De ch¨®fer e int¨¦rprete de Puskas, a entrenador del Celtic

Ferenc Puskas, Australia y el Celtic de Glasgow. El tri¨¢ngulo parece dif¨ªcil de cuadrar, pero lo hace posible Ange Postecoglou (Atenas, 57 a?os), el entrenador del equipo escoc¨¦s que este martes se enfrenta al Real Madrid en la Champions (21.00, Movistar Liga de Campeones), el hilo conductor de una historia curiosa y un punto rocambolesca.

La leyenda h¨²ngara, en la parte final de su etapa en los banquillos, aterriz¨® en las Ant¨ªpodas en 1989, con 62 a?os, y fich¨® por el South Melbourne Hellas, un equipo muy vinculado a la comunidad griega de Australia que disputaba la Liga del pa¨ªs, intr...

Ferenc Puskas, Australia y el Celtic de Glasgow. El tri¨¢ngulo parece dif¨ªcil de cuadrar, pero lo hace posible Ange Postecoglou (Atenas, 57 a?os), el entrenador del equipo escoc¨¦s que este martes se enfrenta al Real Madrid en la Champions (21.00, Movistar Liga de Campeones), el hilo conductor de una historia curiosa y un punto rocambolesca.

La leyenda h¨²ngara, en la parte final de su etapa en los banquillos, aterriz¨® en las Ant¨ªpodas en 1989, con 62 a?os, y fich¨® por el South Melbourne Hellas, un equipo muy vinculado a la comunidad griega de Australia que disputaba la Liga del pa¨ªs, intrascendente en el f¨²tbol mundial de elite. Su plan, en realidad, era otro: formar j¨®venes talentos en un conjunto de la ciudad, el Parkmore, que contaba con unos patrocinadores magiares, pero diferencias de ¨²ltima hora cambiaron su destino. El South Melbourne Hellas se enter¨® de que se hab¨ªa quedado sin club y aprovech¨® el viaje.

Y es aqu¨ª donde aparece Ange Postecoglou, el lateral izquierdo de esta escuadra que consum¨ªa sus ¨²ltimas temporadas en activo y que termin¨® convirti¨¦ndose en un ¨ªntimo de Puskas durante los tres cursos (1989-92) que coincidieron en el vestuario. Su ch¨®fer, su int¨¦rprete y su fiel acompa?ante. Su todo, pr¨¢cticamente. Y Ca?oncito Pum, seg¨²n asegura ahora el actual preparador del Celtic, su mentor y una ¡°gran influencia¡± en el gusto por el f¨²tbol de ataque que ha desarrollado en su etapa como t¨¦cnico. ¡°A los extremos les ordenaba que nunca volvieran a defender. Yo era defensa y necesitaba ayuda en algunos momentos. No estaba contento con esto, pero aprend¨ª que ese juego ofensivo era una forma de ganar. Y nos llevamos el campeonato del 91¡å, comenta a este peri¨®dico Postecoglou en v¨ªsperas de enfrentarse al Madrid, un cruce que ha despertado su nostalgia por su pasado con Pancho, fallecido en 2006, y por todas las historias que este le cont¨® de las ocho campa?as que pas¨® en Chamart¨ªn.

Todo empez¨® con el idioma. Postecoglou hab¨ªa nacido en Grecia y a los cinco a?os se march¨® a Australia. Y, cuando ambos se encontraron en Melbourne, Puskas no controlaba el ingl¨¦s, pero s¨ª se manejaba con el griego porque hab¨ªa entrenado al Panathinaikos entre 1970 y 1974 (en el 71 perdi¨® la final de la Copa de Europa contra el Ajax). ¡°Fue una suerte para m¨ª, durante un tiempo ejerc¨ª de int¨¦rprete¡±, se felicita. El inicio de una relaci¨®n diaria.

¡°Sol¨ªa recogerlo y llevarlo al entrenamiento en mi viejo coche, que no estaba en muy buenas condiciones. Pensar en ello ahora, yo llevando al gran se?or Puskas para trabajar en mi coche peque?o y destartalado me hace re¨ªr. Obviamente, estaba un poco avergonzado, pero a ¨¦l no le importaba, no era el tipo de hombre que se molestaba por eso. ?Aunque no estoy seguro de que disfrutara demasiado cuando se averi¨®!¡±, recuerda Ange Postecoglou, que acaba de arrancar su segundo a?o en el Celtic y que antes dirigi¨® a su equipo de siempre (South Melbourne), la selecci¨®n australiana (perdi¨® 3-0 contra una Espa?a desahuciada en el Mundial 2014), el Yokohama Marinos de Jap¨®n y el modesto Panachaiki griego. El 2 de noviembre pisar¨¢ por primera vez el Bernab¨¦u.

Conversaciones en el coche

¡°Tuvimos grandes conversaciones en esos viajes. Intercambiamos historias e ideas sobre f¨²tbol. Fueron grandes tiempos para m¨ª¡±, contin¨²a el t¨¦cnico. ¡°Sol¨ªa pasar horas con ¨¦l, escuchando sus experiencias, pero, curiosamente, nunca se jactaba demasiado de s¨ª mismo. Hablaba del equipo y dejaba sus logros personales en un segundo plano. Siempre quise escuchar m¨¢s sobre lo que hizo en Wembley [Hungr¨ªa derrot¨® 3-6 a Inglaterra en 1953 con un doblete de Puskas en uno de los grandes partidos de la historia] o en Hampden Park [el Madrid gan¨® la final de la Copa de Europa de 1960 al Eintracht por 7-3 con cuatro tantos de Puskas], aunque no hablaba mucho de s¨ª mismo¡±, incide.

Postecoglou, que ahora se reconoce como un preparador al que le gusta ¡°el juego atractivo, ofensivo y fluido¡±, insiste en que, m¨¢s all¨¢ de la huella personal, lo que m¨¢s le marc¨® fue la visi¨®n del f¨²tbol de Puskas. ¡°Gracias a ¨¦l desarroll¨¦ un gran apetito por el ataque. La filosof¨ªa de Ferenc era que disfrut¨¢ramos y marc¨¢ramos goles. A m¨ª me gusta que mis equipos tengan el bal¨®n, se muevan con ritmo y creatividad y, por supuesto, ganar, claro¡±, matiza el grecoaustraliano, que la temporada pasada recuper¨® la modesta Liga escocesa para el Celtic y ya acumula 38 jornadas del campeonato sin perder (en esta campa?a suma un pleno de seis victorias tras el 4-0 al Rangers del pasado s¨¢bado). Este martes, en su guarida de Glasgow, se ver¨¢ hasta d¨®nde es capaz de llevar su propuesta.

En Australia, donde muchos apenas conoc¨ªan a Ca?oncito Pum cuando lleg¨® a finales de los ochenta, colocaron en 2017 una estatua de bronce suya en un lugar semiescondido del Parque Ol¨ªmpico de Melbourne. Alguno de sus exjugadores de la ¨¦poca, como James Galanis, recordaba estos d¨ªas c¨®mo una noche su padre invit¨® a Pancho a su casa a una t¨ªpica cena griega y se march¨® ¡°con siete u ocho bolsas¡± de comida. Nadie se olvida de su generosa barriga, y mucho menos del golpeo que nunca perdi¨®. Y el que m¨¢s se acuerda de ¨¦l sigue siendo Ange Postecoglou. De ch¨®fer, int¨¦rprete y modesto lateral izquierdo al servicio de Puskas, a entrenador del Celtic este martes ante el Madrid.

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