Frustraci¨®n e impotencia de Sergio Ramos
El central, que vuelve para disputar su cuarto partido del a?o, dirige una defensa superada por el equipo londinense
Llegados a determinadas cotas, Zinedine Zidane pone a todos en fila india y les pide el DNI. El pasado importa. En Stamford Bridge, en la vuelta de unas semifinales de la Champions, dos nombres resultaban demasiado poderosos para dejarlos fuera, as¨ª que Sergio Ramos y Eden Hazard se presentaron de inicio en el c¨¦sped pese a su tortuoso a?o de lesiones.
El de Londres fue el cuarto partido en todo 2021 para el sevillano con su equipo. Desde los tiempos de las nieves de Filomena, apenas hab¨ªa...
Llegados a determinadas cotas, Zinedine Zidane pone a todos en fila india y les pide el DNI. El pasado importa. En Stamford Bridge, en la vuelta de unas semifinales de la Champions, dos nombres resultaban demasiado poderosos para dejarlos fuera, as¨ª que Sergio Ramos y Eden Hazard se presentaron de inicio en el c¨¦sped pese a su tortuoso a?o de lesiones.
El de Londres fue el cuarto partido en todo 2021 para el sevillano con su equipo. Desde los tiempos de las nieves de Filomena, apenas hab¨ªa sumado tres ratos, y renqueante. Pero la llamada europea, las bajas y su apellido lo reclutaron para la causa. Tuchel tambi¨¦n dio por hecha su participaci¨®n, como se aventur¨® a pronosticar en la previa.
Sin embargo, el paso por Stamford Bridge empeor¨® la vida de un Ramos que, a los 35 a?os y salvo que lo arregle en la Liga, no sale del t¨²nel este 2021: problemas f¨ªsicos, se?alado por forzar con la selecci¨®n para perseguir un r¨¦cord tras una lesi¨®n reciente, y en disputa laboral con la presidencia del club por la renovaci¨®n de un contrato que lleva atascada mucho tiempo.
En el esqueleto del estadio blue, el central choc¨® con una roca tallada por un alem¨¢n obsesivo peinado a raya. Si sus compa?eros sufrieron en Valdebebas las embestidas del ej¨¦rcito de Tuchel, en la vuelta el encuentro arranc¨® como dos cuerpos que no colisionaban de frente, sino que uno, el Chelsea, esperaba al otro para morder. En todo caso, la amenaza atr¨¢s para los blancos era latente mientras arriba solo se hac¨ªan visibles con el de siempre, Benzema.
Todo se empez¨® a quebrar a la media hora sin que el capit¨¢n pudiera detener la hemorragia que se abri¨® por el centro. Kant¨¦, un martirio para el Madrid en la eliminatoria, rasg¨® el sistema defensivo burlando a Casemiro, conect¨® con Werner y ah¨ª Ramos, de espaldas, no fue capaz de frenar la pared con el franc¨¦s. El movimiento termin¨® de romper la zaga y el trabajo que no supo rematar Havertz, que la estamp¨® en el larguero, lo hizo Werner a placer.
El tanto desquici¨® a Ramos, que se gan¨® pronto una amarilla en una refriega con Azpilicueta en la lucha por la posici¨®n. El central se quit¨® de en medio al navarro y carg¨® con una tarjeta muy comprometida para sus tareas. La acci¨®n evidenci¨® su frustraci¨®n. Todav¨ªa era la primera parte.
La segunda profundiz¨® las grietas y el sufrimiento visitante. Si en el inicio del choque el peligro era latente, tras el descanso fue muy patente. El Madrid se vio tan amenazado como en el Di St¨¦fano. En solo 15 minutos, el ataque ya hab¨ªa zarandeado varias veces a la defensa de tres centrales que dirig¨ªa Ramos, escoltado por un sorprendente Vinicius en el carril derecho. Primero, se la hizo Werner en una acci¨®n que malogr¨® Mount, luego se sinti¨® vendido ante Havertz, que no atin¨® frente a Courtois, y despu¨¦s fall¨® Kant¨¦, con Ramos corriendo como un loco hacia atr¨¢s. Solo la escasa eficacia blue aliviaba a un Madrid p¨¢lido porque la amenaza era constante. Hasta que Mount, tras otro robo de Kant¨¦, due?o y se?or en la pradera, derrumb¨® definitivamente la esperanza blanca.
Hace un mes, en mitad del terremoto de la Superliga, a Florentino P¨¦rez tambi¨¦n le preguntaron por Sergio Ramos y el dirigente se arranc¨® as¨ª: ¡°De momento, estamos arreglando esta temporada¡±. La respuesta, sepultada por la magnitud de la crisis que se estaba cociendo en el f¨²tbol mundial, mostr¨® lo lejos que se encontraban ambas partes. ¡°A Sergio lo quiero mucho, pero estamos en una situaci¨®n mala, en el Real Madrid nadie pone dinero y tenemos que ser realistas de lo que nos pasa¡±, a?adi¨® el mandatario. Si el contencioso no se arregla, Stamford Bridge habr¨¢ sido su ¨²ltima parada europea de blanco.
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