El doctor Mourinho vislumbra el para¨ªso
La rivalidad entre el t¨¦cnico portugu¨¦s y Guardiola ya no tiene la virulencia de hace unos a?os, cuando entrenaban a Madrid y Bar?a, pero sigue viva
El Tottenham Hotspur, anclado en el norte de Londres, es uno de los grandes del f¨²tbol ingl¨¦s por hinchada y por historia, pero no por palmar¨¦s. Solo ha ganado dos ligas, la ¨²ltima hace 60 a?os y la anterior 10 a?os antes. Y, sin embargo, sus hinchas creen cada a?o que por fin se va a romper el maleficio y que este a?o s¨ª, este a?o s¨ª van a ser campeones. Pero nunca pasa. Quiz¨¢s porque es un club al que parece perseguirle una cierta mala sombra. Hace cinco a?os parec¨ªan estar destinados por fin a acabar con la sequ¨ªa: todos los grandes estaban en proceso de transici¨®n y los Spurs jugaban el mejor f¨²tbol de la Premier. Pero acab¨® ganando el Leicester en lo que fue la mayor sorpresa del f¨²tbol ingl¨¦s en medio siglo.
Los Spurs son un club muy bien gestionado econ¨®micamente. Nunca estiran m¨¢s el brazo que la manga y han sido capaces de construir un nuevo estadio junto al viejo White Hart Lane sin entrar en un declive semejante al sufrido por su gran rival local, el Arsenal, el que la mudanza de Highbury al Emirates les dej¨® sin poder de compra. Sin embargo, apenas unos meses despu¨¦s de inaugurar uno de los estadios m¨¢s espectaculares de la Premier, lleg¨® la covid y lo dej¨® vac¨ªo y mudo. Eso es mala sombra.
Hace un a?o, el Tottenham dio un giro de 180 grados a su pol¨ªtica deportiva y ech¨® a la calle a Mauricio Pochettino, que llevaba m¨¢s de cinco a?os al frente de la plantilla. Pochettino nunca gan¨® nada, pero los Spurs se convirtieron con ¨¦l en uno de los equipos que mejor y que m¨¢s bonito jugaba. El recambio de Pochettino fue un hombre que representa todo lo contrario, Jos¨¦ Mourinho. A Mourinho no le importa si su equipo juega bonito o juega feo, lo ¨²nico que le importa es que su equipo gane. Y ¨¦l har¨¢ siempre todo lo que pueda para conseguirlo.
Para Mourinho, la llamada del Tottenham fue una bendici¨®n porque llevaba m¨¢s de un a?o en el paro despu¨¦s de una etapa m¨¢s bien calamitosa en el Manchester United a pesar de que logr¨® ganar la Europa League, esa competici¨®n que el Sevilla ha convertido en gloriosa pero que los grandes del f¨²tbol europeo prefieren evitar porque el solo hecho de jugarla es sin¨®nimo de fracaso: estar en la Europa League es incompatible con estar en la Champions.
Mourinho, que no gana una liga desde la temporada 2014-15 (en su segunda etapa en el Chelsea), no tuvo un buen primer a?o con el Tottenham, que acab¨® sexto la pasada temporada.
Este curso, las cosas van mejor. En octubre le endosaron seis goles al Manchester United en Old Trafford y este s¨¢bado pasaron por encima del Manchester City (2-0) sin demasiadas dificultades, a pesar de una gran primera parte del City. A Mourinho, la victoria le supo a gloria por varias razones. Una, porque el equipo parece haberse adaptado a su visi¨®n del f¨²tbol, que empieza con una buena defensa. Dos, porque el triunfo coloc¨® a los Spurs en el liderato, aunque dependiera luego de lo que hicieran Leicester y Liverpool [ganaron los reds por 3-0 y est¨¢n igualados a 20 puntos con el Tottenham]. Y, tres, porque se impuso a su viejo rival, Pep Guardiola.
La rivalidad ya no tiene la virulencia de hace unos a?os, cuando Mourinho representaba al Madrid y Guardiola al Bar?a, pero sigue viva. Mou no se olvid¨® de calentar el partido al pronosticar d¨ªas antes que Sterling, que abandon¨® la concentraci¨®n con Inglaterra por lesi¨®n, estar¨ªa ya recuperado para jugar contra el Tottenham. ¡°O sea que Mourinho ahora es m¨¦dico¡±, le respondi¨® Guardiola. Sterling solo jug¨® los ¨²ltimos minutos, pero el doctor Mourinho empez¨® a vislumbrar el para¨ªso.
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