Inglaterra-Argentina, amor y odio m¨¢s all¨¢ de Maradona
La crispaci¨®n entre los dos pa¨ªses se ha reflejado en la pol¨ªtica, econom¨ªa, guerra y f¨²tbol
La de Inglaterra y Argentina es una relaci¨®n de amor y odio que va m¨¢s all¨¢ del f¨²tbol, de Maradona y del famoso gol de la mano de Dios de 1986. Un amor y un odio que se ha reflejado en la pol¨ªtica, la econom¨ªa, la guerra y, por supuesto, el f¨²tbol.
Todo empez¨® a finales del siglo XVIII, con la presencia militar brit¨¢nica en el R¨ªo de la Plata en apoyo de Portugal frente a Espa?a. Luego, el intento de conquistar Buenos Aires (1806 y 1807): fracas¨®, pero muchos soldados y, sobre todo, comerciantes de los 70 b...
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La de Inglaterra y Argentina es una relaci¨®n de amor y odio que va m¨¢s all¨¢ del f¨²tbol, de Maradona y del famoso gol de la mano de Dios de 1986. Un amor y un odio que se ha reflejado en la pol¨ªtica, la econom¨ªa, la guerra y, por supuesto, el f¨²tbol.
Todo empez¨® a finales del siglo XVIII, con la presencia militar brit¨¢nica en el R¨ªo de la Plata en apoyo de Portugal frente a Espa?a. Luego, el intento de conquistar Buenos Aires (1806 y 1807): fracas¨®, pero muchos soldados y, sobre todo, comerciantes de los 70 barcos mercantes que hab¨ªan viajado al R¨ªo de la Plata, confiados en la victoria militar, decidieron quedarse. Eso marc¨® el origen de una presencia brit¨¢nica reducida pero elitista, que florecer¨ªa con la llegada de la independencia en 1816 y que con el tiempo ayudar¨ªa a expandir los intereses en Argentina del Imperio Brit¨¢nico, cuya experiencia y capital ser¨ªan decisivos para el desarrollo del ferrocarril, la miner¨ªa, el comercio mar¨ªtimo, la carne, la lana, las telecomunicaciones, las instalaciones portuarias, el alcantarillado¡
Los brit¨¢nicos llevaron consigo sus deportes: cr¨ªquet (nunca cuaj¨®), f¨²tbol, polo, rugby, hockey. Y en 1891 fundaron en Argentina la primera liga de f¨²tbol asociaci¨®n del mundo fuera de Gran Breta?a.
Eran las ¨¦pocas del amor, aunque hab¨ªa habido sobresaltos como la toma brit¨¢nica de las Malvinas en 1833 (que pas¨® sin pena ni gloria porque no eran m¨¢s que un matadero para abastecer de carne de cordero a los barcos en el Atl¨¢ntico Sur), o el bloqueo de Buenos Aires en 1840. Pero era un amor interesado, que enriqueci¨® a Inglaterra y ayud¨® a Argentina a convertirse a principios del siglo XX en la d¨¦cima potencia econ¨®mica mundial. Se rompi¨® de cuajo con la Gran Depresi¨®n de 1929 porque Gran Breta?a decidi¨® limitar sus importaciones solo a las colonias del Imperio, lo que significaba la ruina para Argentina porque las Islas Brit¨¢nicas eran, con creces, el principal destino de sus exportaciones.
Hubo un acuerdo, el Pacto Roca-Runciman de 1933, que los argentinos consideran una humillaci¨®n. ¡°Aunque esto moleste a nuestro orgullo nacional, si queremos defender la vida del pa¨ªs tenemos que colocarnos en situaci¨®n de colonia inglesa en materia de carnes. Eso no se puede decir en la C¨¢mara pero es verdad¡±, reconoci¨® el diputado conservador Marcelo S¨¢nchez Sorondo.
Luego lleg¨® el peronismo y las nacionalizaciones, que mellaron los intereses brit¨¢nicos. Y despu¨¦s la dictadura militar y la invasi¨®n de las Malvinas, que dar¨ªa paso en 1982 a una guerra sangrienta. De ah¨ª el simbolismo de la victoria sobre Inglaterra, solo cuatro a?os despu¨¦s, de la mano de Diego Maradona, que llev¨® a Argentina a ganar el Mundial 86.
Antes y despu¨¦s de ese momento m¨ªtico ha habido roces futbol¨ªsticos entre los dos pa¨ªses. El primero, menor, es una muestra de la altivez de Inglaterra, que nunca ha reconocido la primera victoria de Argentina (3-1 en 1953) porque consideran que ellos jugaban con su segundo equipo y los argentinos con el primero (la FIFA s¨ª la reconoce).
El segundo, mucho m¨¢s serio, en el Mundial de 1966, cuando Inglaterra derrot¨® a Argentina (1-0) en cuartos despu¨¦s de que el ¨¢rbitro expulsara a los 35 minutos al capit¨¢n argentino, Antonio Ratt¨ªn, por protestar. Ratt¨ªn estruj¨® una bandera brit¨¢nica, el ¨¢rbitro alem¨¢n sali¨® escoltado y Alf Ramsey prohibi¨® a sus jugadores que intercambiaran camisetas con los argentinos... ¡°porque no intercambiamos camisetas con animales¡±.
El tercero, banal, la expulsi¨®n de David Beckham en el Mundial 98 despu¨¦s de que Diego Simeone exagerara una agresi¨®n. Pero sigue habiendo amor (interesado), como atestiguan las decenas de argentinos que han pasado por el f¨²tbol ingl¨¦s desde los tiempos heroicos de Ardiles y Villa (que llegaron al Tottenham en 1978, poco antes de la guerra de las Malvinas): de Ag¨¹ero a Mascherano pasando por T¨¦vez, Crespo, Ver¨®n, Zabaleta, Di Mar¨ªa, Lamela y tantos m¨¢s.