El ¡®enemigo¡¯ V¨ªctor Font
A su juicio, Laporta es presa de la improvisaci¨®n, pero ni por esas se puede calificar su oposici¨®n como destructiva
V¨ªctor Font es una de esas personas a las que siempre parecen salirles las cuentas, como si tuviesen un don natural o un procesador de ¨²ltima generaci¨®n incrustado en el cerebro. Ese tipo de cosas se ven, si uno sabe d¨®nde mirar. No es necesario escrutar la salud de sus negocios. Ni preguntar por la rentabilidad de sus inversiones. Basta con observarlo mientras se maneja con la carta de un restaurante, pidiendo entrantes y principales para todos mientras el camarero toma la comanda, visiblemente conforme con lo que es...
V¨ªctor Font es una de esas personas a las que siempre parecen salirles las cuentas, como si tuviesen un don natural o un procesador de ¨²ltima generaci¨®n incrustado en el cerebro. Ese tipo de cosas se ven, si uno sabe d¨®nde mirar. No es necesario escrutar la salud de sus negocios. Ni preguntar por la rentabilidad de sus inversiones. Basta con observarlo mientras se maneja con la carta de un restaurante, pidiendo entrantes y principales para todos mientras el camarero toma la comanda, visiblemente conforme con lo que escucha. ¡°?As¨ª est¨¢ bien?¡±, pregunta por pura educaci¨®n. Y sin esperar confirmaci¨®n apoya los codos sobre la mesa, cruza los dedos, tap¨¢ndose parcialmente la boca, y deriva la charla a su tema favorito: el Bar?a.
Al candidato Font ¡ªahora convertido en oposici¨®n sosegada a Joan Laporta y visiblemente alejado del vedetismo apocal¨ªptico de Toni Freixa¡ª le traicion¨® esa clarividencia suya para conocer el resultado de las cosas. Durante meses se vio como futuro presidente del Bar?a, bien sustentadas sus aspiraciones por los indicadores demosc¨®picos con los que trabaja su equipo. La masa social del Bar?a ansiaba el cambio, espoleada por las informaciones sobre la deteriorada salud econ¨®mica del club, los esc¨¢ndalos recurrentes, el burofax de Messi y todav¨ªa con la renuncia de Cruyff o el adi¨®s de Guardiola incrustados en la garganta como fin¨ªsimas espinas de pescado, de esas que te permiten respirar con normalidad pero sin dejar de incomodar. Solo le faltaba una variable en la ecuaci¨®n: la fuerza de la nostalgia.
En cuanto se confirm¨® que Laporta presentar¨ªa su candidatura para suceder a Bartomeu, el candidato Font comprendi¨® que ten¨ªa por delante una monta?a casi imposible de escalar. Pod¨ªa apelar a la ruptura con el pasado, al fin de los ismos, a una gesti¨®n audaz, al cruyffismo compartido y al aval de importantes voces del barcelonismo, pero ni s¨ª se ve¨ªa con posibilidades de batir el recuerdo de los mejores a?os del Bar?a, que otra vez representaba el expresidente, una vez abrasados sus verdugos. En esa persecuci¨®n al legado de Laporta, por cierto, nunca estuvo involucrado un V¨ªctor Font que, por la l¨®gica de los procesos electorales, comenz¨® a ser visto como un enemigo declarado del laportismo.
Entrevistado esta semana en la SER, Font insisti¨® en las bondades del proyecto desechado, en su capacidad para modernizar el club y activar palancas distintas de las que planea Laporta. A su juicio, el presidente es presa de la improvisaci¨®n, algo l¨®gico si tenemos en cuenta su naturaleza, pero ni por esas se puede calificar su oposici¨®n como destructiva. La ¨²nica duda que se plantea es si tambi¨¦n esto forma parte de sus c¨¢lculos para alcanzar una futura presidencia o todo se reduce a una mera cuesti¨®n de principios. ¡°Laportistas somos todos¡±, saluda a un viandante que se presenta como seguidor del actual presidente: guste o no guste, lo ha vuelto a clavar.
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