Frenkie nunca encontr¨® su sitio
¡°Su caso no es comparable a los de Coutinho o Demb¨¦l¨¦: a ¨¦l, conviene recordarlo, lo convencieron de que hab¨ªa nacido para jugar en el Bar?a en un tiempo en que ni el propio Bar?a sab¨ªa a qu¨¦ jugaba¡±
Hace tiempo que el Ajax funciona como una especie de Rinc¨®n del vago para el Bar?a. Cuando el trabajo y la audacia brillan por su ausencia ¡ªdefectos que se convirtieron en rutina durante la ¨²ltima d¨¦cada¡ª, siempre aparece un espabilado que mira hacia ?msterdam e identifica a uno o varios futbolistas que, desde su l¨®gica del m¨ªnimo esfuerzo, resultan trasplantables al nuevo ecosistema sin provocar rechazo, como si los godenzonen fuesen una especie de donantes universales para el club azulgrana: ¡°Error 404 Not Found¡±.
Frenkie de Jong, con todas sus virtudes, pertenece a la ¨¦lite de este movimiento acelerado que nutre al Bar?a de sue?os improbables mientras el Ajax engorda sus arcas con sumas de dinero que parecen crecer de los ¨¢rboles. En el caso del centrocampista, su traspaso se valor¨® en 75 millones de euros m¨¢s otros 11 en variables, toda una ganga a la que el PSG o el Manchester City no pudieron hacer frente por las limitaciones que entonces les impon¨ªa el fair play financiero. Pero el Bar?a s¨ª pudo, ajeno a cualquier principio de prudencia y sin que ninguno de los controles imperantes ¡ªni los propios, ni los de LaLiga¡ª levantasen la voz por la ya entonces m¨¢s que dudosa situaci¨®n financiera del club.
Temas mundanos aparte, lo cierto es que Frenkie nunca encontr¨® su sitio por dos razones. La primera tiene nombre y apellidos: Sergio Busquets. La segunda, f¨¢cil de intuir, pero dif¨ªcil de reconocer en un club que vive de frases hechas, es que el Bar?a y el Ajax no practican el mismo juego. Se parecen, s¨ª. Pero tambi¨¦n alimentan ciertas contraindicaciones que convierten a futbolistas como De Jong en elementos de dif¨ªcil encaje. Si a esto le sumamos que el Bar?a no tiene un entrenador-formador desde la marcha de Guardiola, el resultado es un futbolista que se empe?a en trasladar el bal¨®n y pisar lo fregado sin que nadie haya sido capaz de explicarle que una cosa es el f¨²tbol posicional del Ajax y otra muy distinta, el juego de posici¨®n que Xavi pretende recuperar en el Bar?a.
Solo el tiempo dir¨¢ si el entrenador de Terrassa podr¨¢ conseguirlo, pero todo parece indicar que el momento de Frenkie ya pas¨®. Son tres los a?os que lleva enrolado en la nave y ni por esas ha sido capaz de interpretar lo que futbolistas noveles como Pedri y Gavi comprenden desde el primer momento: en eso consiste tambi¨¦n la aut¨¦ntica calidad, que por algo es prima hermana de la inteligencia. So?ar con una inmediata redenci¨®n del holand¨¦s ser¨ªa, a estas alturas de la aventura, la versi¨®n blaugrana del roce y el cari?o: el mismo valor emp¨ªrico, la misma trampa mortal.
Les queda pues, a Frenkie y al Bar?a, no hacerse da?o en la despedida. Profesional intachable, De Jong se merece que el club no sobrepase ciertas l¨ªneas a la hora de mostrarle la puerta de salida. Su caso no es comparable a los de Coutinho o Demb¨¦l¨¦: a ¨¦l, conviene recordarlo, lo convencieron de que hab¨ªa nacido para jugar en el Bar?a en un tiempo en que ni el propio Bar?a sab¨ªa a qu¨¦ jugaba.
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