El Bar?a se frustra en Sevilla
Los azulgrana se muestran impotentes y pasan a depender del Madrid, que recuperar¨¢ el liderato liguero si vence este domingo en Anoeta
Al Bar?a le falt¨® el gol de Messi para validar su liderato en Sevilla. Jug¨® para ganar, serio y responsabilizado hasta el descanso, y pudo perder en la reanudaci¨®n despu¨¦s de la intervenci¨®n de Lopetegui, que provoc¨® los arrebatos del Sevilla. Los azulgrana descontaron dos puntos que habilitan al Madrid para recuperar la cabeza si este domingo gana en Anoeta. A fin de cuentas, el Barcelona nunca ha sido un equipo fiable y redondo, tampoco en un partido muy exigente como el del Pizju¨¢n, puede que decisivo para LaLiga.
La sorpresa en Nervi¨®n fue la falta de pegada de sus delanteros despu¨¦s de un buen ejercicio coral, una versi¨®n opuesta precisamente a la ofrecida contra el Legan¨¦s. No fue por un d¨ªa un problema de equipo sino de atacantes y por tanto tambi¨¦n de Messi, que sumaba 37 goles en 38 partidos contra el Sevilla. Aunque le dio muchas vueltas a la contienda, no pudieron el 10 ni el Bar?a para descerrajar la porter¨ªa de Vaclik, ni siquiera en un tramo final en que Ter Stegen se asom¨® al ¨¢rea rival para remar un c¨®rner, se?al de que los barcelonistas quer¨ªan y no pudieron con el Sevilla.
Acabado el rodaje de Luis Su¨¢rez, se cay¨® de la alineaci¨®n Griezmann y regres¨® Braithwaite. No es una cuesti¨®n de calidad individual, ni tampoco de datos, sino de f¨²tbol colectivo y de encaje en un equipo de bricolaje como es el Bar?a. El dan¨¦s ten¨ªa que mejorar aparentemente el juego de Messi o cuanto menos se supone que le viene mejor que la presencia de Griezmann. La elecci¨®n explica las contradicciones de la pol¨ªtica deportiva azulgrana, igualmente visibles en la l¨ªnea de medios, ocupada por volantes muy f¨ªsicos como Arturo Vidal y Rakitic. No jugaba en cambio Arthur, un volante que se oxida sin que se sepa a¨²n si vale o no para el Barcelona, ni el lesionado De Jong, el futbolista fichado en verano para regenerar el juego con Griezmann.
La apuesta barcelonista sorprendi¨® al Sevilla, un plantel fuerte t¨¢ctica y f¨ªsicamente, defendido por dos centrales estupendos como Kound¨¦ y Diego Carlos, y por contra falto de gol a pesar del picante de Ocampos. Al plantel de Lopetegui le sali¨® un agujero en el lateral izquierdo por los movimientos hacia dentro de Messi y las llegadas de Semedo. Muy comprimidos, ambos equipos presionaban y buscaban aire con el robo del bal¨®n y los cambios de orientaci¨®n, mejores en el Barcelona de Piqu¨¦.
Los azulgrana eran m¨¢s agresivos, profundos y verticales que el Sevilla, despu¨¦s de que en el arranque Messi no supiera cerrar una jugada bien armada por Rakitic. La recuperaci¨®n se impon¨ªa a la elaboraci¨®n para suerte del grupo de Seti¨¦n. Tiritaba el Sevilla, impreciso y reiterativo en las faltas, tan solidario en su ¨¢rea que Kound¨¦ alivi¨® a Vaclik en un tiro libre de Messi. Al portero incluso se le escurr¨ªa la pelota por debajo del cuerpo cuando el cuero quedaba a pies del 10. Los movimientos del rosarino y la jerarqu¨ªa de Rakitic empeque?ecieron al equipo de Lopetegui. Hasta la pausa de hidrataci¨®n no aparecieron los medios del Sevilla. No tuvo tiro el Bar?a para coronar su labor y ambici¨®n, m¨¢s estable que de costumbre, incluso en la defensa de su ¨¢rea: alcanzado el descanso ni siquiera hab¨ªa intervenido Ter Stegen.
La impaciencia de Messi
Messi se impacient¨® y destempl¨® porque no consegu¨ªa salir limpio del regate, bien marcado y tambi¨¦n desacertado, falto de chispa, enredado por la zaga de ayudas del Sevilla. No se sabe muy bien qu¨¦ pas¨® en un tumulto iniciado por los improperios del rosarino, que se encar¨® con Diego Carlos. El brasile?o quiso convertir un empuj¨®n en agresi¨®n y el rosarino sali¨® inmaculado del rifirrafe por la complacencia del ¨¢rbitro, igualmente condescendiente con las entradas de los muchachos de Lopetegui.
El encuentro demandaba un punto de pausa y Lopetegui apost¨® por Banega, cerr¨® con tres centrales y adelant¨® a los laterales Navas y Reguil¨®n. El Sevilla despert¨® y dej¨® en evidencia al Bar?a. La mano de Ter Stegen, firme como una pared, sac¨® un disparo de gol a Ocampos y despu¨¦s rechaz¨® un remate de Munir. El choque gir¨® a favor del plantel local, superior en el juego por las bandas, m¨¢s entero que el desfondado y apagado Barcelona.
Quique Seti¨¦n respondi¨® con un cambio sorpresa para recuperar el equilibrio en la divisoria y el control del partido: Arthur sustituy¨® a Braithwaite, m¨¢s defensa que delantero, sin incidencia en la cancha del Sevilla. No hab¨ªa sitio todav¨ªa para Griezmann mientras Arturo Vidal se tiraba a un lado para barrer el frente de ataque como un tercer delantero con Messi y Luis Su¨¢rez.
Al uruguayo le bloqueaban sus chuts al tiempo que Reguil¨®n no consegu¨ªa acabar una transici¨®n con Ter Stegen vendido y rescatado por Alba. Al t¨¦cnico no le qued¨® m¨¢s remedio que recurrir por fin a Griezmann. Y, como tampoco funcion¨® el franc¨¦s, se ech¨® en falta a Ansu Fati. El empate expres¨® fielmente la situaci¨®n del Bar?a: es un equipo estancado. Un resultado frustrante porque si no supo gestionar un partido dif¨ªcilmente gestionar¨¢ LaLiga. Ahora depende del Madrid.
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