Froome se descubre l¨ªder sindical en la Vuelta
El brit¨¢nico encabeza una protesta contra la decisi¨®n de los comisarios que le dio el maillot rojo a Roglic en Suances
El nuevo Chris Froome, la personalidad que ha comenzado a revestir a los 35 a?os y cojo el ciclista que domin¨® el Tour la pasada d¨¦cada, es uno que tira del carro en el llano, que aconseja en las cenas y que lidera protestas en el asfalto, un l¨ªder sindical serio, muy serio, casi temblando de rabia bajo el casco y las gafas como todos aquellos que sienten pose¨ªdos por justa ira, que, en primera fila del pelot¨®n preparado para la salida, entre los maillots distintivos de Guillaume Martin, monta?a, Primoz Roglic, rojo, Richard Carapaz, verde, y Enric Mas, blanco, levanta los brazos e impide que avance el pelot¨®n cuando sue?a el silbato del director de carrera, Javier Guill¨¦n, indic¨¢ndoles que se pongan en marcha.
El motivo de la protesta parece nimio. No es contra las condiciones laborales ni contra el mal tiempo, pues luce el sol en Villaviciosa, donde suceden los hechos, ni contra el peligro de las carreteras o la dureza de la carrera, que les encanta, sino contra una decisi¨®n del jurado t¨¦cnico en la llegada de la v¨ªspera a Suances, 90 metros de altitud, que se sustanci¨® en el c¨®mputo de 3s de retraso aplicado del noveno al 28? clasificado en la meta. Ese era el tiempo justamente que separaba en la general a Roglic, el ganador de la etapa, de Carapaz, el l¨ªder de la carrera, 14? en la etapa y compa?ero de equipo en el Ineos de Froome. Para Carthy, del EF, cuarto en la general y 28? en la etapa, el castigo aumenta hasta los 10s.
Y no son tanto los segundos lo que provocan la indignaci¨®n sino que entienden que el jurado, presidido por el comisario franc¨¦s Didier Simon, ha cambiado el reglamento a aplicar despu¨¦s de la etapa.
Pese a terminar en un repecho al 5%, el reglamento de la Vuelta la clasific¨® como de llegada al sprint. Para ellas, la norma de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI), estipula que tiene que haber un hueco de al menos tres segundos entre dos ciclistas para aplicarles la diferencia de tiempo. Por eso se logra que en las llegadas al sprint todos los concurrentes terminen con el mismo tiempo del primero. Y, repasando las im¨¢genes de la llegada, se aprecia que en ning¨²n momento hay tres segundos entre los ciclistas que cruzan poco a poco la meta en el primer pelot¨®n. Y, de hecho, en la primera clasificaci¨®n que libera el jurado, no hay diferencias de tiempo entre los 29 primeros. Solo a partir del 30?, Bol, se aplica un retraso de 15s. As¨ª, Carapaz segu¨ªa siendo l¨ªder por 3s. Pero pocos minutos despu¨¦s, el jurado da marcha atr¨¢s y pica los 3s de ida y vuelta. ¡°Lo hemos hecho porque, vista la llegada, es m¨¢s de justicia deportiva picar tiempo si hay un hueco de un segundo entre los ciclistas¡±, le explic¨® el presidente del jurado, Simon, a Jos¨¦ Luis de Santos, el presidente del sindicato de ciclistas, que le llam¨® para informarse. ¡°Y, como bien sab¨¦is, todas las normas tienen una coletilla que nos deja a los comisarios discreci¨®n para aplicarlas seg¨²n nuestro criterio¡±. Y De Santos le respondi¨®: ¡°Pero eso no se puede hacer as¨ª, no se pueden cambiar las reglas del juego despu¨¦s de terminada la partida, porque muchos corredores pensando en la regla de los 3s no hicieron el m¨¢ximo para acercarse en la llegada¡±.
Mientras un esquirol del pelot¨®n, Mat¨¦, del Cofidis, intenta partir solo, Froome se sienta en la barra de su bicicleta y le explica sus razones a Javier Guill¨¦n, quien a distancia le dice que le entiende perfectamente, y que est¨¢ de acuerdo, pero que los organizadores no pueden hacer nada, y que a ¨¦l tambi¨¦n le sorprendi¨® la decisi¨®n de los comisarios, la segunda en dos d¨ªas, tras la descalificaci¨®n de Bennett en el sprint de Aguilar de Campoo, que muestran que el sentido de discreci¨®n a la hora de aplicar las reglas es bastante amplio en la testa de Didier Simon.
¡°Pero cambiaron la regla despu¨¦s de la carrera¡±, repite Froome a Guill¨¦n, que solo puede asentir, y que sabe, tras hablar con los comisarios, que estos no volver¨¢n a dar marcha atr¨¢s.
Sin conseguir su objetivo, pero despu¨¦s de haber hecho suficiente ruido para que la UCI lo anote en su agenda y prepare una reuni¨®n para analizar las razones de tanto descontento de los ciclistas, que en el Giro fueron capaces de lograr reducir una etapa a la mitad, con 5m y 18s de retraso, la und¨¦cima etapa de la Vuelta, la reina, parti¨® hacia los osos de Somiedo. Con Roglic de rojo.
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