La obra de arte de Van Basten
El holand¨¦s marc¨® en la final de la Euro 88 ante la URSS el gol m¨¢s espectacular en la historia de la competici¨®n
Seis d¨¦cadas y 16 ediciones con m¨¢s de 700 goles en las fases finales dan para elegir. Tantos de todos los gustos, colores e idiomas. Aunque la unanimidad en este tipo de acciones es casi imposible, el gol de Marco Van Basten en el Ol¨ªmpico de M¨²nich, en la final de 1988 contra la URSS, que supon¨ªa el 2-0 para Holanda, acapara nominaciones para ser considerado el m¨¢s espectacular de la historia de la competici¨®n.
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Seis d¨¦cadas y 16 ediciones con m¨¢s de 700 goles en las fases finales dan para elegir. Tantos de todos los gustos, colores e idiomas. Aunque la unanimidad en este tipo de acciones es casi imposible, el gol de Marco Van Basten en el Ol¨ªmpico de M¨²nich, en la final de 1988 contra la URSS, que supon¨ªa el 2-0 para Holanda, acapara nominaciones para ser considerado el m¨¢s espectacular de la historia de la competici¨®n.
Compiten con la obra de arte del holand¨¦s el estruendoso gol de Gascoigne en el Inglaterra-Escocia de 1996: ¡®sombrero¡¯ con la izquierda y empalme con la derecha sin que el bal¨®n tocara el c¨¦sped; el penalti de Panenka, ¨²ltimo lanzamiento, en la final de 1976; la media chilena en el aire del irland¨¦s Whelan a la URSS en el 88; la picadita del croata Suker a Schmeichel en el 96; la cuchara del checo Poborski, tambi¨¦n en el 96; la falta directa de Zidane contra Espa?a en el 2000¡
Todos geniales, pero posiblemente ninguno re¨²na en una misma acci¨®n tantas cualidades futbol¨ªsticas como el del 12 de la orange que asegur¨® para su pa¨ªs el primer gran t¨ªtulo internacional que llevaba a?os persiguiendo. Ese remate ten¨ªa todo lo que se puede tener: est¨¦tica, elegancia, inspiraci¨®n, toque, t¨¦cnica individual, precisi¨®n, potencia, osad¨ªa¡ y suerte, como el propio interesado reconoci¨® despu¨¦s del partido al describir la jugada.
Habla Marco: ¡°Est¨¢bamos ya en la segunda mitad, y estaba un poco cansado. El bal¨®n me lleg¨® de Arnold Muhren, y pens¨¦: ¡®puedo controlarlo y tratar de hacer algo entre todos esos defensas, o puedo hacerlo de un modo m¨¢s f¨¢cil, arriesgarme y disparar¡¯. Opt¨¦ por lo segundo. Se necesita mucha suerte con un disparo como ese. Es una de esas cosas que a veces simplemente ocurren. Intentas hacerlo, pero necesitas mucha suerte¡±.
Van Basten comenz¨® aquella Eurocopa como suplente. En su primera temporada en el Milan apenas jug¨® 11 partidos de Liga con tres goles (564 minutos). Lleg¨® con un tobillo tocado y se fractur¨® la clav¨ªcula a mediados de octubre. No reapareci¨® hasta abril. A partir de entonces no jug¨® ning¨²n partido completo, aunque marc¨® un gol importante para conquistar el scudetto ante el N¨¢poles en San Paolo. Michels confi¨® en ¨¦l y le convoc¨® para la Eurocopa.
Comenz¨® de suplente. Sus palabras, un ejemplo. ¡°Michels eligi¨® a Bosman, que ya hab¨ªa jugado unos cuantos partidos y lo hab¨ªa hecho bien. No hab¨ªa raz¨®n para cambiar. Nunca hay que cambiar las cosas cuando se gana y Holanda estaba ganando. Para m¨ª no fue un gran problema quedarme fuera. No estaba en buena forma. No ten¨ªa razones para pensar que yo deber¨ªa estar en el once inicial. Yo estaba ah¨ª mirando, aprendiendo y esperando mi oportunidad¡±.
Lleg¨® inmediatamente. Tras la derrota en el primer partido contra la URSS. Fue titular en el segundo contra Inglaterra. Casi sale por la puerta grande del Rheinstadion de Dusseldorf: tres goles. Dos con la izquierda y uno con la derecha. El puesto ya fue suyo hasta la final. En las semifinales contra Alemania, con 1-0 en contra, volvi¨® a aparecer. Le hicieron el penalti que Koeman transform¨® en el empate y suyo fue el segundo tanto, con la derecha, que val¨ªa la final que le catapult¨® a la gloria. Con esos cinco tantos se proclam¨® m¨¢ximo goleador de la competici¨®n. Ten¨ªa entonces 23 a?os y un futuro esplendoroso por delante que solo las lesiones truncaron de mala manera. No sin que antes fuera elegido en tres ocasiones Bal¨®n de Oro (1988, 1989 y 1992) y con su Milan acumulara un buen pu?ado de trofeos, entre los que relucen dos Copas de Europa consecutivas (1988 y 89).
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