Garc¨ªa Bragado: ¡°Ahora puedo pensar en un implante de cadera¡±
A sus 50 a?os, el marchador, que tiene a su pareja, suegra y cu?ados contagiados, no renuncia a los Juegos de 2021
Como Ricky Martin, un, dos tres, un pasito pa¡¯lante, Chuso Garc¨ªa Bragado (Madrid, 50 a?os), un pasito pa¡¯atr¨¢s, da pase¨ªtos en su balc¨®n sobre el Bes¨°s que se vierte en el Mediterr¨¢neo y sue?a que marcha feroz por los caminos que del Orihuela del Tremedal suben a los Montes Universales, all¨ª, en un rinc¨®n entre Teruel y Cuenca. Y al terminar el d¨ªa un masaje de David Dom¨ªnguez, marchador y fisio de la isla de San Fernando. Y una charla t¨¦cnica y de m¨¢s cosas con Montse Pastor, que es su pareja y tambi¨¦n su entrenadora.
Sue?a y anda y anda y alarga solo la zancada cuando baja a hacer la compra a Diagonal Mar, a menos de dos kil¨®metros de su casa en Sant Adri¨¤. ¡°Empec¨¦ el a?o tachando los d¨ªas que me quedaban para los Juegos de Tokio y aunque se haya alargado el calendario sigo haci¨¦ndolo¡±, dice. Garc¨ªa Bragado, un veterano de Barcelona 92 que ya ha cumplido los 50 a?os, no piensa renunciar a sus octavos Juegos Ol¨ªmpicos, aunque la espera crezca, y ser¨¢n los primeros de la historia que se disputen en a?o de 365 d¨ªas e impar (pero no primo: 43x47=2021). ¡°En el fondo, creo, el aplazamiento hasta me viene bien. Como andaba ¨²ltimamente renqueando de la cadera tengo plazo tanto para hacerme un implante o, si no, cuando acabe el confinamiento, seguir los consejos del fisi¨®logo Xabier Leibar y ponerme en manos de Miquel Cos, el fisio del CAR de Sant Cugat para que me magree bien y poderme preparar mejor, con m¨¢s tranquilidad¡±.
El campe¨®n del mundo de 50 kil¨®metros marcha de 1993 no piensa, de todas maneras, solo en el futuro ni se tira de los pelos porque quiz¨¢s podr¨ªa haber cumplido la cuarentena en su apartamento de Font Romeu, en los Pirineos, donde, le dicen, se puede marchar y correr por el bosque y la pista. Como lo hacen los atletas franceses que se han concentrado all¨ª. O haber llegado, como Julia Takacs, a su cueva en Guadix, Granada, donde podr¨ªa poner en la puerta, con vistas al Veleta, que se distingue los d¨ªas claros, una buena cinta de marcha Sky, de esas que permiten m¨¢s intensidad en la pisada, m¨¢s tracci¨®n, que una normal. ¡°Tambi¨¦n Julia puede pensar que el aplazamiento de un a?o le puede venir bien para prepararse a¨²n mejor¡±, dice el marchador de Canillejas. ¡°Pero para muchas mujeres, deportistas ol¨ªmpicas, el retraso les complica un poco los planes, pues muchas hab¨ªan pensado ser madres despu¨¦s de Tokio y volver a prepararse dos a?os despu¨¦s para llegar bien a los Juegos de Par¨ªs 2024, y as¨ª pierden un a?o¡±.
Garc¨ªa Bragado no lleg¨® a tiempo para ir a Font Romeu ni a Guadix, y ahora lo que m¨¢s le preocupa es que se recupere Montse Pastor, quien, como su madre y sus hermanos, dio positivo por la Covid-19 y andaba con un poco de fiebre. ¡°Le extirparon a su madre la ves¨ªcula en el hospital de Belltvitge y, creo que all¨ª se contagiaron todos. Pero podr¨¢n con el virus, seguro¡±, dice. ¡°Ella est¨¢ guardando la cuarentena con su familia y yo estoy solo en casa. Lo que m¨¢s le preocupa es su hermano, que est¨¢ en la UCI¡±.
Una cinta Sky espera Garc¨ªa Bragado que le llegue uno de estos d¨ªas a su piso, cuyo cuarto de estar ya ha transformado en una especie de gimnasio con colchonetas, barras de pesas y otros elementos. Es ahora un aventurero de sal¨®n que practica sobre una cinta de caucho las teor¨ªas sobre el pie, su herramienta y su objeto de conocimiento y fascinaci¨®n, y toda la ciencia que estudia en su carrera de podolog¨ªa, como la teor¨ªa de la pizza, que dice que la rigidez del pie no depende tanto del arco de la planta, el que hace m¨¢s o menos planos los pies de la gente, sino del arco del empeine: si se agarra sin m¨¢s, una porci¨®n de pizza se curva para abajo, blandengue, pero si se la presiona y se la curva de lado a lado, se queda r¨ªgida, y as¨ª el pie.
Y mientras machaca la cinta, andando a m¨¢s de 10 kil¨®metros por hora, Chuso Garc¨ªa Bragado recuerda Doha, el Mundial del calor a medianoche y c¨®mo lo combati¨®, y la humedad, con glicerol y otros l¨ªquidos anticongelantes. ¡°De hecho, si mantienen los Juegos en julio, con calor y humedad, creo que volver¨¦ a Doha a prepararme un par de semanas para aclimatarme¡±, dice. Doha, en Qatar, donde el desierto es civilizaci¨®n urbana, tan lejana ya del desierto de Lawrence de Arabia, con el que so?aba de ni?o, el Empty Quarter (barrio vac¨ªo) entre Om¨¢n y Arabia Saud¨ª, sus noches silenciosas y sus dunas de 200 metros de altura, y all¨ª andar sin parar, y sobre la cinta, Chuso Garc¨ªa Bragado, 50 a?os, amante de la ¨¦pica se mira las cicatrices de operaciones en su cuerpo y se siente un general de Alejandro Magno, pero es un especialista en 50 kil¨®metros marcha que suda, se machaca, sue?a.
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