baja a partir de 2016, el a?o pico. El estudio pone de relieve que la edad no es un l¨ªmite para calzarse las zapatillas y pegarse un dorsal al pecho, porque en 1986 la media de edad de los corredores era de 35,2 a?os y los datos m¨¢s recientes la elevan hasta los 39,3 a?os. El factor cumplea?os tiene un efecto llamada, seg¨²n los datos del estudio, porque al entrar una d¨¦cada nueva y estrenar la categor¨ªa de treinta?ero o cuarent¨®n, o el t¨ªtulo de cincuent¨®n, las posibilidades de apuntarse a un marat¨®n crecen un 13,3% o, en el caso de las mujeres, hasta un 15%. Aquellos que est¨¢n en la franja entre 40 y 50 a?os sienten un creciente inter¨¦s por la distancia m¨ªtica y su peso en la lista de inscritos ha crecido del 24,7% hasta el 28,6%. En cambio, el protagonismo maratoniano de los que est¨¢n entre los 20 y 30 a?os se deshincha notablemente, del 23,2% al 15,4%.

La exhaustiva exploraci¨®n de datos de carreras tambi¨¦n permite dibujar un perfil de corredores por pa¨ªses. Ah¨ª destaca que son los maratonianos espa?oles los que m¨¢s r¨¢pido llegan a la meta, con una marca media de 3h 55m, seguidos por los suizos y los portugueses. En el caso de las mujeres, las espa?olas son las cuartas m¨¢s veloces, con una marca media de 4h 14m, por detr¨¢s de las suizas, las islandesasy las ucranianas.

El estudio lo dice todo, pero, tal vez para no reventar las estad¨ªsticas, olvida contabilizar cu¨¢ntos ¡°nunca m¨¢s¡±, se escuchan tras cruzar la l¨ªnea de llegada.