Flotando sobre la tormenta, Kamila Valieva patina mejor que ninguna
La joven patinadora rusa, de 15 a?os, reina de los Juegos a su pesar, logra la mejor puntuaci¨®n en el programa corto y es la gran favorita para el oro en medio del esc¨¢ndalo por su dopaje
¡°Verla patinar me relaja¡±, confiesa en Eurosport Javier Fern¨¢ndez, el patinador espa?ol, y el mundo desea que sea as¨ª, en efecto, aunque duda que sea posible, que se calme Pek¨ªn, que frene el hurac¨¢n levantado en los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno con el misterio-embrollo-caso Kamila Valieva, la patinadora rusa de 15 a?os, sobre cuyos aparentemente fr¨¢giles hombros se ha desplomado el planeta, o casi.
No se sabe si el cielo chino dejar¨¢ de ser tormentoso, un imposible, pero ello, pantone sobres gasas de violetas, morados y negros, y brillos de Swarovski, no pareci¨® importarle mucho a Valieva, que entre ruido de obturadores de c¨¢mara, luces de focos solo dirigidos a ella, patina casi tan bien como es capaz durante los casi tres minutos del programa corto, y, aunque lejos de su mejor marca (logr¨® 82,16 puntos, cuando al ganar hace un mes el Europeo lleg¨® a 90,45), termina la primera, inquebrantable y a la vez temblorosa. Segunda, como estaba previsto, es su compa?era de club en Mosc¨² y de entrenamientos Anna Shcherbakova (80,20 puntos), la m¨¢s madura, a los 17 a?os, y la m¨¢s cl¨¢sica y correcta de las replicantes entrenadas en el Sambo 70 por la sulfurosa maestra Eteri Tutberidze, y, sorprendentemente, tercera no acaba la reina rusa de los cu¨¢druples, la tan fuerte Anna Trusova, tambi¨¦n de 17 a?os, que se cae en el triple axel de comienzos y no arriesga con algunos de los cu¨¢druples saltos que hace como quien hace churros, sino la japonesa Kaori Sakamoto, tambi¨¦n muy f¨ªsica, muy veloz, con 79,84 puntos.
Pese a ello, en Pek¨ªn las tres patinadoras rusas made in Tutberidze pueden copar el podio final como hicieron en los Europeos de Tallin el 13 de enero. La puntuaci¨®n del programa corto se lleva al programa libre (el jueves, a partir de las 11.00, con las 25 primeras clasificadas) y la suma de los dos programas generar¨¢ la clasificaci¨®n final.
Kamila Valieva es la gran favorita, pero ya advirti¨® el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) que si logra quedar entre las tres primeras no habr¨¢ ceremonia de podio ni entrega de medallas, que se aplaza hasta que un juicio determine si debe ser castigada por un positivo por dopaje antes de los Juegos. Para que concluya un proceso jur¨ªdico-deportivo a¨²n no iniciado pueden pasar meses, si no a?os.
Este retraso en la proclamaci¨®n de la campeona ol¨ªmpica es el precio que debe pagar el movimiento ol¨ªmpico, y las dem¨¢s deportistas, para proteger la presunci¨®n de inocencia de la deportista rusa, en cuya orina recogida el 25 de diciembre el laboratorio antidopaje de Estocolmo encontr¨® metabolitos del medicamento prohibido trimetazidina. En una decisi¨®n controvertida, y muy criticada en Occidente, el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) aval¨® que a Valieva se le levantara la suspensi¨®n provisional que autom¨¢ticamente establece el C¨®digo Mundial Antidopaje ¡°para no da?arla irremediablemente¡±.
¡°Patina muy bien, interpreta muy bien la m¨²sica¡±, contin¨²a Fern¨¢ndez, medallista de bronce en los Juegos de Pyeongchang hace cuatro a?os, fascinado por la patinadora de Kazan, que falla ligeramente en su primer elemento, un triple axel que inicia con una inclinaci¨®n exagerada pero salva en el aterrizaje. Suena su m¨²sica habitual, el In Memoriam compuesto por su amigo pianista de apellido legendario Kiril Richter, y, en esa nube de belleza en la que se instalan las almas, nadie, salvo los irredentos, parece acordarse de la suciedad que la precede. Se apaga la m¨²sica y los ojos de la ni?a reina se llenan de l¨¢grimas, pero su r¨ªmel resiste mientras ella recibe el abrazo de Tutberidze, que lleva consigo para d¨¢rselo su peluche favorito, un conejito rosa con el que se sienta ante las c¨¢maras, junto a la imponente y dominante Tutberidze de la gran melena rubia ondulada y libre, un cuenco de noodles derramados sobre su cabeza, en la bien llamada zona de kiss and cry (besitos y l¨¢grimas), el banco en el que esperan la valoraci¨®n objetiva de los jueces y en la que Kaori Sakamoto no lanza besitos a la c¨¢mara (imposible con la FFP2 bien firme en su boca) sino que exhibe, y levanta como si fueran mancuernas, dos paip¨¢is con las fotos de sus progenitores, feliz.
Pero, pese a acumular en su regazo media docena de conejitos de peluche m¨¢s de la colecci¨®n de su pupila que sigue la tradici¨®n del patinaje en la que destaca el colega m¨¢gico japon¨¦s Yuzuru Hanyu y su b¨²squeda del cu¨¢druple axel, que acumula Winnies the Pooh infinitos, Tutberidze no parece estar feliz. No relaja su m¨¢scara severa que escrutan inquisitivas las c¨¢maras quiz¨¢s para centrar en ella la gran duda sobre la medicaci¨®n antianginosa ingerida por su entrenada. As¨ª, el historial turbulento de Tutberidze, tan dura que su lema es ¡°No puede haber compasi¨®n en el trabajo¡±, sale a la superficie de las aguas no tan apacibles del patinaje mundial. La doble campeona del mundo Evguenia Medvedeva dej¨® el patinaje antes de cumplir los 20, agotada ya mentalmente, y recordaba con risas en L¡¯?quipe episodios de malos tratos infligidos por Tutberidze cuando ten¨ªa seis a?os que la hab¨ªan hecho m¨¢s fuerte. La primera campeona surgida de su factor¨ªa, que funciona a pleno rendimiento desde 2014, Iulia Lipnistkaia, se retir¨® a los 19 a?os incapaz de superar un proceso de anorexia. La campeona ol¨ªmpica de 2018, Alina Zagitova, se retir¨® hace dos a?os porque ya no pod¨ªa competir con las m¨¢s j¨®venes, el tr¨ªo Valieva-Trusova-Shcherbakova que manda ahora. Tutberidze es fuerte y sobrevivi¨® a la bomba que en 1995 derrib¨® un edificio en Oklahoma City, donde paraba durante una gira de a?os por Estados Unidos, y provoc¨® 168 muertes. Y sus patinadoras deben ser al menos tan fuertes. Y ellas, como su responsable, tienen que hacer todo lo posible para ser las mejores, incluidos cu¨¢druples saltos que nadie m¨¢s puede intentar, tan tiernas de edad a¨²n.
El Comit¨¦ Ol¨ªmpico Ruso (ROC) intenta distraer la atenci¨®n del respetable alegando, como revela Dennis Oswald, del COI, que la trimetazidina entr¨® en el cuerpo de Valieva porque la ni?a sufri¨® una confusi¨®n con la medicaci¨®n de su abuelo. La explicaci¨®n, quiz¨¢s hallada rebuscando en Google famosas disculpas de dopados, suena a peregrina, entre otras cosas por la curiosa historia de la entrada de la trimetazidina en la lista de sustancias prohibidas.
El medicamento para corazones d¨¦biles est¨¢ all¨ª desde 2014 porque los laboratorios antidopaje, alarmados por el gran n¨²mero de muestras de deportistas del Este en las que encontraban su rastro, alertaron a la AMA, organismo que aplicando la regla de si la usan ser¨¢ que es buena, la prohibi¨®, sin m¨¢s pruebas de su presunta influencia en el rendimiento. Aun as¨ª, la argucia puede tener ¨¦xito en el largo camino del proceso definitivo, que pasar¨¢ primero por la Rusada, si el contraan¨¢lisis aun no ejecutado ratifica el hallazgo, y acabar¨¢ en el TAS.
Le vali¨® a otro deportista ruso, el vallista campe¨®n del mundo Sergu¨¦i Shubenkov, absuelto despu¨¦s de alegar que su positivo por un diur¨¦tico se debi¨® a la ingesta involuntaria de un medicamento de su hijo; y por un diur¨¦tico que deb¨ªa de ser de su mujer y que tom¨® porque lo confundi¨® con una aspirina, Onana, portero entonces del Ajax, fue sancionado solo un a?o, y no dos como manda el c¨®digo. De dos meses solamente fue el castigo para la tenista italiana Sara Errani, que explic¨® que un medicamento prohibido lleg¨® a su cuerpo porque unas pastillas para el c¨¢ncer de mama de su madre hab¨ªan ca¨ªdo en la olla en la que coc¨ªa unos tortellini.
Las gentes del patinaje lamentan que su deporte sea solo el m¨¢s popular de los Juegos cuando un esc¨¢ndalo lo sacude, pero el mundo recuerda otros grandes momentos -la guerra Tonya Harding, la primera que hizo un triple axel, con Nancy Kerrigan antes y durante Lillehammer 94; las puntuaciones trucadas y compradas que acabaron en un doble oro ruso-canadiense en los Juegos de Salt Lake City 2002- que encontr¨® tan apasionantes como las mejores pel¨ªculas, y decide que s¨ª, que solo el patinaje, su peque?o mundo de arte, celos, ambiciones, fracasos y trampas tan concentrado, es capaz de reproducir con tanta intensidad los grandes motivos que de verdad emocionan.
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