Rafa versus Nadal

Creo que la frase de Rafa Nadal fue algo as¨ª como: ¡°Tendr¨¦ que hablar conmigo mismo para saber lo que hago¡±.

La cuesti¨®n estaba referida a esa lesi¨®n ya cr¨®nica que tras muchos a?os oculta o disfrazada nos ha convertido a todos los espa?oles interesados en esto del deporte en especialistas en el pie, sus huesos y sus tratamientos. Esa lesi¨®n, la enfermedad de M¨¹ller-Weiss, que tiene nombre ...

Creo que la frase de Rafa Nadal fue algo as¨ª como: ¡°Tendr¨¦ que hablar conmigo mismo para saber lo que hago¡±.

La cuesti¨®n estaba referida a esa lesi¨®n ya cr¨®nica que tras muchos a?os oculta o disfrazada nos ha convertido a todos los espa?oles interesados en esto del deporte en especialistas en el pie, sus huesos y sus tratamientos. Esa lesi¨®n, la enfermedad de M¨¹ller-Weiss, que tiene nombre de goleador alem¨¢n y parece que viene con cl¨¢usula de rescisi¨®n impagable.

Cuando ve¨ªa el calentamiento previo a la final, all¨ª en el t¨²nel de vestuarios y con Casper Ruud a su lado, pensaba que Nadal activaba la presi¨®n desde antes de empezar el partido y que utilizaba esos minutos, que imagino eternos antes de saltar a la pista, para ganar unas d¨¦cimas de ventaja psicol¨®gica que en este tipo de finales pueden ser decisivas. Ya saben aquello de las finales y los peque?os detalles.

Pero confirmando que hay tantas visiones como posibilidades, ahora sabemos que estaba probando su anestesiado pie, sus sensaciones y la respuesta de su cuerpo ante tan singular situaci¨®n. Vamos, que si Ruud lo llega a sentir de esa manera ¡ª?acaso lo hizo y no lo sabemos, que estos noruegos son muy discretos?¡ª, estar¨ªa ante una de esas luces positivas que buscamos todos lo que alguna vez hemos estado en ese tipo de lugares, en ese tipo de situaciones. Donde todos ve¨ªamos una fortaleza de Nadal, se dejaba adivinar una sombra de duda, una sombra de debilidad, un peque?o detalle del que el noruego podr¨ªa tirar para seguir siempre dentro de la final.

Como se ha escrito todo sobre el partido, sobrevuelo sobre ¨¦l para aterrizar en la sala de prensa posterior y quedarme con esa reflexi¨®n con la que empezaba mi texto y que me llam¨® la atenci¨®n de forma poderosa. Le explico. La vida de un deportista, como la suya, vamos, discurre en una permanente conversaci¨®n interna entre ese ¨¢ngel que te dice que todo es posible, que todo va a ir bien, que hay que seguir adelante porque el futuro va a ser maravilloso, y ese diablo que nos come por dentro record¨¢ndonos que el porcentaje de los que llegan es m¨ªnimo, que el rival es muy bueno, que tu f¨ªsico llega hasta donde llega y nada m¨¢s, que todo depende de que tu cuerpo sea capaz de soportar el dolor de esa torcedura, de ese golpe, de esa peque?a lesi¨®n que no acaba de irse. Conversaciones que Rafa Nadal ya est¨¢ acostumbrado a gestionar, a responder, a apartar cuando llega la competici¨®n o en esos escasos momentos de reposo en los que, al liberarse la mente, las dudas y las preguntas parece que tienden a aflorar.

Pero se dir¨ªa que ese ¡°tengo que hablar conmigo mismo¡± va mas all¨¢ de esas conversaciones ¨¢ngel-diablo para convertirse, tal vez y solo tal vez, en una charla simple y seria, como siempre que nos habla el tenista mallorqu¨ªn, entre Rafa y Nadal. Entre el presente y lo que puede este alterar el futuro. Entre lo que se puede y se debe hacer.

O lo que conviene hacer.

A¨²n recuerdo cuando tras su primer Roland Garros, Rafa y su t¨ªo Toni me contaban que por ellos ya estaba todo hecho, que ya estaban satisfechos y que inscribir su nombre en el torneo de Paris ya justificaba toda una carrera. Se ha comprobado que le fueron cogiendo gusto al tema y 22 grandes despu¨¦s, m¨¢s Copas Davis y m¨¢s otros torneos yo dir¨ªa que en ese personal e ¨ªntimo partido Rafa versus Nadal, Rafael Nadal se ha ganado el derecho a darse la mejor respuesta para s¨ª mismo y, de esa forma, para todos los suyos.

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