Casemiro, el soldado de las ¨¢reas
El mediocentro, delantero de ni?o en Brasil, resucita su versi¨®n goleadora para mantener en pie al Madrid en Europa tras ser clave en el cl¨¢sico con su pegamento defensivo
Una hora antes de que el cl¨¢sico empezara a inclinarse para el Madrid, Casemiro lo llev¨® al precipicio. El brasile?o, con una amarilla, se lanz¨® por detr¨¢s hacia Messi, que dentro del ¨¢rea se dispon¨ªa a encarar a Varane. O le birlaba el bal¨®n, o le hac¨ªa penalti y era expulsado a los 28 minutos. No hab¨ªa m¨¢s opciones en una acci¨®n que se iba a decidir por cent¨ªmetros y cent¨¦simas. El mediocentro se estir¨® a ras de suelo, pis¨® con violencia la pelota y chaf¨® a La Pulga, que ya hab¨ªa armado...
Una hora antes de que el cl¨¢sico empezara a inclinarse para el Madrid, Casemiro lo llev¨® al precipicio. El brasile?o, con una amarilla, se lanz¨® por detr¨¢s hacia Messi, que dentro del ¨¢rea se dispon¨ªa a encarar a Varane. O le birlaba el bal¨®n, o le hac¨ªa penalti y era expulsado a los 28 minutos. No hab¨ªa m¨¢s opciones en una acci¨®n que se iba a decidir por cent¨ªmetros y cent¨¦simas. El mediocentro se estir¨® a ras de suelo, pis¨® con violencia la pelota y chaf¨® a La Pulga, que ya hab¨ªa armado la pierna izquierda. Tres d¨ªas despu¨¦s, en Alemania, el que estaba en el precipicio era el Madrid y el que lo rescat¨® fue Casemiro con dos intervenciones salvadoras. Primero descolg¨® con p¨¦rtiga un centro defectuoso de Valverde -el uruguayo se llev¨® las manos a la cabeza nada m¨¢s golpearlo- para el 1-2 de Benzema y en el 93 rasc¨® el empate. No se trat¨® tanto del punto que agarr¨® como de los dos que le levant¨® al M?nchengladbach.
¡°En partidos como este, ¨¦l sufre¡±, apuntan desde su entorno. ¡°Piensa que se han hecho muchas cosas bien, pero que el Madrid deber¨ªa solucionarlos antes. De todas formas, en lo personal este encuentro puede marcar su carrera en el club¡±, aseguran. Sus intervenciones en el Borussia-Park o en Barcelona unidas a las de Sergio Ramos en el Camp Nou -tras la ausencia fatal del central ante el Shakhtar- demuestran que la suerte de los blancos se definir¨¢ en gran parte por tipos como ellos. Por su pegamento defensivo y por su participaci¨®n imprescindible en ataque. Como analizan en el club, Casemiro es la tuerca que hace que el conjunto funcione. ¡°?l se define como un soldado del entrenador, siente que cada d¨ªa sale al campo de batalla. Si le das un mensaje, lo cumple, es muy met¨®dico¡±, apuntan en su c¨ªrculo.
En sus inicios, conocido por sus compa?eros como Trakina (cara de galleta), era goleador y marcaba diferencias ante el equipo de Neymar
En el vestuario de Valdebebas, el brasile?o no es el ¨²nico insustituible, pero s¨ª es el ¨²nico que por segunda temporada consecutiva no tiene un doble puro en la plantilla. Una circunstancia que sorprende debido al n¨²mero de minutos que absorbe (el que m¨¢s el a?o pasado, 4.081) y porque, seg¨²n ¨¦l mismo, ocupa ¡°la posici¨®n m¨¢s importante del f¨²tbol¡±. Delantero en sus primeros pasos en el Moreira, cuando era conocido como Trakina (cara de galleta) y derrotaba a la Portuguesa Santista de Neymar con goles suyos, se hizo mediocentro defensivo en el Sao Paulo con 11 a?os porque ah¨ª hab¨ªa menos competencia y ahora afronta solo esa misi¨®n en el Bernab¨¦u.
Sin descanso
Casi nunca hay descanso para Casemiro, tampoco cuando se lo concede de inicio Zidane por las apreturas del calendario. En estos ocho primeros partidos del curso, en dos arranc¨® desde el banquillo en un intento de darle aire, el doble que en toda la campa?a anterior (se perdi¨® otros cuatro por tarjetas o descanso copero). En San Sebasti¨¢n y en casa frente al C¨¢diz se qued¨® en la grada, aunque en ambos casos debi¨® aparecer. Contra los gaditanos, jugaba con el respaldo de los asientos imitando el sonido de un tambor, incr¨¦dulo ante lo que estaba viendo en la primera parte e incapaz despu¨¦s de cambiar el destino del encuentro sobre el c¨¦sped. Tampoco pudo contener a los ucranianos tres d¨ªas m¨¢s tarde pese a sus gritos.
Sin embargo, s¨ª se hizo presente en el cl¨¢sico, ech¨¢ndole el lazo a Messi y pegando las l¨ªneas atr¨¢s junto a Ramos y Valverde para recuperar la cara seria que impuls¨® al Madrid a la ¨²ltima Liga. ?l -"un pesado" consigo mismo que no para de ver f¨²tbol por lejano que sea- fue el m¨¢ximo recuperador de la pasada campa?a, con 8,56 por duelo, dos m¨¢s de los que acumula ahora. En Alemania, en cambio, rescat¨® a su equipo con dos brochazos en el ¨¢rea contraria con la versi¨®n de aquel ni?o de cara redonda al que sus compa?eros apodaban Trakina.
No ha marcado muchos goles en Champions (seis en 54 partidos), aunque casi siempre ha sido en momentos clave: en una final a la Juventus, en dos duelos de octavos (N¨¢poles y PSG), y en dos choques de liguilla muy atravesados, ante el Brujas y sobre la campana en M?nchengladbach. Un dato que apuntala su valor en el vestuario a sus 28 a?os.