Messi sufre por el Bar?a
El argentino resuelve un partido espantoso de los azulgrana ante el Levante
A Messi le pesan los a?os y le falta equipo para aspirar a ganar la Champions y posiblemente LaLiga. Ya no marca goles que sepan a t¨ªtulos desde que es capit¨¢n del Bar?a. Todav¨ªa le quedan fuerzas, sin embargo, para evitar resultados crueles con remates de rabia como el de este domingo ante el Levante. El 10 resolvi¨® un partido insoportable para suerte del Barcelona. Los azulgrana son un equipo desacertado y desfigurado, sin juego ni futbolistas, cegado an...
A Messi le pesan los a?os y le falta equipo para aspirar a ganar la Champions y posiblemente LaLiga. Ya no marca goles que sepan a t¨ªtulos desde que es capit¨¢n del Bar?a. Todav¨ªa le quedan fuerzas, sin embargo, para evitar resultados crueles con remates de rabia como el de este domingo ante el Levante. El 10 resolvi¨® un partido insoportable para suerte del Barcelona. Los azulgrana son un equipo desacertado y desfigurado, sin juego ni futbolistas, cegado ante la porter¨ªa, solo redimido por Messi.
El partido fue una pesadilla, antes y despu¨¦s del gol del 10, porque tard¨® en llegar y porque cost¨® Dios y ayuda defender, sometidos los azulgrana por el Levante, expectantes con el VAR por una zamorana de Umtiti ¡ªno fue penalti¡ª, los 10 futbolistas tiritando en el ¨¢rea de Ter Stegen. No se discuti¨® la victoria, sin duda merecida, sino que no se para de debatir sobre el miedo al abismo del Bar?a.
Ante la duda que generan derrotas tan desestabilizadoras y desconcertantes como la de C¨¢diz y contra la Juve, Koeman matiz¨® su idea del 4-2-3-1 hasta el punto que pareci¨® un 4-3-3 e insisti¨® en la n¨®mina de figuras del Bar?a. No se trataba de agitar la alineaci¨®n sino de que los jugadores m¨¢s afamados se acomodaran en el frente de ataque en un momento de apuro y m¨¢xima exigencia, expresado en la frase lapidaria de Griezmann. ¡°Nos falta de todo¡±, resumi¨® el franc¨¦s despu¨¦s de perder el liderato de la Champions. La confusi¨®n se agrand¨® en el encuentro ante el Levante.
Movi¨® las piezas Koeman, empe?ado en demostrar que las disfunciones eran individuales y no colectivas o, si se quiere, del sistema, y Braithwaite apareci¨® en el extremo izquierdo mientras Griezmann ocupaba el costado derecho y Messi se vest¨ªa de 9 por delante de Coutinho, titular antes que Pedri. Aunque estaba pensado para defender y presionar mejor, el jerogl¨ªfico confundi¨® m¨¢s al ataque del Bar?a que al del Levante. Jugaron los dos equipos a intercambiar ocasiones, faltos ambos de extremos y muy permeables en la divisoria, especialmente desajustado el Barcelona.
Los azulgrana perdieron presencia en la divisoria, descolgados Busquets y De Jong, el catal¨¢n m¨¢s cerca de sus centrales y el holand¨¦s de conectar con Messi. No hay manera de que el Barcelona junte a tres centrocampistas sino que despu¨¦s de deshacer el doble pivote se qued¨® con uno que est¨¢ acostumbrado a tocar para los interiores como es Busquets. A falta de amplitud, se impon¨ªa el juego por dentro y la centrifugaci¨®n, el plan que aguardan los rivales del Bar?a, tambi¨¦n el Levante, r¨¢pido en sus transiciones hacia Ter Stegen.
Al equipo de Paco L¨®pez le era m¨¢s f¨¢cil atacar que defender porque los barcelonistas jugaban poco y chutaban mucho, obsesionados con el 1-0 porque saben que hasta ahora nunca han remontado el 0-1. La idea de Koeman era que el partido tuviera ritmo y velocidad m¨¢s que equilibrio y armon¨ªa, reiterativo en afirmar que su equipo es el que ¡°m¨¢s genera¡± y por tanto se trata de dominar las ¨¢reas, ser efectivo en la ajena y expeditivo en la de Ter Stegen.
El Bar?a se part¨ªa de forma reiterada, sin capacidad para apretar al adversario ni autoridad para imponer su juego, resumido en Coutinho. Koeman, sin embargo, prefiri¨® mover a cambiar a sus jugadores, recuperar el plan del 4-2-3-1, convencido de que el gol caer¨ªa a partir de los movimientos de Braithwaite como 9 aunque Messi y Griezmann se solapen, bien encimados adem¨¢s por la zaga de ayudas del Levante. Ante tanto toqueteo no le qued¨® m¨¢s remedio al entrenador que recurrir a Pedri, que entr¨® por Busquets. Ya solo quedaba un volante en la cancha: De Jong.
Messi, mientras, no paraba de pedir la pelota y no hab¨ªa manera de que sus tiros cogieran la porter¨ªa cuando sal¨ªa de un regate, falto de espacio y de confianza, reducido por un contrario cada vez m¨¢s exigido y bien auxiliado por Paco L¨®pez. Hasta que Messi fue habilitado por De Jong despu¨¦s de una jugada atropellada y cruz¨® un tiro imparable para Aitor.
El gol no seren¨® al Bar?a sino que encendi¨® al Levante al punto de que Koeman quit¨® a Griezmann por Umtiti. La defensa del 1-0 fue numantina y resolutiva porque no se trataba de defender las opciones de un equipo despersonalizado sino de poner a salvo el honor de Messi despu¨¦s de una noche calamitosa y tortuosa en el Camp Nou. Ya no se sufre por el Bar?a sino por Messi.