Jim Morrison, testigo de la muerte de Hilaree Nelson en el Manaslu: ¡°Cay¨® m¨¢s de 1.500 metros, fui incapaz de descender¡±
La pareja de la alpinista y esquiadora estadounidense fallecida en el Himalaya detalla las 48 horas fren¨¦ticas que mediaron entre la desaparici¨®n y el hallazgo de los restos
Tras dos d¨ªas de una brutal intensidad f¨ªsica y emocional, Jim Morrison acert¨® a teclear en su m¨®vil una despedida de su pareja, Hilaree Nelson, as¨ª como a describir la secuencia de sus movimientos desde que perdi¨® de vista a su compa?era en las cercan¨ªas de la cima del Manaslu (8.163 m) y hall¨® y recuper¨® su cad¨¢ver. Hoy, cualquiera puede leer en Instagram su declaraci...
Tras dos d¨ªas de una brutal intensidad f¨ªsica y emocional, Jim Morrison acert¨® a teclear en su m¨®vil una despedida de su pareja, Hilaree Nelson, as¨ª como a describir la secuencia de sus movimientos desde que perdi¨® de vista a su compa?era en las cercan¨ªas de la cima del Manaslu (8.163 m) y hall¨® y recuper¨® su cad¨¢ver. Hoy, cualquiera puede leer en Instagram su declaraci¨®n e imaginar las 48 horas fren¨¦ticas que tuvo que soportar Morrison hasta el desenlace de una historia que ha conmovido a la comunidad monta?era. El lunes, a media ma?ana Hilaree Nelson y Jim Morrison se abrazaban en la cima del Manaslu (8.163 m). Apenas unos minutos despu¨¦s, Hilaree provoc¨® una peque?a avalancha con sus esqu¨ªs, resbal¨®, cay¨®, y desapareci¨® por la vertiente sur de una monta?a que hab¨ªa escalado por su cara noreste. Testigo de lo ocurrido, Jim Morrison se asom¨® al abismo y supo de inmediato que no ser¨ªa capaz de descender esa ladera de la monta?a. Esqui¨® hasta el campo base, un descenso de esqu¨ª extremo que precisa de toda la t¨¦cnica y frescura mental imaginable, y una vez all¨ª, pidi¨® socorro.
Varios helic¨®pteros acudieron al rescate. ?l supo decirles donde buscar. El martes vieron un esqu¨ª y algo de material esparcido en la ladera sur. El mal tiempo abort¨® el vuelo de los helic¨®pteros, que regresaron a la faena temprano, a la ma?ana siguiente. Parcialmente enterrado en la nieve, el propio Morrison recuper¨® los restos de su pareja, que fueron trasladados a Katmand¨². All¨ª, Jim Morrison sac¨® su tel¨¦fono del bolsillo y escribi¨® esto: ¡°No existen palabras para describir mi amor por esta mujer, mi compa?era de vida, mi amor, mi mejor amiga y mi cordada en la monta?a. Ella ha sido el faro que ha iluminado mi vida d¨ªa tras d¨ªa. El 26 de septiembre a las 10:42 horas, alcanzamos la cima verdadera del Manaslu en condiciones duras. R¨¢pidamente hicimos la transici¨®n de escalar a esquiar, con fr¨ªo y viento, con el plan de dar la vuelta a la esquina (para evitar una banda de rocas) y reagruparnos con nuestro equipo de sherpas. Yo esqui¨¦ primero y tras unos pocos giros, Hilaree me sigui¨® y desencaden¨® una peque?a avalancha. Ella perdi¨® pie y se vio arrastrada por una estrecha ladera nevada hacia el lado sur (el opuesto a la ruta de ascenso) de la monta?a, cayendo m¨¢s de 1.500 metros. Yo hice todo lo que pude por localizarla, pero fui incapaz de descender por aquella vertiente, aunque esperaba encontrarla con vida y vivir mi vida con ella.
Me he pasado los dos ¨²ltimos d¨ªas buscando desde el aire en un helic¨®ptero. Hoy (por el mi¨¦rcoles), con la ayuda de Surendra Paudel, un piloto incre¨ªblemente h¨¢bil, fuimos capaces de aterrizar a 6.700 metros y buscarla. Nims Dai fue fundamental ayudando a organizar el mejor equipo y los recursos posibles y yo encontr¨¦ su cuerpo con la ayuda de Mingma Tenzi Sherpa a las 10:30 horas (del mi¨¦rcoles).
Me encuentro en Katmand¨² con ella y su esp¨ªritu. Mi p¨¦rdida es indescriptible y estoy centrado en sus hijos y sus pr¨®ximos pasos. Hilaree Nelson fue la persona m¨¢s inspiradora en vida y ahora su energ¨ªa guiar¨¢ nuestras almas colectivas. Paz para todos nosotros. Rezad por su familia y comunidad, que se encuentra ampliamente extendida por todo el planeta. Estoy devastado por haberla perdido¡±.
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