El embrujo de Laporta en el Barcelona
El presidente cul¨¦ ha conseguido, ante el asombro del f¨²tbol, gastar 158 millones en fichajes a pesar de que el club est¨¢ arruinado, encandilando a unos mientras otros, callados, creen que es un populista
El f¨²tbol asiste con asombro al exhibicionismo de Joan Laporta. No es f¨¢cil entender el desaf¨ªo del presidente del Barcelona cuando el contexto invita al pudor y a la penitencia por el despilfarro habido antes y despu¨¦s de la pandemia en el Camp Nou. La cuesti¨®n es c¨®mo se explica que un club arruinado sea tambi¨¦n uno de los que m¨¢s dinero ha gastado hasta el momento en fichajes: 153 millones fijos por 186 del Chelsea, seg¨²n la web especializada Transfermarkt.
Nada m¨¢s llegar a la presidencia Laporta pidi¨® un cr¨¦dit...
El f¨²tbol asiste con asombro al exhibicionismo de Joan Laporta. No es f¨¢cil entender el desaf¨ªo del presidente del Barcelona cuando el contexto invita al pudor y a la penitencia por el despilfarro habido antes y despu¨¦s de la pandemia en el Camp Nou. La cuesti¨®n es c¨®mo se explica que un club arruinado sea tambi¨¦n uno de los que m¨¢s dinero ha gastado hasta el momento en fichajes: 153 millones fijos por 186 del Chelsea, seg¨²n la web especializada Transfermarkt.
Nada m¨¢s llegar a la presidencia Laporta pidi¨® un cr¨¦dito de 125 millones para salvar el vac¨ªo en la caja. Unos meses m¨¢s tarde, volvi¨® a tocar la puerta de Goldman Sachs -la misma financiera que aportar¨¢ unos 1.500 millones para el nuevo Camp Nou- para solicitar 595 millones. Y, aunque hoy la deuda asciende a unos 1.300 millones, las p¨¦rdidas del ¨²ltimo ejercicio se situaron en unos 470 millones, la masa salarial ha vuelto a subir a m¨¢s de 600 millones cuando se quer¨ªa reducir a 400, el Barcelona se ha comprometido a pagar ¨Cel precio var¨ªa seg¨²n la fuente¨C: 50 millones al Sevilla por Kound¨¦; 58 millones al Leeds United por Raphinha, 45 millones al Bayern por Lewandowski y cinco al Racing por Pablo Torre mientras que Christensen y Kessi¨¦ se presentaron con la carta de libertad procedentes del Chelsea y el Milan.
Habr¨¢ seguramente alguna incorporaci¨®n m¨¢s ¨Cseguramente la de Marcos Alonso¨C despu¨¦s del empate contra el Rayo. Las altas, en cualquier caso, estar¨¢n en funci¨®n de una lista de bajas y traspasos que hasta ahora no ha proporcionado m¨¢s de 35 millones despu¨¦s de las salidas de Coutinho ¨Cel Aston Villa pag¨® 20 millones¨C, Jutgl¨¤ ¨Cel Brujas abon¨® cinco¨C y Trinc?o ¨Cel Sporting Club puede llegar a aportar 10¨C. No dejaron ni un euro Neto (Bournemouth), Wagu¨¦ (Gorica), Alves (Puma), Adama (Wolves), Luuk de Jong (PSV) Mingueza (Celta), Lenglet (Tottenham), Riqui Puig (Los ?ngeles Galaxy) y Collado (Elche). Todav¨ªa se desconoce el destino de Umtiti, Braithwaite y Memphis y no se para de mercadear con Frenkie de Jong.
Los pocos ingresos y las muchas transferencias pendientes han alertado a la mayor¨ªa de clubes: ¡°Si no paga, tendremos un problema global que saldr¨¢ en todos los medios del mundo¡±, coment¨® Andrea Radizzani, propietario del Leeds a The Athletic despu¨¦s de que la pol¨ªtica deportiva del Bar?a haya provocado el inter¨¦s y la perplejidad de diarios como The New York Times. ¡°No soy un jugador, tomo riesgos calculados¡±, se defendi¨® Laporta despu¨¦s de recaudar cerca de 800 millones por la activaci¨®n de cinco palancas, un t¨¦rmino que ha hecho fortuna en la jerga barcelonista y que explica la habilidad del presidente para disimular la p¨¦rdida de patrimonio de la entidad.
Las palancas son simplemente activos que el Bar?a ha vendido con el permiso de la asamblea: el 25% de los derechos de televisi¨®n por 25 a?os a Sixth Street ¨Cel 10% por 207 millones y el 15% por 320¨C y el 49% de Bar?a Studios por unos 200 millones ¨Cun 24,5% a Socios.com por 100 millones y el 24,5% por 100 millones m¨¢s a Orpheus Media, empresa administrada por Jaume Roures, el productor audiovisual y socio fundador de Mediapro que ya aval¨® a ¨²ltima hora a Laporta en las elecciones de 2021¨C. Y para cuando falte m¨¢s dinero para cubrir gastos se recurrir¨¢ al 49% del capital de la sociedad BLM que se encarga de la comercializaci¨®n de los productos del Barcelona.
Un plan arriesgado porque Laporta prefiere emplear los euros en fichajes y no en reducir la deuda una vez que el club ha recuperado fondos propios y mejorado su balance y solvencia. Nadie duda en cualquier caso de que los acreedores controlar¨¢n la inversi¨®n y fiscalizar¨¢n una contabilidad que exige mucha austeridad y el aumento de unos ingresos ya limitados y disminuidos desde la partida de Messi: dejar¨¢ de ganar 41 millones al a?o por los derechos de televisi¨®n y la explotaci¨®n del estadio quedar¨¢ alterada en 2023 por el traslado a Montju?c a causa del Espai Bar?a. Tampoco ser¨¢ f¨¢cil manejar un presupuesto que prev¨¦ 920 millones de gastos, 620 de los cuales forman parte de la partida de fichas y amortizaciones y 300 en salarios no deportivos.
El poder de los fondos de inversi¨®n aumenta en la misma proporci¨®n que disminuye la capacidad de maniobra del Bar?a. El riesgo es que la entidad se convierta a corto o medio plazo en una sociedad an¨®nima deportiva (SAD). As¨ª se comenta en medios financieros y alg¨²n sector del propio barcelonismo la considera necesaria para encauzar al Bar?a. No es la opini¨®n de Laporta porque donde los dem¨¢s advierten un problema de dif¨ªcil soluci¨®n, el presidente vislumbra una oportunidad ¨²nica para reflotar al club en la l¨ªnea que ya traz¨® cuando fue elegido presidente por vez primera en 2003. La diferencia es que la jugada es ahora mucho m¨¢s arriesgada. ¡°No nos jugamos la temporada sino el futuro a una carta¡±, coinciden en se?alar fuentes cercanas al propio Camp Nou.
Nadie lleva la contraria a un presidente que se ha convertido en el director ejecutivo de un club que funciona como una empresa familiar despu¨¦s de prescindir del CEO Ferran Reverter. A riesgo de caer en el nepotismo y asumir la partida de ejecutivos solventes, la fidelidad prima sobre la profesionalidad, escarmentado como qued¨® Laporta por las crisis de gobierno de su anterior mandato (2003-2010). Ya sin el yugo de los avales, la directiva no tiene m¨¢s control que el de unos socios encantados de la vida porque, a pesar de su condici¨®n de propietarios del club, la crisis no ha afectado a su bolsillo, ajenos a la negligencia de la junta anterior de Josep Maria Bartomeu. ¡°No tienen culpa de lo que pas¨®¡±, repite el actual presidente del Bar?a.
Laporta prefiere tocar los sueldos y revisar los contratos de los jugadores ¨Cse trata de diferir o rebajar las cantidades acordadas¨C para cuadrar las cuentas que exige la Liga. Los abonados se felicitan porque el presidente haya recuperado el mando de un club que hab¨ªa quedado en manos de los futbolistas y agradecen que la sinton¨ªa del estadio dependa de un patrocinador como Spotify.
El presidencialismo de Laporta no solo se presenta como necesario desde su entorno, sino que presume de no tener alternativa y de ser muy representativo del barcelonismo frente a los clubes propiedad de jeques o de los que est¨¢n en manos de empresarios chinos o de los Estados Unidos. El empresario Jaume Roures, el socio fundador de Mediapro y administrador de Orpheus Media que ha comprado el 24% de Bar?a Studios, sostiene que Florentino P¨¦rez actu¨® de la misma manera que Laporta en 2000 cuando tuvo que levantar al Madrid.
Laporta no es un constructor ni un millonario sino que responde a la figura de un abogado barcelon¨¦s que parece haber nacido para ser presidente del Bar?a. ?Hay alguien m¨¢s barcelonista, m¨¢s cruyffista, m¨¢s guardiolista y m¨¢s independentista que Laporta despu¨¦s de haber sido concejal y diputado al Parlament de Catalu?a en 2010, antes del proc¨¦s? Incluso parece haber metabolizado el barcelonismo despu¨¦s de combatir a Josep Llu¨ªs N¨²?ez y compartir directiva primero y rivalizar despu¨¦s con Bartomeu y Sandro Rosell. El universo del Bar?a gira a su alrededor desde que lider¨® el Elefant Blau y la moci¨®n de censura de 1998.
El propio Laporta fue sometido a un voto de castigo en 2008 y dos a?os despu¨¦s afront¨® una acci¨®n de responsabilidad social presentada por la directiva de Rosell. Aquellas causas resueltas a su favor le sirven ahora de alguna manera para no tener que dar explicaciones sobre su manera de llevar las cosas en su regreso a la presidencia desde 2021. Hoy no se detallan las operaciones con la excusa de la confidencialidad ni se explica si se pagaron comisiones por los fichajes de Raphinha y Lewandowski, sino que el presidente pide p¨²blicamente un reconocimiento por la faena de intermediarios amigos como Pini Zahavi.
La condici¨®n de haber sido el presidente del considerado mejor Bar?a de la historia, aquel que en 2009 se defin¨ªa por su estilo de juego y culto a la Masia, le avala frente a los que dejaron al club en quiebra t¨¦cnica y por tanto sin defensa. No hay demandas ni denuncias como suced¨ªa en ¨¦pocas anteriores y hasta la oposici¨®n es constructiva dado el momento cr¨ªtico del Bar?a: la propuesta deportiva del candidato V¨ªctor Font, personificada en Xavi y Jordi Cruyff, fue absorbida a fin de cuentas por el propio Laporta.
El barcelonismo parece haber convenido que no hay m¨¢s remedio por acci¨®n u omisi¨®n que dejar hacer a Laporta ¨Cser¨¢ con ¨¦l o no ser¨¢¨C en unos a?os delicados para las instituciones y organizaciones m¨¢s emblem¨¢ticas de Catalu?a. Aunque el cambio social, econ¨®mico y deportivo invita a repensar al club, algunos de los agentes que podr¨ªan propiciarlo se han convertido en espectadores de la obra de Laporta, acostumbrado a improvisar y a encontrar a ¨²ltima hora la soluci¨®n a los problemas del Bar?a.
El plan ha sido apoyado incluso por Florentino P¨¦rez, el presidente del Madrid, el rival natural del Bar?a. Laporta y Florentino se han aliado por intereses comunes como el de la Superliga. Ambos van en una direcci¨®n opuesta a la del presidente de la Liga, Javier Tebas, y no extra?a por tanto que compartan intereses con Sixth Street. La rivalidad, manifiesta en la cancha y aparente en las pancartas, no est¨¢ re?ida con la complicidad en asuntos tan serios como fue tambi¨¦n la eliminaci¨®n en diciembre pasado del aval del 15% del presupuesto que la ley exig¨ªa a las directivas de los clubes que no eran SAD.
Laporta tambi¨¦n estuvo condescendiente con Florentino en su momento de debilidad cuando el Madrid cerr¨® la temporada 2020-2021 en blanco, Zidane comunic¨® su marcha y el propio presidente anunci¨® en El Chiringuito la puesta en marcha de la Superliga sin prever la reacci¨®n de la Premier y la Bundesliga. Las alianzas son de muchos tipos y las decisiones resultan a veces controvertidas, ninguna como la salida de Messi al PSG, que fue seguida con entusiasmo desde el Bernab¨¦u y con sorpresa en la Liga, dispuesta a ser tolerante con la continuidad del argentino si el Bar?a firmaba el cr¨¦dito global con CVC en lugar de emprender la v¨ªa de las palancas y se desmarcaba del Madrid. Ahora, una temporada despu¨¦s, Laporta no ha tenido problemas para firmar un acuerdo con un empresario como Roures que est¨¢ vinculado con la Liga y por tanto con Tebas a trav¨¦s de Mediapro.
Laporta va trampeando la situaci¨®n, sin miedo a la dificultad ni a la adversidad, sobrado de autoestima y animado despu¨¦s de su paso por las Vegas. La gira por Estados Unidos puso el foco en los fichajes, despert¨® la ilusi¨®n de la afici¨®n y activ¨® la marca Bar?a. La obra de gobierno del presidente fue una mientras tuvo que avalar, otra cuando tuvo que congeniar con Reverter y una tercera desde que se puso tambi¨¦n como CEO y no tiene que dar explicaciones a nadie en el Camp Nou. Su m¨¦rito ha sido generar la sensaci¨®n de que apoyarle supone salvar al Bar?a porque es el presidente que se ha atrevido a rescatar al club de una herencia tremenda y pendiente de sentencia con casos como el Bar?agate y del Forensic que la actual junta envi¨® a la Fiscal¨ªa Provincial.
A sus 60 a?os, Laporta est¨¢ en todo y con su carisma tiene embrujado a una gran parte del barcelonismo; la otra parte, que calla, le considera un populista que ha puesto en serio riesgo al club. El presidente se ha dado el plazo de un a?o para recuperar al Bar?a cuando los ejecutivos ped¨ªan cinco. A plazo corto todo es m¨¢s excitante. El mundo del f¨²tbol est¨¢ expectante con el resultado; el financiero, adem¨¢s, est¨¢ al acecho porque el negocio no es precisamente amigo de la incertidumbre, y ah¨ª tiene mucho que decir Goldman Sachs.
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