Messi, el taconazo de Law y el derbi geoestrat¨¦gico
La geoestrategia de expansi¨®n mundial del City Football Group da sentido al rumor de que le ha ofrecido al crack argentino un contrato sin fecha de caducidad
El derbi de M¨¢nchester no es una batalla sectaria entre cat¨®licos y protestantes como el Celtic-Rangers. Ni una lucha entre izquierda y derecha como el Roma-Lazio. Ni representa las insuperables tensiones territoriales de un Madrid-Bar?a. El derbi de M¨¢nchester es puro f¨²tbol, el mero deseo de derrotar a tu rival local. O habr¨ªa que decir ¡°era¡±, si pensamos en el aburrido duelo del s¨¢bado (0-0) y en la estrategia corporativa de United y City.
De esa rivalidad han quedado momentos gloriosos y penosos. Quiz¨¢s el m¨¢s dram¨¢tico es el famoso taconazo de Denis Law, un 27 de abril de 1974 en Old Trafford. Law es una de las leyendas del United y su estatua forma parte del conjunto escult¨®rico United Trinity, junto a las de Bobby Charlton y George Best, a las puertas del estadio. Pero Law jug¨® el ¨²ltimo a?o de su carrera en el City y aquel d¨ªa marc¨® de tac¨®n el gol que condenaba irremediablemente al United al descenso. Fue la ¨²ltima vez que Law toc¨® la pelota en toda su carrera y ese instante le ha atormentado desde entonces, aunque el United hubiera descendido de todas formas sin ese gol.
Quiz¨¢s el peor momento fue cuando George Best le parti¨® la pierna a Glyn Pardoe en 1970. Los m¨¦dicos se plantearon amputar la extremidad a la gran leyenda del City, pero a¨²n jugar¨ªa hasta 1976. O cuando en 2001 Roy Keane le rompi¨® la rodilla a Inge Haaland como venganza porque se hab¨ªa roto la suya en 1997 en una acci¨®n con el noruego, cuando este jugaba en el Leeds.
Ahora todo es diferente. El derbi de M¨¢nchester se ha convertido en una par¨¢bola del declive de Occidente y del auge de Oriente. La familia Glazer compr¨® el United en 2005 para exportar a Europa su modelo de negocio comercial a toda costa. Para los Glazer, el ¨¦xito deportivo no es el objetivo, sino la herramienta necesaria para seguir ganando dinero. Como Estados Unidos, el United es riqu¨ªsimo; pero su supremac¨ªa est¨¢ en cuesti¨®n y su futuro es incierto.
El City representa el poder emergente de Oriente. En 2008 lo compr¨® el jeque Mansour, una de las fortunas m¨¢s grandes de Abu Dhabi, uno de los Emiratos ?rabes Unidos. Los emiratos se hicieron ricos con el petr¨®leo, pero llevan a?os diversificando su econom¨ªa y expandiendo sus intereses por el mundo. El f¨²tbol es uno de sus instrumentos. En 2015, China adquiri¨® un 13% de las acciones del City a trav¨¦s del consorcio CMC. La operaci¨®n se anunci¨® coincidiendo con la visita de Estado al Reino Unido del presidente chino, Xi Jinping. Jinping es un gran futbolero y declarado hincha del United, pero en ese viaje insisti¨® en visitar las instalaciones del City. Incluso se hizo una selfie junto a Sergio Ag¨¹ero y el primer ministro brit¨¢nico de la ¨¦poca, David Cameron, publicada en la cuenta oficial de Twitter del City.
El City Football Group, que ya posee clubes en Espa?a (Girona), Uruguay (cantera, cantera) y Estados Unidos (dinero, dinero¡), entre otros pa¨ªses (Australia, Jap¨®n, India, Francia, B¨¦lgica), adquiri¨® el a?o pasado un club en China. Es una estrategia de expansi¨®n mundial que impulsa su director general, Ferran Soriano, que antes intent¨® sin ¨¦xito aplicarla en el Barcelona (tropez¨® con el modelo de propiedad de los socios y la prioridad de los trofeos frente al dinero, s¨ªmbolo quiz¨¢s de la gloriosa decadencia de Europa).
En esa geoestrategia adquiere pleno sentido el rumor de que el City Football Group le ha ofrecido a Messi un contrato sin fecha de caducidad para que juegue en el City el tiempo que quiera antes de acabar su carrera en el punto del planeta que desee y se convierta para siempre en embajador global del grupo. Un fichaje que ser¨ªa no solo futbol¨ªstico, sino geoestrat¨¦gico y propagand¨ªstico. Quiz¨¢s el primer paso de esa operaci¨®n haya sido la inesperada decisi¨®n de Pep Guardiola de prolongar dos a?os su estancia en M¨¢nchester¡
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