Una nueva era en el activismo del deporte mundial
La NBA llega donde nunca se atrevi¨® y la onda expansiva del antirracismo alcanza a todas las competiciones profesionales
El valor y el coraje de Muhammad Al¨ª cuando se neg¨® a ser reclutado en 1966 y solt¨® la famosa frase ¡°no tengo problemas con el Viet Cong¡ porque ning¨²n Viet Cong me ha llamado nigger¡±, subyace en las acciones de las figuras del deporte mundial que esta semana han elevado la intensidad y el despliegue en la ofensiva contra el racismo y la brutalidad policial en Estados Unidos.
La NBA, la de las estrellas a las que sus equipos llegan a pagar 31 millones de euros al a?o, caso de ...
El valor y el coraje de Muhammad Al¨ª cuando se neg¨® a ser reclutado en 1966 y solt¨® la famosa frase ¡°no tengo problemas con el Viet Cong¡ porque ning¨²n Viet Cong me ha llamado nigger¡±, subyace en las acciones de las figuras del deporte mundial que esta semana han elevado la intensidad y el despliegue en la ofensiva contra el racismo y la brutalidad policial en Estados Unidos.
La NBA, la de las estrellas a las que sus equipos llegan a pagar 31 millones de euros al a?o, caso de LeBron James o Kawhi Leonard, ha tocado a rebato. Por primera vez se han suspendido partidos debido a la incomparecencia de los equipos. A su estela, pero con la misma osad¨ªa, se han repetido las acciones que corr¨ªan el riesgo de comprometer o deteriorar carreras deportivas, como les sucedi¨® en 1968 a los velocistas Tommie Smith y John Carlos cuando levantaron cada uno un pu?o con un guante negro en el podio de los 200 metros lisos en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨¦xico.
La simplicidad del argumento de una joven de 22 a?os con un futuro tan brillante desde la perspectiva del star system deja perplejo a quien quiera o¨ªrlo. ¡°Antes de ser atleta, soy una mujer negra. Y como mujer negra, siento que hay asuntos mucho m¨¢s importantes que necesitan atenci¨®n, en lugar de verme jugar al tenis¡±. Esa fue la explicaci¨®n de Naomi Osaka, que reside en Florida y posee la doble nacionalidad japonesa y estadounidense. Es la d¨¦cima en la clasificaci¨®n mundial y el 26 de agosto argument¨® as¨ª su decisi¨®n de no jugar las semifinales del torneo de Cincinatti, tanto o m¨¢s comprometida al tratarse de un deporte y una decisi¨®n individual.
La onda expansiva alcanz¨® a otros deportes, el b¨¦isbol, el f¨²tbol, el f¨²tbol americano, el baloncesto femenino, el golf, el hockey hielo. Los jugadores de la NBA, despu¨¦s de dos reuniones y un intenso debate en el que medi¨® Michael Jordan, aconsej¨® Barack Obama y cambi¨® de opini¨®n LeBron James, decidieron seguir adelante con la temporada en la burbuja del complejo de la ESPN en Disney World. Prevaleci¨® la convicci¨®n de que as¨ª pod¨ªan ser m¨¢s efectivos en su lucha contra el racismo. Y tambi¨¦n seguir avanzando en su empe?o como ya lo hicieron cuando, tras el asesinato de George Floyd el 25 de mayo, obtuvieron el compromiso de la NBA de hacer visible su lucha contra el racismo en los partidos que se disputan en la burbuja debido a la pandemia.
El lema Black Lives Matter preside los partidos, los nombres reivindicativos las camisetas y las rodillas se clavan en el suelo mientras suena el himno antes de cada partido reproduciendo el gesto de protesta que hizo famoso el quarterback de la NFL Colin Kaepernick en 2016 quien afirm¨® entonces: ¡°No voy a levantarme para mostrar orgullo por una bandera de un pa¨ªs que oprime a los negros y a la gente de color¡±. Antes de reanudar la Liga en World Disney, la NBA y el sindicato de jugadores tambi¨¦n se aliaron para invertir 300 millones de d¨®lares en los pr¨®ximos 10 a?os para apoyar a las comunidades negras. Ahora, tras el boicot de los jugadores, han establecido un compromiso para promover y facilitar el voto en los pabellones propiedad de las franquicias para las elecciones de Estados Unidos en noviembre.
Las im¨¢genes del tiroteo por la espalda de los polic¨ªas a Jacob Blake el 23 de agosto en Kenosha (Wisconsin) hizo rebosar el vaso de la paciencia de los jugadores de la NBA. Los deportistas llevan a?os, d¨¦cadas, de lucha contra un racismo que a menudo han sufrido en sus propias carnes. En 1961 ya se produjo un primer boicot, aunque entonces fue en un partido de exhibici¨®n. El legendario Bill Russell y otros jugadores de los Celtics se negaron a jugar despu¨¦s de que un restaurante les negara el servicio. En 1965, el partido de las Estrellas de la AFL (f¨²tbol americano) se traslad¨® en de Nueva Orleans, donde los jugadores negros fueron recibidos con hostilidad, a Houston.
Los casos son innumerables. Al Joyner, campe¨®n ol¨ªmpico de triple salto en Los ?ngeles 84, demand¨® en 1992 a la polic¨ªa por arrestarle sin motivo a punta de pistola. El tenista James Blake fue maltratado por un oficial vestido de civil en 2015 en Nueva York. La casa de LeBron James en Los ?ngeles fue objeto de actos vand¨¢licos y de odio racial en mayo de 2017, poco antes de que la estrella, entonces en los Cleveland Cavaliers, empezara la final contra Golden State. LeBron es uno de los objetivos de los ataques racistas y tambi¨¦n ha sido menospreciado por Donald Trump.
LeBron y los jugadores de Miami Heat, su equipo en marzo de 2012, se pusieron sudaderas con capucha antes de un partido en protesta por la muerte de Trayvon Martin, un adolescente negro que perdi¨® la vida en Florida por los disparos de un coordinador de vigilancia cuando visitaba a sus parientes. Y en 2014, LeBron fue uno de los jugadores que visti¨® una camiseta con el lema I Can¡¯t Breathe (no puedo respirar, las ¨²ltimas palabras pronunciadas por el afroamericano Eric Garner, fallecido cuando estaba bajo custodia de la polic¨ªa de Nueva York en julio de 2014. Y la misma frase con la que George Floyd suplic¨® durante m¨¢s de ocho minutos al polic¨ªa que le inmoviliz¨® el 25 de mayo. Sin ¨¦xito y con un desenlace fatal.
La entrada de Adam Silver como comisionado de la NBA en 2014 coincidi¨® con los comentarios racistas del multimillonario due?o de los Clippers. Donald Sterling, despu¨¦s de que su novia mexicana Vanessa Stiviano publicara una imagen en Instagram con Magic Johnson, le coment¨®: ¡°Me molesta mucho que difundas que te est¨¢s relacionando con gente negra. ?Tienes que hacerlo? Puedes dormir con ellos. Pero no puedes traerlos aqu¨ª¡±. A Silver no le tembl¨® el pulso. La NBA expuls¨® a Sterling de por vida y le impuso una multa de casi dos millones de euros. Aquel episodio marc¨® una l¨ªnea de tolerancia cero con el racismo que la NBA ha reforzado. Pero la lacra no cesa.
En la final de la pasada temporada se produjo un incidente cuando el presidente deportivo de los Raptors Masai Ujiri, nacido en Reino Unido, originario de Nigeria y con pasaporte de Canad¨¢, se dirig¨ªa desde la grada a la cancha para celebrar el t¨ªtulo que acababa de conseguir su equipo en la cancha de Golden State. Un polic¨ªa le cerr¨® el paso y le empuj¨®. Y despu¨¦s le demand¨® ante la justicia asegurando que se hab¨ªa propasado con la autoridad competente. La semana pasada se difundi¨® un v¨ªdeo en el que se aprecia que el polic¨ªa fue quien empuj¨® de mala manera y sin hacer el menor caso a la credencial y a las palabras con las que Ujiri le dec¨ªa que es el presidente deportivo de los Raptors y ten¨ªa derecho a acceder la cancha. Llov¨ªa sobre mojado.
Pero algo ha cambiado de manera sustancial en el deporte estadounidense. Ya no solo son los deportistas quienes reivindican poniendo en riesgo sus carreras. La NBA, sus franquicias, las grandes ligas y entidades de las que dependen los principales deportes, incluso los patrocinadores, han emitido comunicados en los que respaldan y refuerzan esos mensajes antirracistas. Kareem Abdul-Jabbar, uno de los mejores jugadores en la historia de la NBA, explicaba en su columna en The Guardian: ¡°Lo que realmente me impact¨® m¨¢s (el d¨ªa del boicot en la NBA) fue el apoyo instant¨¢neo de otros deportes y atletas. La MLS (f¨²tbol), en la que solo el 26% de los jugadores son negros, pospuso cinco partidos ese d¨ªa. La MLB (b¨¦isbol), con solo un 8% de jugadores afroamericanos, tambi¨¦n aplaz¨® tres partidos. En el tenis, quiz¨¢s el m¨¢s blanco de todos los deportes, Naomi Osaka no quiso jugar las semifinales de Cincinatti y las organizaciones de tenis profesionales apoyaron su postura y aplazaron un d¨ªa el torneo. Nunca me he sentido tan orgulloso de mis compa?eros deportistas¡±. Decididamente, el deporte mundial ha franqueado esta semana un pelda?o crucial en la lucha contra el racismo.