Embaucar a Laporta
Hay un n¨²cleo de futbolistas que desde hace tiempo condicionan por su curr¨ªculo el juego y la econom¨ªa
El drama del partido del Bar?a con el Levante no fue el resultado sino el desvanecimiento del equipo de Koeman. Las sensaciones remitieron a actuaciones que se daban por superadas en una temporada calificada de transici¨®n y por tanto la contrariedad es a¨²n mayor en el Camp Nou. Aunque no se sab¨ªa qu¨¦ deparar¨ªa el futuro, se supon¨ªa que ya no hab¨ªa un punto de retorno a un pasado escenificado en Lisboa, Roma o Anfield. A la que marc¨® Melero, sin embargo, la impresi¨®n barcelonista en Orriols fue que no tardar¨ªan en llegar los goles de Morales y despu¨¦s de Sergio Le¨®n de la misma manera que en su d¨ªa cayeron los ocho del Bayern y los cuatro del Liverpool.
La trama acostumbra a ser siempre la misma en verano: los jugadores se hacen perdonar porque son muy buenos, defienden con un cierto decoro sus opciones a los distintos t¨ªtulos, trampean las situaciones m¨¢s adversas, incluso son capaces de recortar puntos y ganar la Copa, para acabar por rendirse en el partido m¨¢s llamativo o insospechado de forma tan dram¨¢tica que ni siquiera existe la excusa de culpar al ¨¢rbitro ni al VAR. El enga?o se repite desde que se atribuy¨® al Bar?a la condici¨®n de favorito a ganar la Champions. Nadie dud¨® nunca de la plantilla sino que cuando no se conquist¨® el t¨ªtulo se se?al¨® al entrenador o a la junta o al servicio de seguridad del Camp Nou.
As¨ª cayeron Valverde y Quique Seti¨¦n y con el tiempo tuvo que dimitir Bartomeu. Ahora manda Laporta y ya se apunta a Koeman. La cuesti¨®n no es nominal sino estructural de manera que no se trata solamente de encontrar a un t¨¦cnico con autoridad y ascendente sino de cambiar la relaci¨®n del club con el equipo y la familiaridad de los directivos con los jugadores, acabar con tanta complicidad y boato como se ha dado ¨²ltimamente en el Barcelona. Hay un n¨²cleo de futbolistas que desde hace tiempo condicionan por su curr¨ªculo el juego y tambi¨¦n la econom¨ªa porque han prorrogado sus contratos a cambio de diferir los pagos a causa de los estragos de la covid.
Ya no se habla de estilo sino de adaptar el dise?o del juego a las necesidades de los futbolistas m¨¢s reputados del Bar?a. No es f¨¢cil tomar decisiones trascendentes y dif¨ªciles de sobrellevar en momentos de debilidad en la caja y en la cancha como fue la de regalar a Su¨¢rez al Atl¨¦tico. Los rojiblancos pueden ser incluso campeones con los goles del que es el tercer m¨¢ximo artillero en la historia del Bar?a. Un negocio ruinoso si se tiene en cuenta adem¨¢s que Koeman se qued¨® sin 9. La partida del charr¨²a, sin embargo, permiti¨® incidir en el microclima generado en un vestuario gobernado de manera tan solidaria que se nota la ausencia de un l¨ªder en los momentos m¨¢s l¨²gubres como el del Ciutat de Val¨¨ncia.
Ha llegado el momento de que act¨²e Laporta. Y har¨ªa bien en no dejarse embaucar despu¨¦s de escuchar a Koeman. Hace falta tener un buen diagn¨®stico y actuar con la solidez y fiabilidad que no han tenido ni el club ni el equipo: hay que cambiar la inercia y las rutinas del Camp Nou.
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