Ronald Koeman, la gran duda
La continuidad del entrenador genera una divisi¨®n interna en el Bar?a. La apuesta por los j¨®venes choca con la falta de resultados en los momentos clave
Ronald Koeman lleva unas cuantas ruedas de prensa en las que debe tirar balones fuera, reacio a hablar sobre su futuro. Entre otras cosas porque no depende de ¨¦l sino que ser¨¢ el ¨¢rea deportiva y un presidente intervencionista como Joan Laporta ¡ª¡±he venido para mandar¡±, advirti¨® tras ganar los comicios¡ª los que tomen la decisi¨®n. ¡°Se ha equivocado en alg¨²n cambio o no ha sabido dar al equipo un mayor control en momentos complicados, pero eso no puede borrar todo lo que ha hecho¡±, apuntan en las oficinas de la ciudad deportiva del Barcelona, convencidos de que seguir¨¢ el pr¨®ximo curso. Ocurre, sin embargo, que el silencio sepulcral de Laporta incluso con el alir¨®n copero y el creciente runr¨²n sobre el posible regreso de Xavi ¡ªahora en el Al Saad catar¨ª¡ª, ponen al holand¨¦s en la picota, sobre todo porque otras voces del club apuntan que Koeman es un t¨¦cnico excelente para la transici¨®n pero quiz¨¢ no tanto para liderar un proyecto.
El empate del Levante (3-3) fue un jaque mate a la carrera por el laurel liguero, duelo en el que el equipo se destens¨® y se rompi¨®, desganado y sin fe. Koeman ha sido capaz de sentar las bases para el futuro por su apuesta por los j¨®venes del mismo modo que ha sido incapaz de dar buena cuenta de un gran rival durante el curso y, sobre todo, de practicar un f¨²tbol cercano del que se vanagloriaba la afici¨®n y la escuela cruyffista, por m¨¢s que sea ofensivo. ¡°Un repaso al Athletic, otro al PSG en la vuelta, el 1-6 a la Real¡ S¨ª que ha habido grandes momentos de f¨²tbol¡±, apuntan desde el club. Pero Koeman lo tiene claro. ¡°Entiendo que tengan preguntas despu¨¦s de esta segunda parte¡±, admiti¨® tras el Levante. Son los claroscuros de Koeman.
Con el club hecho unos zorros despu¨¦s de la debacle de Lisboa (2 a 8 ante el Bayern) en el curso anterior, Koeman se encontr¨® con una sacudida del vestuario a la que debi¨® hacer frente ¡ªcomo explicar el adi¨®s a Luis Su¨¢rez y Rakitic¡ª, sin dinero para fichar (pretendi¨® sin ¨¦xito al central Eric Garc¨ªa y el delantero Memphis Depay), sin presidente por momentos por las elecciones exigidas tras el Bar?agate, y con Messi enfurru?ado porque no le dejaron marcharse. Pero como hombre de club que es, lo acept¨® con resignaci¨®n. ¡°No te enga?a y eso es lo que queremos los jugadores¡±, admit¨ªa por entonces un jugador en un vestuario que pas¨® a unos entrenamientos m¨¢s intensos. ¡°Se juega como se entrena¡±, entonaba Koeman, capaz tambi¨¦n de alegrar al 10.
Adaptado a las circunstancias, encontr¨® en los j¨®venes la mejor de las respuestas hasta el punto de que Pedri (18 a?os), Ansu (18) y Dest (20) se atornillaron en el once como despu¨¦s hicieron Mingueza (21) y Araujo (21), tambi¨¦n en menor medida Ilaix (18) y Trinc?o (21). No ha tenido cabida Pjanic, fichaje del curso. ¡°Es un equipo de futuro¡±, resalt¨® Koeman recientemente. Con eso y con el baile de sistemas lleg¨® a competir en la Liga, l¨®gico si se atiende al presupuesto salarial. ¡°Hace cuatro meses no nos esper¨¢bamos luchar por el t¨ªtulo¡±, aseguraba Koeman. Pero se ha dado de bruces con la realidad, ahogado el equipo en lo mental, f¨ªsico y futbol¨ªstico. Ocurre que las piernas no siempre son el reflejo de los pies y el equipo no ha tenido un juego reconocible, acaso en las transiciones y sobre todo en la pegada porque no hay otro equipo que ataque m¨¢s en la Liga. Pero aunque se gobierne el esf¨¦rico, el Barcelona nunca ha dominado a los rivales de principio a fin y muchas de las decisiones t¨¢cticas se han discutido. M¨¢s que nada porque su idea original pasaba por el 4-2-3-1, sistema m¨¢s defensivo por definici¨®n. ¡°Es el mejor para estos jugadores¡±, defend¨ªa el holand¨¦s, que cambi¨® de parecer ante la falta de juego y resultados. Us¨® el 4-3-3, mejor¨® y acert¨® con el 3-5-2, al menos para recortar puntos y decepciones.
Contra los grandes
Fue insuficiente, sin embargo, para dar la talla en los grandes envites porque no ha ganado ni uno ¡ªacaso la final de Copa ante el Athletic¡ª, ca¨ªdo en Europa ante la Juve en la fase de grupos y luego el PSG, negado por el Madrid (dos derrotas) y el Atl¨¦tico (derrota y empate) en la Liga, superado por el Athletic en la Supercopa.
T¨¦cnico escogido por el anterior presidente, Josep Maria Bartomeu, porque quer¨ªa reconectar con la hinchada y nadie mejor que el hombre que le dio la primera Copa de Europa al Bar?a (1992), ahora Koeman atiende con desconcierto a las dudas sobre su figura. ¡°Me gustar¨ªa contestar sobre mi continuidad despu¨¦s del ¨²ltimo partido. El presidente me ha mostrado desde el primer d¨ªa su confianza. He firmado dos a?os y me veo entrenador el a?o que viene¡±, reflexion¨® antes de medirse al Levante y que su equipo se desdibujara, reincidentes las p¨¦rdidas y rotas las l¨ªneas, adem¨¢s de unos cambios pol¨¦micos porque Sergi Roberto jug¨® de central cuando es lateral o medio y salieron en los compases finales Braithwaite y Riqui Puig, an¨®nimos durante el curso.
Una acumulaci¨®n de delanteros que tambi¨¦n hace en el ¨¢rea propia en caso de apuros, aunque con defensas. Ya advirti¨® Koeman que se trataba de ganar a toda costa, algo que choca con los cruyffistas y guardiolistas, que siempre se refugiaron en la sentencia de Johan: ¡°Es todo muy sencillo: si marcas un gol m¨¢s que tu oponente, ganas¡±. Y eso le ha faltado en muchas ocasiones al Bar?a de Ronald Koeman.
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