Tur¨ªn encumbra a Carlos Alcaraz, el rutilante n¨²mero uno
El espa?ol recibe el trofeo que le acredita como l¨ªder del circuito a final de a?o, el primero al margen de Federer, Nadal, Djokovic y Murray tras 18 a?os sin relevo
¡°Grazie mille a tutti, ci vediamo il prossimo a?o¡±.
Antes de que se midan Stefanos Tsitsipas y Daniil Medvedev, en Tur¨ªn se asiste a un encumbramiento hist¨®rico. A la vez, a un antes y un despu¨¦s. El murciano Carlos Alcaraz, Carlitos porque ¨¦l as¨ª lo prefiere, eleva en el Pala Alpitour de Tur¨ªn el trofeo que lo acredita como el n¨²mero uno m¨¢s joven al cierre de una temporada. A sus 19 a?os y 214 d¨ªas, habiendo sumado 10 semanas al frente del ranking, supera al australiano Lleyton Hewitt (20 y 275 en 2001) y subraya el cambio de ciclo. Desde 2003, cuando el estadounidense A...
¡°Grazie mille a tutti, ci vediamo il prossimo a?o¡±.
Antes de que se midan Stefanos Tsitsipas y Daniil Medvedev, en Tur¨ªn se asiste a un encumbramiento hist¨®rico. A la vez, a un antes y un despu¨¦s. El murciano Carlos Alcaraz, Carlitos porque ¨¦l as¨ª lo prefiere, eleva en el Pala Alpitour de Tur¨ªn el trofeo que lo acredita como el n¨²mero uno m¨¢s joven al cierre de una temporada. A sus 19 a?os y 214 d¨ªas, habiendo sumado 10 semanas al frente del ranking, supera al australiano Lleyton Hewitt (20 y 275 en 2001) y subraya el cambio de ciclo. Desde 2003, cuando el estadounidense Andy Roddick acab¨® instalado en lo m¨¢s alto, ning¨²n tenista al margen de Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic o Andy Murray hab¨ªa sido capaz de sellar el curso con el 1 a la espalda.
Lo consigue ¨¦l, y emplaza en italiano: ¡°Os veo el pr¨®ximo a?o¡±. Las 11.500 personas aplauden al espa?ol, que luce dentadura bajo las luces de ne¨®n. ¡°Significa mucho para m¨ª formar parte de la historia de nuestro deporte, figurar junto a tantas leyendas¡±, dice el protagonista de la ascensi¨®n m¨¢s abrupta a la cima en una temporada, del 32? al 1?. Adquiere m¨¢s relieve la escalada vista en perspectiva: 1.414? a comienzos de 2018, 492? a finales de 2019 y 141? al a?o siguiente. La ascensi¨®n es salvaje.
¡°Me disgusta no haber podido jugar aqu¨ª, pero son cosas que pasan. Parte de la vida del tenista¡±, lamenta, apartado del que hubiera sido el primer sue?o maestro de no ser por la rotura abdominal que sufri¨® hace dos semanas en Par¨ªs-Bercy. ¡°Quiero ganar m¨¢s torneos y m¨¢s Grand Slams¡±, prosigue. ¡°A seguir as¨ª, lo m¨¢s dif¨ªcil es mantenerse. Quiero estar en esta posici¨®n mucho m¨¢s tiempo¡±, aprecia este mi¨¦rcoles el espa?ol, sentado en la poltrona de mando de la ATP desde el 12 de septiembre, en relevo del ruso Medvedev.
Es el lazo a un curso sensacional en el que el murciano, tenista de v¨¦rtigo, ha desbordado los augurios m¨¢s optimistas. A su evidente calidad le ha a?adido un considerable salto f¨ªsico y el colmillo competitivo, convirti¨¦ndose en el jugador que m¨¢s trofeos ha conseguido ¨Ccinco, por delante de Rafael Nadal, Felix Auger-Aliassime y Andrei Rublev¨C y el segundo que m¨¢s victorias ha firmado (57, como Aliassime), ¨²nicamente por detr¨¢s del griego Stefanos Tsitsipas (60). Desde su cuerpo t¨¦cnico se hab¨ªa fijado muy alto el list¨®n, pero la dentellada de Nueva York y el abordaje del primer puesto han sorprendido incluso a aquellos que viven el d¨ªa a d¨ªa a su lado. Se intu¨ªa el asalto, pero quiz¨¢ no tan temprano. Tan feroz.
¡°No puedo ir contra Nadal¡±
¡±Esto es incre¨ªble, pero es por lo que he trabajado durante tanto tiempo. Esto demuestra el nivel que ellos [Federer, Nadal, Djokovic y Murray] han ofrecido respecto a los dem¨¢s¡±, se?ala ante los periodistas, elegante y de americana. Ha llegado a la ciudad a mediod¨ªa, con un sabor agridulce porque el contratiempo f¨ªsico de Bercy le ha impedido competir por primera vez entre los ocho mejores del a?o. Dice que ha visto unos cuantos partidos, el ¡°cien por cien show¡± del Masters, y que no se alegra de la eliminaci¨®n de Nadal porque ¡°Rafa es espa?ol, lo he seguido siempre y no puedo ir en contra de ¨¦l; si me hubiera quitado el n¨²mero uno, me hubiera alegrado por ¨¦l¡±.
Tras el amago de la temporada pasada, en la que deslumbr¨® en el US Open y dej¨® un esbozo de lo que pod¨ªa llegar a hacer, eclosion¨® definitivamente sobre el asfalto de Miami. All¨ª, paraje negado a todo representante espa?ol masculino hasta que apareci¨® ¨¦l, engarz¨® su primer Masters 1000, super¨® el r¨¦cord de precocidad de Novak Djokovic y advirti¨®: ¡°No estoy lejos de ganar mi primer Grand Slam¡±. Se cumplir¨ªa el vaticinio en septiembre, pero antes desfil¨® con paso militar por Barcelona y Madrid, otros dos laureles de prestigio que se sumaban al meritorio premio obtenido antes en R¨ªo de Janeiro. El paso frustrado por Roland Garros (cuartos) y Wimbledon (octavos) retras¨® el boom, que se produjo tal vez cuando menos se preve¨ªa.
¡°Es la primera vez que no ha podido manejar la presi¨®n¡±, admiti¨® tras ceder a la primera en Montreal. Previamente se le hab¨ªan escapado las finales de Hamburgo y Umag, y antes del desembarco en Flushing Meadows no logr¨® brillar en Cincinnati. ¡°Solo quiero volver a disfrutar¡±, indic¨® a su llegada, moderando de manera progresiva un discurso que unos meses atr¨¢s conten¨ªa un grado m¨¢s de ambici¨®n. En un perfil m¨¢s silencioso atac¨® con fuerza el objetivo de Nueva York, donde irremediablemente termin¨® imponi¨¦ndose el estruendo tras dos semanas de pico, pala y espect¨¢culo: con 19 a?os y cuatro meses, el historial lo se?al¨® como el campe¨®n m¨¢s joven desde Nadal (2005) y, en paralelo, en el n¨²mero uno m¨¢s precoz de la historia.
El ¡®pero¡¯ de final de temporada
Hewitt hab¨ªa alcanzado la cima con 20 a?os y nueve meses en 2001. Pero lleg¨® ¨¦l, chico de pueblo, torbellino de El Palmar, y tumb¨® la puerta. ¡°Bien hecho por ¨¦l, feliz por ¨¦l. Gran logro. Es una gran noticia para el deporte espa?ol, se lo merec¨ªa despu¨¦s de una gran temporada¡±, le felicit¨® Nadal, que ten¨ªa la opci¨®n de destronarle en Tur¨ªn, anulada con su doble derrota en la fase de grupos; tampoco ha resistido al pulso Tsitsipas, el otro opositor. Destronado este curso, Djokovic se une al elogio. ¡°Lo merece, no hay duda. No quiero entrar en la discusi¨®n sobre si yo he jugado m¨¢s o menos. Lo merece¡±, desliz¨® el serbio; ¡°es buen chico, muy trabajador y una buena cara para nuestro deporte¡±.
En este magn¨ªfico ejercicio, igualmente de aprendizaje, pocos retos se le han resistido. Si hay un pero, dice, es el de la recta final, en la que ha ido perdiendo algo de br¨ªo; al fin y al cabo, ha jugado 70 partidos (13 derrotas) y el desgaste ha terminado pas¨¢ndole factura en el doble sentido: f¨ªsico y mental, fruto de la exigencia continua que demanda su nuevo estatus. Desde el episodio neoyorquino, seis victorias y cuatro reveses. ¡°Ha habido resultados que pod¨ªan haber ido un poco mejor, y la lesi¨®n... Pero ha sido un muy, muy buen a?o¡±, concluye. Y no le falta raz¨®n.
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