Hazard y Benzema en el silencio esc¨¦nico de Valdebebas
La conexi¨®n del belga y el franc¨¦s abre un encuentro que se le estaba poniendo muy crudo a los blancos
El Real Madrid ha cambiado las llamadas a las noches de miedo esc¨¦nico en el Bernab¨¦u por las noches de silencio esc¨¦nico en Valdebebas. La pandemia manda. Camino del viernes, el mayor grito en la Ciudad Deportiva blanca solo hab¨ªa podido llegar con el dictamen del VAR, cuando anul¨® el gol del valencianista Rodrigo mediada la primera parte. El partido se le hab¨ªa puesto espeso y gris a los blancos. Entonces, en el minuto 60, Modric, Hazard y Benzema descubrieron un hueco en la defensa contraria...
El Real Madrid ha cambiado las llamadas a las noches de miedo esc¨¦nico en el Bernab¨¦u por las noches de silencio esc¨¦nico en Valdebebas. La pandemia manda. Camino del viernes, el mayor grito en la Ciudad Deportiva blanca solo hab¨ªa podido llegar con el dictamen del VAR, cuando anul¨® el gol del valencianista Rodrigo mediada la primera parte. El partido se le hab¨ªa puesto espeso y gris a los blancos. Entonces, en el minuto 60, Modric, Hazard y Benzema descubrieron un hueco en la defensa contraria, conectaron en la frontal del ¨¢rea y el franc¨¦s, a pase del belga, desahog¨® a los locales.
Era la segunda asistencia en dos encuentros seguidos de Hazard, tantas como en sus 15 encuentros previos en todas las competiciones. Hasta poco antes de esa acci¨®n, su actuaci¨®n se estaba pareciendo bastante al silencio ambiental que domina ahora el f¨²tbol mundial. Apenas hab¨ªa dejado migas en el Di St¨¦fano. Su desempe?o, eso s¨ª, no era muy diferente al del resto de sus compa?eros.
Todo empez¨® a virar a la vuelta del intermedio. Tras una primera parte con dudas y grietas en el edificio blanco, los muchachos de Zidane se activaron, Hazard empez¨® a chispear en el ataque local y, en una de esas, Modric lo encontr¨® y este prolong¨® hacia su compinche Benzema. No fall¨® el franc¨¦s, que andaba r¨¢cano ante la porter¨ªa contraria, pero que se desquit¨® bien este jueves. Veinte minutos despu¨¦s, con el belga ya en la ducha (lo sustituy¨® Vinicius poco antes), repiti¨® en el 86 con una gran volea y super¨® a Puskas como el quinto m¨¢ximo goleador de la historia del club, con 243 dianas. La celebraci¨®n completa tras la reaparici¨®n triunfal de Asensio, que le asisti¨® en ese segundo tanto particular.
Una secuencia parecida al 1-0 se produjo una hora antes, en la primera parte, con los mismos protagonistas, pero con los papeles cambiados y distinto resultado. Con dificultades en el ataque posicional, los blancos robaron una pelota en el minuto 11 en el centro del campo, conectaron r¨¢pido, Benzema enganch¨® con Hazard y este solo pudo tocarla algo forzado con la pierna izquierda. Cillessen se la sac¨® con la derecha. Un rato despu¨¦s, el desenlace ser¨ªa otro.
El peso de Rodrigo
De arranque, el equipo de Zidane busc¨® mucho la zona de influencia de Hazard. Empez¨® la primera parte volcado en la izquierda, la posici¨®n de partida del ex del Chelsea. Sin embargo, el paso del tiempo hasta el descanso fue diluyendo a los locales, que terminaron inclinados m¨¢s a la derecha, fiados a los centros poco productivos de Carvajal, y expuestos a las contras del Valencia, que amenazaron de lo lindo con un tiro al palo y un tanto anulado por el VAR. A esas alturas, si los madridistas buscaban brotes verdes en la alianza Hazard-Benzema, no encontraron demasiado a lo que agarrarse. Tuvieron que esperar a la vuelta de los vestuarios. El peligro lo estaba poniendo el Valencia ante una defensa laxa. Pesaba m¨¢s Rodrigo que Hazard.
Arriba estaban el belga y el franc¨¦s constre?idos por un armaz¨®n defensivo bien armado, sin el castigado Diakhaby, pero comandado al fondo por un novato (era el quinto partido en Liga de Mangala) y un inexperto como Hugo Guillam¨®n, un defensa de 19 a?os al que pusieron en duda en la cantera valencianista por ser considerado ¡°bajito¡±. Por detr¨¢s quedaban Mendy, Valverde m¨¢s otros tres centrocampistas (Casemiro, Kroos, Modric). Zidane apost¨® por el vigor del uruguayo y la metalurgia del lateral franc¨¦s en un momento donde sobra todo menos f¨ªsico en los vestuarios y en un d¨ªa que no admit¨ªa siestas para los blancos, como la que tanto fastidi¨® al franc¨¦s en la segunda parte contra el Eibar. Les cost¨®, pero Hazard y Benzema rompieron las cadenas que hab¨ªa dispuesto Celades. Y luego surgi¨® Asensio de su particular infierno para sonre¨ªr del todo.