En Gamonal rebelde y combativo, triunfo al ¡®sprint¡¯ de Philipsen
Victoria del belga por delante del Jakobsen que quiere renacer la v¨ªspera de la primera gran monta?a de la Vuelta, el Pic¨®n Blanco
Entre Caleruega y la Burgos rebelde y combativa del barrio de Gamonal que aplaude a Primoz Roglic de rojo siempre, tierras agostadas, sembrados, rastrojos, ni un alma en el campo hirviente y dominical que sestea y el viento agita los chopos en las riberas. En Castilla seca y dura el pelot¨®n recorre los caminos de la memoria, de la vida. Pasan por Est¨¦par, donde a¨²n se lucha para identificar a todos los arrojados a las fosas comunes del 36, por no olvidar n...
Entre Caleruega y la Burgos rebelde y combativa del barrio de Gamonal que aplaude a Primoz Roglic de rojo siempre, tierras agostadas, sembrados, rastrojos, ni un alma en el campo hirviente y dominical que sestea y el viento agita los chopos en las riberas. En Castilla seca y dura el pelot¨®n recorre los caminos de la memoria, de la vida. Pasan por Est¨¦par, donde a¨²n se lucha para identificar a todos los arrojados a las fosas comunes del 36, por no olvidar nunca, deber de memoria. Rozan Antig¨¹edad, al otro lado de unos cerros y el vuelo de rapaces, el pueblo del Cerrato que erigi¨® un monumento a Lance Armstrong en la carretera en la que el norteamericano que regresaba para inmolarse, en 2009, se rompi¨® la clav¨ªcula.
El aficionado al deporte, en su casa, recuerda a Torpedo M¨¹ller, que perdi¨® la memoria antes de morir, sus goles, la derrota de la gran Holanda de Cruyff, y los del ciclismo desean que gane Fabio Jakobsen, que hace un a?o, el 8 de agosto, en un sprint salvaje en Katowice perdi¨® casi la vida y 10 dientes y, en interminables sesiones de cirug¨ªa, gan¨® decenas de cicatrices en su rostro y en su cuerpo martirizado. ¡°Pero las piernas siguen fuertes¡±, dec¨ªa antes de llegar a la Vuelta el neerland¨¦s, que no puede olvidar su ca¨ªda, y todas las noches, dice, le asalta la memoria, y el miedo. ¡°Pero tambi¨¦n siento que la adrenalina me invade cuando llego a la recta del sprint¡±.
Y en la recta interminable de calle de Vitoria, Jakobsen, 24 a?os a¨²n, todo adrenalina, le salta a la rueda al australiano Michael Matthews y cree que va a ganar, pegado a la derecha, pero subrepticiamente, por la izquierda, le adelanta por una rueda Jasper Philipsen, de 23 a?os, otro de los veloces de su generaci¨®n, que ha acelerado protegido del viento y desborda a Sebasti¨¢n Molano, el colombiano que trata de anticipar la llegada.
Gana el belga que en el Tour de Cavendish siempre era segundo y casi hasta se disculpa por no haberle permitido a Jakobsen cerrar el ciclo de su ca¨ªda y su interminada recuperaci¨®n ¨Cen invierno le esperan m¨¢s cirug¨ªas para recomponer del todo su rostro y su mand¨ªbula-- ganando de nuevo una etapa en la Vuelta, como las gan¨® en El Puig y en Madrid en 2019. ¡°Qu¨¦ alegr¨ªa verle tan fuerte a Fabio¡±, dice Philipsen, ya ganador a los 22 de una etapa en la Vuelta pasada. ¡°Es emocionante ver c¨®mo se recupera y sigue progresando. Ser¨¢ mi gran rival los pr¨®ximos a?os¡±.
Con un cambio de plano brusco, sin fundidos, una historia simult¨¢nea y diferente, la c¨¢mara, la mirada de la Vuelta a Espa?a, olvida a los sprinters que del Benelux llegan acelerando y se dedica a los escaladores, a los GC men (los que van por la general) que dice Roglic, quien se agarra a la mascota de la Vuelta, un torito bravo con botines y desea estar ya escalando el Pic¨®n Blanco, en las Merindades fronterizas con Bizkaia. Es la primera monta?a de la Vuelta, ¡°el primer d¨ªa para hacer diferencias entre los mejores¡±, dice Roglic, el impaciente, que habla de Santiago, de la ¨²ltima etapa, de que lo importante es salir de rojo de aquella contrarreloj, pero piensa en la monta?a burgalesa, a la que llega con la ventaja de la contrarreloj de la catedral sobre todos, y con algunos segundos m¨¢s sobre dos ingleses, Adam Yates y Hugh Carthy, en el podio este la pasada Vuelta, que se vieron cortados en una ca¨ªda en una recta ¨Cnervios, viento ma non troppo¡ªa cuatro kil¨®metros de Gamonal. ¡°Ay, las ca¨ªdas son cosas que pasan¡±, sonr¨ªe Roglic, el experto que se fue del Tour ca¨ªdo y herido. ¡°Forman parte del ciclismo, pero esta vez a m¨ª no me ha tocado¡±.
Mientras Adam Yates, gemelo de Simon, el ganador de la Vuelta del 18, gem¨ªa y se esforzaba a cola para no descolgarse en exceso, en la cabeza, junto a Roglic, aceleraba la marcha su compa?ero Dylan van Baarle, y a su rueda Richard Carapaz, su casco dorando de campe¨®n ol¨ªmpico y sus gafas de espejo dorado brillaban, y Egan Bernal, los dos del Ineos que en el Pic¨®n Blanco, uno de los santuarios del landismo, y Mikel Landa lo respeta, querr¨¢n mirarle de cerca a Roglic, cara a cara, y Enric Mas y Superman L¨®pez, tambi¨¦n. O eso piensan.
Puedes seguir a EL PA?S DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.