Osasuna mete en un l¨ªo al Alav¨¦s
El equipo rojillo se impone con un gol de Barja tras un partido muy pobre
Robo, pase, pelotazo, p¨¦rdida, cabezazo, carrera, bal¨®n al portero, robo, pase, volver a empezar. Y as¨ª decenas de veces, una secuencia aburrida, repetitiva, poco cautivadora. El partido entre el Alav¨¦s y Osasuna no pasar¨¢ a las enciclopedias del f¨²tbol, s¨®lo a los almanaques estad¨ªsticos de LaLiga. N¨²meros exactos que ocultan la realidad, y s¨®lo eso, mejor as¨ª.
No se trata de ver cada partido al Brasil de 1970, ni al mejor Bar?a de Guardiola, que una ¨®pera, por bien cantada que est¨¦, acaba por cansar si se acude cada d¨ªa a la representaci¨®n. Tampoco pasa nada por ponerle al asunto un p...
Robo, pase, pelotazo, p¨¦rdida, cabezazo, carrera, bal¨®n al portero, robo, pase, volver a empezar. Y as¨ª decenas de veces, una secuencia aburrida, repetitiva, poco cautivadora. El partido entre el Alav¨¦s y Osasuna no pasar¨¢ a las enciclopedias del f¨²tbol, s¨®lo a los almanaques estad¨ªsticos de LaLiga. N¨²meros exactos que ocultan la realidad, y s¨®lo eso, mejor as¨ª.
No se trata de ver cada partido al Brasil de 1970, ni al mejor Bar?a de Guardiola, que una ¨®pera, por bien cantada que est¨¦, acaba por cansar si se acude cada d¨ªa a la representaci¨®n. Tampoco pasa nada por ponerle al asunto un poco de inspiraci¨®n, y no s¨®lo transpiraci¨®n, que sudar tambi¨¦n suda un reponedor de supermercado, y nadie paga un asiento, o en este f¨²tbol confinado la suscripci¨®n a un canal de pago.
Ni siquiera el ¨¢rbitro puso de su parte para que los equipos cogieran ritmo o velocidad de crucero. Fue el guardia urbano dirigiendo el tr¨¢fico a golpe de silbato. El t¨ªpico ¡°sigan, sigan¡± se convirti¨® en un ¡°paren, paren¡±. Nunca pas¨® el partido al siguiente nivel, se qued¨® en el primero, el de los principiantes. La ¨²nica vez que alguno de los dos equipos pudo marcar fue en una acci¨®n confusa. Remat¨® Budimir, toc¨® Pacheco, la sac¨® de cabeza Lejeune sobre la l¨ªnea de gol, remat¨® despu¨¦s Calleri y Laguardia despej¨® con el pecho, todo muy confuso.
Pareci¨®, en el inicio de la segunda mitad, que el Alav¨¦s se pon¨ªa serio, pero era broma. El arranque dur¨® lo que el ¨¢rbitro tard¨® en pitar un par de faltas. La f¨®rmula de Abelardo, que en su primera vez en Vitoria fue tan exitosa como la de la Coca Cola, no funciona. Tal vez porque no cuenta con los mismos mimbres que le hicieron triunfar.
Por supuesto, a Osasuna le val¨ªa con lo que estaba sucediendo. S¨®lo le faltaba buscar su oportunidad, estaba muy c¨®modo con lo que propon¨ªa el Alav¨¦s. As¨ª que despu¨¦s de unos cuantos minutos m¨¢s de robo, pase, pelotazo, p¨¦rdida, cabezazo, carrera, bal¨®n al portero, robo, pase, volver a empezar, marc¨® su gol. Otra vez en una chapuza de jugada en la que s¨®lo el centro fue irreprochable. Fallaron dos defensas y un delantero en el salto de cabeza, la pelota le cay¨® a Barja, que pasaba por all¨ª, y que dispar¨® al cuerpo de Pacheco; el rebote en el guardameta, rebot¨® a su vez en el jugador de Osasuna y la pelota se col¨® botando, suave, pegada al poste sin que nadie pudiera sacarla.
En un partido de mentira, el Alav¨¦s se mete en un l¨ªo y Osasuna progresa adecuadamente, al menos en la clasificaci¨®n, que de f¨²tbol, mejor hablar otro d¨ªa.