El Eibar retrata al Valencia
Un gol en propia puerta de Kondogbia condena a un equipo de Celades muy plano
Como un adolescente nervioso en el baile de fin de curso, el Valencia salt¨® a Ipurua a jugar el bal¨®n en una pista llena de clavos. Plano de f¨²tbol y con los signos vitales emitiendo se?ales de alarma, la tropa de Celades, una ruleta rusa en la salida de bal¨®n, se ahog¨® camino de Europa. Su derrota, merecida, lo aleja de jugar en el continente. Ni siquiera sus l¨ªos con el VAR esconden sus numerosos defectos. Con su victoria, el Eibar marca seis puntos por encima del descenso y gana por primera vez tras el regreso de LaLiga.
En el primer cuarto de hora la estad¨ªstica reflejaba una anomal¨ªa. Los n¨²meros apuntaban a Cillessen como uno de los m¨¢ximos pasadores del Valencia. Tambi¨¦n a Mangala y a Gabriel Paulista. El bal¨®n circulaba entre ellos, pese al riesgo que eso conllevaba, ante la presi¨®n agresiva del Eibar. Con Parejo bajo vigilancia y el once armero muy alto, el pelot¨®n blanquinegro trataba de salir con el bal¨®n jugado por medio de sus dos centrales, ninguno de ellos especialmente cualificado para distribuir la pelota. El m¨¢s capacitado para hacerlo, Hugo Guillam¨®n, estaba en el banco. Bien por descanso, bien por falta de altura, el canterano fue suplente. La realidad es que, hoy por hoy, ning¨²n otro central tiene su temple y su calidad para salir desde atr¨¢s con la pelota jugada.
Otro aspecto chill¨®n resid¨ªa en el once dise?ado de Celades, que trataba de jugar en corto y en horizontal cuando Ipurua aconseja, generalmente, juego directo sobre un delantero centro tipo. Sucedi¨® que ese perfil de punta, Maxi G¨®mez, estaba en el banquillo donde permaneci¨®, significativo, hasta el minuto 83. Y que Guedes, sin espacios para correr, estaba arriba por detr¨¢s de Rodrigo. La gesti¨®n de minutos disputados y esfuerzos en esta liga expr¨¦s pasaba factura. Tambi¨¦n el pastoso juego de Parejo, que ha vuelto del confinamiento jugando al ralent¨ª.
En ese bucle de errores y p¨¦rdidas de bal¨®n en el que estaba girando el Valencia, el Eibar gan¨® un c¨®rner. El centro de Pedro Le¨®n desde la derecha super¨® a Gabriel y a Mangala y golpe¨® en la pierna izquierda de Kondogbia, que marc¨® en propia puerta. Con tres grandotes en el ¨¢rea y su portero bajo palos, los visitantes encajaron un tanto incapaces de neutralizar la previsible tensi¨®n armera en los inicios de partido.
Por el peso de su calidad, que no por juego, nada fluido, en dos correr¨ªas de Ferran Torres y de Gay¨¤ el Valencia estuvo en un tris de empatar. Un centro de Ferran que dej¨® pasar, inteligente, Guedes acab¨® en un tiro desviado de Gay¨¤. Al rato, el extremo tambi¨¦n dispar¨® cruzado. Antes del descanso, Gay¨¤ y Guedes reclamaron dos penaltis. El valenciano por un agarr¨®n de Oliveira que no se revis¨® tras otra incursi¨®n en el ¨¢rea, y el portugu¨¦s por una patada en la cabeza de Cote. El VAR decidi¨® que no hab¨ªa nada.
Con Orellana doblando las bisagras de la zaga blanquinegra, recortando con la derecha, como un jugador de f¨²tbol sala, y centrando o disparando con la zurda, el Eibar explot¨® las debilidades, muchas, de su rival. El chileno gan¨® duelos son suficiencia. S¨®lo Gay¨¤, percutiendo por la izquierda, portaba el estandarte del murci¨¦lago. Omnipresente arriba y abajo, el velocista bloque¨® un chut a porter¨ªa de Rober Correa que llevaba camino de ser el segundo, con Cillessen lanzado al lado contrario.
El meta holand¨¦s mantuvo al Valencia en el partido con varias paradas de m¨¦rito en el segundo acto. El tramo final lo manej¨® Mendilibar con cinco cambios seguidos y su equipo muy intenso en las disputas. Adem¨¢s, Mangala fue expulsado en minuto 90 por doble amonestaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.