A debate el plan de juego de Koeman
Las limitaciones de la plantilla y la cultura futbol¨ªstica del Barcelona condicionan la apuesta del entrenador holand¨¦s por el 4-2-3-1
Al Bar?a no le queda m¨¢s remedio que encomendarse a Koeman, al menos hasta el 24 de enero, fecha de las elecciones a la presidencia, d¨ªa en que se conocer¨¢ al sustituto del dimitido Josep Maria Bartomeu. A falta de mando, a la espera de proyecto y sin m¨¢s liderazgo que el de Messi, cansado de ¡°ser siempre el problema de todo en el club¡±, se impone revisar la disponibilidad y compromiso de los futbolistas y sobre todo el plan de juego ideado por el t¨¦cnico despu¨¦s de que el equipo haya perdido la br¨²jula en Liga y en Champions por la derrota con la Juve.
La desidia ha llegado hasta el extremo de que el barcelonismo ya ni siquiera se irrit¨® con la comparecencia de Cristiano Ronaldo, enemigo irreductible del Bar?a, despu¨¦s del partido del martes en el Camp Nou. El portugu¨¦s, que marc¨® de penalti dos de los tres goles del encuentro, se compadeci¨® de la situaci¨®n azulgrana por el 0-3 y entendi¨® seguramente tambi¨¦n el desasosiego de Messi, el ¨²nico jugador que dio fe de vida en el bando barcelonista, reducido por las paradas de Buffon, y alrededor del cual se vertebraba ¨²ltimamente el debate sobre la crisis del Barcelona.
Messi, que en verano expres¨® su deseo de abandonar el Camp Nou, dej¨® de ser la soluci¨®n y ahora tampoco es el problema del Bar?a. El nudo de la discusi¨®n se centra sobre la actitud de los jugadores y la viabilidad del 4-2-3-1 dispuesto por Koeman en un equipo formado en la cultura del 4-3-3. El entrenador, que solo ha podido fichar a Dest pese a solicitar tambi¨¦n un central y un delantero centro, entiende que es el mejor dibujo para la plantilla de la que dispone, incluso despu¨¦s de las lesiones de jugadores capitales como Piqu¨¦ y Ansu Fati.
Al t¨¦cnico le condicion¨® la par¨¢lisis del Bar?a observada en Lisboa contra el Bayern y apost¨® por un f¨²tbol r¨¢pido, de presi¨®n, recuperaci¨®n y ataques cortos, una propuesta de una gran exigencia f¨ªsica y sincronizaci¨®n de movimientos, dif¨ªcil de seguir para un plantel acomodado, sin carga de trabajo, acostumbrado en los ¨²ltimos a?os a depender de Messi. El calendario, sin embargo, no ha permitido muchos entrenamientos t¨¢cticos, y por otra parte, Koeman opt¨® por dar cabida en la alineaci¨®n a la mayor¨ªa de sus delanteros y mantener la jerarqu¨ªa del vestuario del Camp Nou.
El punto de inflexi¨®n
La noria de cambios ha respetado a las figuras y a De Jong, hoy un bala perdida, juegue con Pjanic o Busquets. Al entrenador no le ha salido el equipo y los dos ¨²ltimos resultados (derrotas ante C¨¢diz y Juve) le devuelven al punto de partida con el agravante de que los futbolistas juegan con miedo a perder, sin confianza. Al igual que pas¨® antes con Valverde y Quique Seti¨¦n, Koeman no encuentra el punto de inflexi¨®n sino que a un buen partido le siguen dos malos, s¨ªntoma de que el problema no es de entrenadores sino de la estructura deficiente del Bar?a.
¡°Es muy dif¨ªcil que salga un buen equipo de una plantilla mal hecha¡±, responden en la ciudad deportiva Joan Gamper. ¡°El desequilibrio es manifiesto, necesitas regenerar al vestuario y delimitar responsabilidades¡±, insisten. ¡°No deja de ser uno de los muchos errores cometidos que al final se manifiestan de golpe estos meses¡±, insisten en el propio Bar?a. Las mismas fuentes entienden que Koeman tiene credibilidad entre la plantilla porque es ¡°franco y directo¡± en sus argumentaciones, conoce al club y es un s¨ªmbolo del Barcelona.
La duda es si su apuesta futbol¨ªstica no es demasiado atrevida porque el equipo queda en evidencia, expuesto a sus grandes limitaciones, en lugar de tratar de disimular sus carencias con una formaci¨®n y despliegue menos ambiciosos, un debate dif¨ªcil de resolver a corto plazo, y m¨¢s en un momento en que la din¨¢mica lleva a buscar culpables m¨¢s que soluciones en el Camp Nou. La falta de car¨¢cter para reaccionar a un marcador adverso incide en la falta de personalidad del equipo y su dificultad para levantarse de la lona, incluso en el Camp Nou.
No hay m¨¢s salida, en cualquier caso, que encomendarse a Koeman y el t¨¦cnico no tiene tiempo, trabaja con mucha prisa a la espera de las elecciones del 24-E.
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