El sexo del entrenador no debe importar
Con Am¨¦lie Mauresmo, las preguntas que me hac¨ªan cuando perd¨ªa partidos se refer¨ªan a nuestra relaci¨®n
Cuando mi hermano y yo ¨¦ramos peque?os, viv¨ªamos muy cerca de las pistas de tenis locales de Dunblane (Escocia). Dado que mi madre jugaba al tenis razonablemente bien y tambi¨¦n era entrenadora, era inevitable que nosotros acab¨¢semos jugando.
Mi madre tiene una gran energ¨ªa, es adicta al trabajo desde que nosotros ¨¦ramos j¨®venes, y a menudo se levanta a las cuatro de la ma?ana para comenzar su jornada. Para m¨ª es un modelo por su determinaci¨®n, su ¨¦tica de trabajo y su fuerza para hacer lo que quiere. Todav¨ªa hoy sigue viajando a todas partes y ense?ando en las pistas, e intenta acercar ...
Cuando mi hermano y yo ¨¦ramos peque?os, viv¨ªamos muy cerca de las pistas de tenis locales de Dunblane (Escocia). Dado que mi madre jugaba al tenis razonablemente bien y tambi¨¦n era entrenadora, era inevitable que nosotros acab¨¢semos jugando.
Mi madre tiene una gran energ¨ªa, es adicta al trabajo desde que nosotros ¨¦ramos j¨®venes, y a menudo se levanta a las cuatro de la ma?ana para comenzar su jornada. Para m¨ª es un modelo por su determinaci¨®n, su ¨¦tica de trabajo y su fuerza para hacer lo que quiere. Todav¨ªa hoy sigue viajando a todas partes y ense?ando en las pistas, e intenta acercar el tenis a las masas y dar a los ni?os, a las chicas y a las entrenadoras una oportunidad.
Desde muy joven me entren¨® mi madre y he tenido muy buenas experiencias con entrenadoras durante toda mi carrera como tenista. Pero cuando me hice profesional, me fij¨¦ en que b¨¢sicamente todos los jugadores varones ten¨ªan un entrenador y, en la mayor¨ªa de los casos, un equipo de apoyo formado solo por hombres.
En 2014, cuando buscaba a un nuevo preparador, quer¨ªa trabajar con alg¨²n extenista, porque creo que un exjugador puede ayudar mucho en el aspecto psicol¨®gico y entiende las presiones de participar en los grandes torneos y ganarlos. Al igual que yo, Am¨¦lie Mauresmo se hab¨ªa enfrentado a los nervios y superado el obst¨¢culo de ganar grandes partidos, y ten¨ªa la sensaci¨®n de que me entender¨ªa en ese aspecto.
Al ver la reacci¨®n al nombramiento de Am¨¦lie como mi entrenadora, incluso entre personas cercanas a m¨ª, me di cuenta de que hab¨ªa un problema. La raz¨®n por la que la cuestionaban se basaba puramente en el sexo, no en su capacidad ni en lo que hab¨ªa logrado en su trayectoria deportiva.
Me fue bien con Am¨¦lie y llegu¨¦ a finales de Grand Slam, pero mucha gente consideraba que la ¨¦poca en que trabajamos juntos fue un fracaso porque no gan¨¦ ning¨²n grande. Le echaban la culpa a ella, pero no ocurri¨® lo mismo con mis otros entrenadores; el problema siempre era yo, y yo era el objeto de las cr¨ªticas cuando perd¨ªa. Con Am¨¦lie, las preguntas que me hac¨ªan buena parte del tiempo cuando perd¨ªa partidos hac¨ªan referencia a nuestra relaci¨®n. En ning¨²n otro momento de mi carrera me ha pasado eso.
Los mejores entrenadores deber¨ªan ser las personas mejores para el trabajo. Es imposible que en los Juegos Ol¨ªmpicos [los Juegos de R¨ªo 2016] las mujeres representen solo el 11% de los mejores entrenadores; est¨¢ claro que hay que trabajar m¨¢s en este aspecto. En lo que a empuje, destreza e inteligencia se refiere, no hay razones para que una mujer no pueda ser tan buena como un hombre, y es de esperar que las cosas cambien cuando a las mujeres se les den m¨¢s oportunidades. Curiosamente, he le¨ªdo que en Tokio habr¨¢ el mayor n¨²mero de competidoras de cualquier edici¨®n de los Juegos (48,8%), de modo que estamos progresando.
De todos los deportes mundiales, el tenis es el mejor en lo que respecta a igualdad de premios econ¨®micos entre jugadores y jugadoras que compiten en los mismos eventos. Pero me resulta curioso que, en lugar de ser algo aplaudido, a menudo se cuestiona dentro del deporte. Atrae a los espectadores, a los patrocinadores, a la televisi¨®n, a todos, as¨ª que no hay que perder el tiempo debatiendo sobre ello; celebr¨¦moslo y utilic¨¦moslo en nuestro beneficio para hacer que el tenis crezca en todo el mundo.
Los Juegos Ol¨ªmpicos tienen tambi¨¦n una importante funci¨®n a la hora de fomentar la igualdad de g¨¦nero. A los espectadores les encanta ver los Juegos porque ven a los mejores atletas, tanto hombres como mujeres. Les entretiene la mezcla de deportistas, y esa es una de las razones por las que es el evento deportivo de m¨¢s ¨¦xito. Cuando compet¨ª por primera vez en los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn, en 2008, vi los dobles mixtos de b¨¢dminton y me encantaron. De modo similar, a los espectadores les encanta ver los dobles mixtos de tenis; m¨¢s deportes deber¨ªan estudiar estos formatos y pensar qu¨¦ pueden hacer y qu¨¦ podr¨ªan desear los seguidores.
Cuando jugu¨¦ el doble mixto con Serena Williams en Wimbledon el a?o pasado fue un buen ejemplo de que este formato atrae a un grupo de espectadores ligeramente distinto. Por lo general, cuando gano o pierdo en Wimbledon, la gente se me acerca y me dice ¡°bien hecho¡± o ¡°mala suerte¡±. Pero con Serena, muchos me dijeron: ¡°Nos ha encantado veros a ti y a Serena jugando juntos. Ha sido genial¡±. La gente disfruta vi¨¦ndolo y deber¨ªamos promoverlo. ?C¨®mo puede alguien no ver que es algo bueno?
Sir Andy Murray ha sido campe¨®n ol¨ªmpico de tenis en 2012 y 2016, adem¨¢s de ganar dos veces Wimbledon (2013 y 2016) y una el US Open (2012).