Antes de ¡®El D¨ªa Despu¨¦s¡¯
El programa deportivo m¨¢s popular de la televisi¨®n espa?ola cumple 30 a?os. Esta es la historia de su nacimiento
¡°Cosas que yo quer¨ªa ver en la tele y nunca hab¨ªa visto¡±. Alfredo Rela?o (Madrid, 1951) resume las tres d¨¦cadas de El D¨ªa Despu¨¦s, el programa m¨¢s importante en la historia de Canal +, con la misma naturalidad con la que lo cre¨® en 1990. Juan Cueto, entonces director de la emisora privada, que estaba obligada a ¡®abrir¡¯ cinco horas de programaci¨®n al d¨ªa, quer¨ªa, seg¨²n Rela?o, ¡°un buen programa de f¨²tbol que sirviera de ventana para las transmisiones¡±. Fue mucho m¨¢s que eso. En octubre de 1990, un mes despu¨¦s del primer partido dominical en codificado (y de pago) en la historia de la televisi¨®n espa?ola ¨Cun Atl¨¦tico de Madrid-Valencia CF (1-1), el 2 de septiembre¨C Rela?o pari¨® su obra maestra. Un grupo de profesionales con hambre de contarlo todo sobre el f¨²tbol que se convirti¨® en un verdadero equipo de trabajo.
El D¨ªa Despu¨¦s, ganador del premio Ondas en 1992 al mejor programa deportivo, TP de Oro en 1995 al mejor programa en variedades y ganador de los premios de la Academia de Televisi¨®n al mejor programa deportivo en 1992, 2002 y 2003, se convirti¨® en un espacio dispuesto a defender la importancia de los jugadores, aficionados, entrenadores, ¨¢rbitros, o periodistas. La cita de los lunes, para rememorar la jornada de LaLiga Santander y de LaLiga SmartBank m¨¢s reciente, se convirti¨® casi en una obligaci¨®n para millones de espa?oles y espa?olas que gracias a ¨¦l se enamoraron y se siguen enamorando del f¨²tbol.
¡°Cueto ten¨ªa una visi¨®n particular de los informativos. No quer¨ªa molestar a la gente¡±, subraya Rela?o, que desde 1996 hasta 2019 fue director del diario As. ¡°Yo le di mi idea: una mirada integral del f¨²tbol, ajena a la pol¨¦mica, que fuera desde lo ajedrecista del an¨¢lisis de juego ¨Cen secciones como La pizarra cibern¨¦tica o Atocha¨C hasta Lo que el ojo no ve, inspirado en momentos que yo notaba cuando iba al estadio de ni?o¡±, agrega. Y lo convenci¨®. ¡°Luego le gust¨® mucho¡±, asegura. El D¨ªa Despu¨¦s lleg¨® a superar el 20% de cuota de pantalla. ¡°Lo ve¨ªa tambi¨¦n gente que no era aficionada al f¨²tbol¡±.
Desde el comienzo, Rela?o quiso elevar el esp¨ªritu del programa y, para acompa?ar a Nacho Lewin, su primer presentador, eligi¨® como analista t¨¦cnico a Jorge Valdano, entonces exdelantero del Real Madrid y campe¨®n del mundo con la selecci¨®n argentina. Valdano, referencia del futbolista ilustrado, comenzaba a escribir sus columnas en el peri¨®dico EL PA?S. Tambi¨¦n de su pluma fue Rela?o mentor, quien todav¨ªa recuerda su primer cuento en esas p¨¢ginas ¨CCreo, vieja, que tu hijo la cag¨®¨C, sobre los infortunios de un portero de los subsuelos del f¨²tbol argentino.
Nacho Lewin y Jorge Valdano, cuando todo empez¨®. #30a?osElD¨ªaDespu¨¦s pic.twitter.com/bbqcWVsnzn
— El D¨ªa Despu¨¦s en Movistar+ (@ElDiaDespues) September 8, 2020
Valdano lleg¨® a tener al Diego Armando Maradona del N¨¢poles en el estudio. Al a?o, y en contra de los consejos de su jefe, se march¨® para entrenar al CD Tenerife. ¡°?Luego no fue un error en absoluto!¡±, aclara el creador de El D¨ªa Despu¨¦s. Lo reemplaz¨® un tal Michael Robinson, que se transformar¨ªa en el alma del programa, y que permaneci¨® en el plat¨® (que desde el pasado lunes lleva su nombre) desde 1991 hasta el primer par¨®n del show en 2005.
Los panaderos
La jerga de aquel equipo heterog¨¦neo inclu¨ªa en su l¨¦xico un concepto poco com¨²n: ¡®la panader¨ªa¡¯. Se trataba de la labor de los primeros reporteros, Antoni Daimiel, Julio Maldonado, Nicol¨¢s Abad y Juanjo Vispe, que arrancaron como profesionales en El D¨ªa Despu¨¦s con solo dos instrucciones: fijarse en casos curiosos y grabar insistentemente. Todos se han convertido en grandes estrellas del periodismo. ¡°Fui El Pipo de varias figuras¡±, se enorgullece Rela?o.
Vispe (Donostia, 1972), que comenz¨® con 18 a?os, recuerda: ¡°Nos pas¨¢bamos toda la noche viendo las im¨¢genes, seleccion¨¢bamos las cintas y se las dej¨¢bamos a Robinson, Alfredo [Rela?o] o Carlos Mart¨ªnez¡±. Por la ma?ana dorm¨ªan algunas horas y regresaban al canal para defender sus v¨ªdeos. ¡°?Creo en esta idea! ?Por favor, creo en esta idea!¡±, simula Vispe, al tel¨¦fono desde Australia, rebobinando tres d¨¦cadas. As¨ª vendi¨®, por ejemplo, un reportaje con Jes¨²s Mar¨ªa Satr¨²stegui, hist¨®rico delantero centro de la Real Sociedad, para despedir al estadio de Atocha en San Sebasti¨¢n. O un viaje en metro con Xavi Hern¨¢ndez, cuando uno de los mediocentros m¨¢s importantes de la historia pasaba desapercibido.
Xavi, desapercibido en el metro de Barcelona, por Juanjo Vispe.
Daimiel (Ciudad Real, 1970) estaba matriculado en Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid cuando entr¨® como becario a los 20 a?os. ¡°Colaboraba domingo y lunes y al final me pasaba la semana entera ah¨ª¡±, dice. ¡°Rela?o buscaba gente que no estuviera condicionada, sin vicios y que hiciera lo que se le ocurriera. Era, adem¨¢s, nuestro primer trabajo y lo hac¨ªamos con much¨ªsima ilusi¨®n¡±, explica. Con ese ¨ªmpetu acompa?¨® al periodista Chus del R¨ªo, ¡°el 14 de septiembre de 1990¡±, a un Real Valladolid-Atl¨¦tico de Madrid. A la semana siguiente, comenz¨® a ir ¨¦l solo.
Los esp¨ªas de Albacete: los ojeadores con la mirada de Daimiel.
¡°Todos ten¨ªamos nuestro estilo. Me gustaba llegar con mucha antelaci¨®n al estadio, antes de que me dejaran entrar, porque all¨ª pasan las cosas. Todo esto Robinson lo contaba muy bien¡±. Por ejemplo, cuando antes de un Sevilla FC - RC Deportivo, Uralde, Mujica y Villa, futbolistas del conjunto gallego, se fueron a tomar un caf¨¦ tras bajar del bus. ¡°Los seguimos. A la vuelta ven¨ªan bromeando con nosotros, pero el portero del S¨¢nchez-Pizju¨¢n no los reconoci¨® y no quer¨ªa dejarlos pasar. La discusi¨®n dur¨® m¨¢s de veinte minutos. Los jugadores estaban realmente agobiados¡±.
Un fragmento del reportaje sobre M¨¢gico Gonz¨¢lez en El Salvador, por Antoni Daimiel.
Vispe, quien luego se convertir¨ªa en un maestro de la c¨¢mara y se mudar¨ªa al mundo del tenis para filmar el circuito de la ATP, subraya: ¡°El gran triunfo de Alfredo fue hacer un equipo con diferentes personalidades. Nosotros empez¨¢bamos a hacernos una carrera e ¨ªbamos a muerte¡±. Daimiel agrega: ¡°La ¨²nica petici¨®n era respetar el valor de la imagen. Eso estaba por encima de todo¡±. Y Rela?o insiste: ¡°Yo era un obseso. Quer¨ªa que la participaci¨®n del presentador fuera muy r¨¢pida, como un Guardiola o un Milla en el centro del campo, tic, tic, tic¡ A la mitad de la audiencia los presentadores les caen mal, sea quien sea¡±.
No hab¨ªa una exigencia de pulso informativo. ¡°No era un desastre si echaban a un entrenador y t¨² no tra¨ªas la declaraci¨®n del presidente¡±, dice Daimiel. ¡°A Alfredo le cab¨ªa todo¡±, remarca Vispe. Y eso les daba libertad. As¨ª inmortalizaron escenas que pasaron a la historia del f¨²tbol, no solo espa?ol, como el ¡®?Pisalo!¡¯ de Carlos Bilardo, la bronca de Benito Floro a los jugadores del Real Madrid, el ¡®Rafa, no me jodas¡¯ del ¨¢rbitro Mejuto Gonz¨¢lez a su asistente, la t¨¢ctica del entrenador Francisco Maturana o el calentamiento de Luis Aragon¨¦s vestido de paisano. Todas han trascendido, forman parte del imaginario de la cultura popular.
Las im¨¢genes de estos reporteros forjaron la que probablemente fuera la secci¨®n m¨¢s reconocible (y reconocida) del programa: Lo que el ojo no ve. Nico Abad (Madrid, 1970), otro de los panaderos, ten¨ªa claro que a veces pod¨ªa volver sin nada. ¡°Sal¨ªamos a los campos con la idea de no grabar el bal¨®n¡±, cuenta. ¡°Fuimos teniendo una aproximaci¨®n paulatina al asunto. Pas¨® un buen tiempo hasta conseguir las grandes historias: con un seguimiento de un plano medio de Hugo S¨¢nchez [exdelantero del Atl¨¦tico de Madrid y del Real Madrid] ya ten¨ªamos algo muy potente¡±, reflexiona.
En algunos partidos, al minuto 30 de la segunda parte, Abad se encontraba con las manos vac¨ªas. Ante el agobio siempre pensaba: ¡°Hay 35.000 personas aqu¨ª y quedan 15 minutos. Algo pasar¨¢¡±. Si Rela?o y Lewin fueron quienes concibieron Lo que el ojo no ve, Michael Robinson termin¨® de glorificarlo. ¡°Cuando volv¨ªamos, Robinson nos dec¨ªa: ?Quiero m¨¢s!¡±, recuerda Abad. ¡°Pod¨ªamos volver sin nada, pero no pod¨ªamos volver con algo que ya se hubiera visto. Esa era la consigna¡±.
LA SEGUNDA ETAPA
Juanma Casta?o, presentador del programa en su regreso en 2009, est¨¢ seguro de que El D¨ªa Despu¨¦s es el culpable de que los futbolistas se tapen la boca cuando hablan en un partido. En otro contexto, en otra Espa?a y con otros c¨®digos, los de un f¨²tbol m¨¢s herm¨¦tico, debi¨® reinventarse. "Era un desaf¨ªo mantener el nombre por el nivel y la exigencia de la marca que hab¨ªa creado Alfredo", sostiene Casta?o. El acceso a los personajes y a las im¨¢genes ya no era el mismo, pero se intent¨® mantener la esencia. "Reconstruimos unos papeles rotos de Mourinho en el vestuario del Real Madrid al mejor estilo CSI", recuerda Casta?o, que pudo cumplir el sue?o de ser la cara visible del programa que admiraba de adolescente.
Entre 2016 y 2018, Antoni Daimiel regres¨® tambi¨¦n como presentador. ¡°La manera de ver televisi¨®n es diferente, pero no es imposible buscar novedades en estos tiempos. Inventamos secciones con montajes musicales, introdujimos estad¨ªsticas avanzadas¡ La mirada sigue siendo distinta a la que dan la mayor¨ªa de los programas¡±.
Pero tambi¨¦n sigue habiendo espacio para el humor. El imitador Ra¨²l P¨¦rez conduce desde hace un a?o y medio la secci¨®n de Lo que el ojo no ve. Lo hace con la voz de otro hombre que pas¨® por la casa, Josep Pedrerol. ¡°Tengo im¨¢genes muy frescas de El D¨ªa Despu¨¦s de los a?os noventa. Yo ten¨ªa 13 a?os cuando comenz¨®¡±. Tiene la habilidad de recuperar a los personajes que quiera, puede homenajear incluso a Michael Robinson, con quien no lleg¨® a coincidir. ¡°La secci¨®n la puede comentar quien m¨¢s pegue con el contenido¡±.
Ahora, con Carlos Mart¨ªnez al frente, El D¨ªa Despu¨¦s mantiene el sello distintivo de los primeros a?os. La mayor¨ªa de los domingos de los a?os noventa, fuera la hora que fuera, estuvieran a los kil¨®metros que estuvieran, el narrador m¨¢s famoso del f¨²tbol espa?ol regresaba en coche a Madrid, despu¨¦s del partido, con Robinson y Rela?o. Esas expediciones nocturnas, esas conversaciones, probablemente, reforzaron una idea que ¨¦l se encarg¨® de remarcar en la emisi¨®n de este lunes por la noche, cuando se estren¨® la nueva temporada con un especial del 30? aniversario: "El f¨²tbol es de la gente".