El giro infernal de Willy Hernang¨®mez
El mejor jugador del ¨²ltimo Europeo de baloncesto es ahora un marginado total en la NBA, donde se supone que hace tiempo que cambi¨® la mirada al exterior
El deporte, como la vida, tiene sus misterios. El caso de Willy Hernang¨®mez es uno de los m¨¢s extraordinarios de estos tiempos. En el Eurobasket del pasado verano fue proclamado el mejor solista y ahora no pinta nada de nada en la NBA. Y no fue un torneo cualquiera, sino el m¨¢s refulgente en tiempos. En la pasarela, Nikola Jokic (jugador m¨¢s valioso de la NBA en 2021 y 2022), Giannis Antetokounmpo (el mejor de la NBA en 2019 y 2020), Luka Doncic (novato de la ...
El deporte, como la vida, tiene sus misterios. El caso de Willy Hernang¨®mez es uno de los m¨¢s extraordinarios de estos tiempos. En el Eurobasket del pasado verano fue proclamado el mejor solista y ahora no pinta nada de nada en la NBA. Y no fue un torneo cualquiera, sino el m¨¢s refulgente en tiempos. En la pasarela, Nikola Jokic (jugador m¨¢s valioso de la NBA en 2021 y 2022), Giannis Antetokounmpo (el mejor de la NBA en 2019 y 2020), Luka Doncic (novato de la NBA en 2019 y en su excelente quinteto en 2020, 2021 y 2022) y Rudy Gobert (el m¨¢s sobresaliente defensor de la NBA en 2018, 2019 y 2021). Por encima de todos brill¨® Willy, hoy desde?ado como telonero de teloneros en el olimpo del baloncesto. En siete partidos de los Pelicans, 14 minutos y en cinco de ellos ni despeg¨® de las mazmorras del banquillo. Peor a¨²n, en dos citas fue el ¨²nico de la plantilla en pasarse la jornada en chanclas.
A los 28 a?os, Willy Hernang¨®mez, percha de la Espa?a triunfal, ni la huele con New Orleans Pelicans, una franquicia que en veinte a?os de vida solo ha ganado dos rondas de playoff. En los Pelicans gobierna en el vestuario Willie Green, un discreto escolta que se las apa?¨® para sostenerse 12 temporadas en la NBA (Sixers, New Orleans Hornets, Hawks, Clippers y Magic). Como t¨¦cnico encontr¨® buen amparo. Primero como asistente de Steve Kerr en los entronizados Warriors de Stephen Curry, m¨¢s tarde como becario de Monty Williams ¡ªmejor entrenador de 2022¡ª en los Suns de Chris Paul y Devin Booker. Green est¨¢ por graduarse como jefe t¨¦cnico y en los Pelicans no le falta plantilla con Brandon Ingram, Zion Williams, C. J. McCollum, Jonas Valanciunas¡ Y Willy, claro, aunque de momento sea el sorprendente colista del equipo.
Por lo que se ve, a Willie Green nada le ha impresionado el Europeo de Willy (promedios de 17,2 puntos y 6,9 rebotes), al que ya releg¨® el curso pasado en el tramo final. Green, a lo suyo, impasible ante los intereses de la franquicia, que el 6 de agosto de 2021 prolong¨® tres a?os el contrato del madrile?o por 7,2 millones de d¨®lares. Al fin y al cabo, en sus dos primeras temporadas con los Pelicans tuvo 18 y 16,8 minutos por partido, respectivamente, con 7,8 y 9,1 puntos por jornada y 7,1 y 6,8 rebotes. Menudencias para Green, decidido a apostar por el lituano Valanciunas, al que el mayor de los Hernang¨®mez fundi¨® en los octavos de final del Eurobasket (21 puntos y ocho rebotes frente a cinco puntos y seis rebotes en el duelo directo). Antes que Willy, tambi¨¦n tienen pista Larry Nance J¨²nior y Jaxson Hayes.
Cuesta creer que a Green le disguste la actitud de Hernang¨®mez, que nunca rehus¨® el pico y la pala, siempre predispuesto a la intendencia y lo que sea menester. Por lo visto, el t¨¦cnico de Michigan tiene otros gustos, otra panor¨¢mica y, por ahora, el espa?ol no rima con su rigor t¨¢ctico. Green sabr¨¢. Est¨¢ en su derecho, faltar¨ªa m¨¢s, y sus elementos de juicio tendr¨¢.
No se trata de apelar al cutrer¨ªo patrio, sino solo de constatar la dif¨ªcil papeleta para Hernang¨®mez y sus agentes. Los Pelicans le pueden cortar a final de temporada, pero si Green no afloja, el valor econ¨®mico y deportivo de Willy, que se presupon¨ªa al alza tras el Euro, se habr¨¢ desplomado. As¨ª de enrevesado e imprevisto puede ser el deporte. De la gloria a la nada oscura en un santiam¨¦n por decreto de Willie Green, gu¨ªa del giro infernal del aclamado mvp del Eurobasket.
No cabe pensar que el t¨¦cnico de los Pelicans, de solo 48 a?os, sea una secuela de aquellos predecesores que tantos prejuicios tuvieron con los jugadores forasteros. Se presupone que hace tiempo que en la NBA se super¨® la desconfianza hacia los europeos. Nada que ver con los recelos, por ejemplo, de Rick Adelman, entrenador de los Trail Blazers de Portland al principio de los noventa, con un tal Drazen Petrovic, al que conden¨® al cami¨®n escoba hasta la salida del croata a los Nets. As¨ª era aquella NBA, tan suspicaz ante lo ajeno. Al mism¨ªsimo Petrovic, que lleg¨® a la NBA justo tras ser proclamado mejor jugador del Campeonato de Europa conquistado por Yugoslavia en 1989, le cost¨® cuajar. En cierta medida, tambi¨¦n a algunos de los de su misma promoci¨®n, aquel reputado quinteto europeo llegado al tiempo a la NBA en el verano de 1989 ¡ªPetrovic, el lituano Marciulionis, el ucranio Volkov, el montenegrino Paspalj y el serbio Divac¡ª. A ellos les hab¨ªan abierto las puertas pioneros como el alem¨¢n Detlef Schrempf (16 temporadas en la NBA desde 1985), el holand¨¦s Rick Smits y el b¨²lgaro Georgi Glouchkov.
A Willy le costar¨¢ cortar de ra¨ªz las reticencias de Green. A Juancho, su hermano, el mvp de la final con Francia, no le va mejor en Toronto, donde el t¨¦cnico, Nick Nurse, tampoco le da mucha pista (seis minutos por partido y cero puntos). El caso de los Raptors es m¨¢s elocuente, porque all¨ª, en Toronto, nunca hubo una mirada reacia al exterior. Jorge Garbajosa, Jos¨¦ Manuel Calder¨®n, Serge Ibaka y Marc Gasol dejaron huella en Canad¨¢, y tuvieron carrete los italianos Andrea Bargnani y Marco Belinelli, el turco Hidayet Turkoglu y el esloveno Radoslav Nesterovic, entre muchos extranjeros.
De momento, a Willy Hernang¨®mez, que no es un cadete sino que cuenta con m¨¢s de 300 partidos en el torneo norteamericano, la NBA le ha devuelto al campo base cuando se ve¨ªa m¨¢s cerca que nunca de consolidarse cerca de la cima. Un giro imprevisto, un cambio de agujas radical. Cosas de la NBA, en la que a¨²n hay sectores con mucho ojo en el ombligo y no siempre con el angular a punto. Una extra?a circunstancia que pone a¨²n m¨¢s en valor el podio espa?ol. Ninguno de los chicos de oro de Sergio Scariolo deslumbra individualmente tras la gesta. Cosas de familia. Al abrigo de esa familia que ha sido la Espa?a Basket Club, todos fueron uno y uno fueron todos. No es extra?o, por tanto, que Willy y alg¨²n otro a?oren a la familia.
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