El Madrid no piensa
Los blancos son un equipo desgastado, fuera de punto y con problemas para lo m¨¢s importante que hay en el f¨²tbol: tener ideas, al menos una
Un d¨ªa al actor John Krasinski le asalt¨® una fan en un bar y estaba hablando con ella cuando una amiga de la chica, que no conoc¨ªa al actor, le meti¨® a Krasinski los dedos en la boca. Se quedaron los tres paralizados, y la chica, aturdida, ech¨® a correr. Lo cont¨® Krasinski en una entrevista en la que relat¨® otro caso: una mujer, conduciendo un coche a muy poca velocidad, vio a George Clooney y se baj¨® del auto en marcha persigui¨¦ndolo: ¡°?George, George!¡±. Varias personas echaron a correr detr¨¢s del coche, y una consigui¨® meterse dentro y frenarlo; cuando se gir¨®, vio que detr¨¢s hab¨ªa un beb¨¦. ...
Un d¨ªa al actor John Krasinski le asalt¨® una fan en un bar y estaba hablando con ella cuando una amiga de la chica, que no conoc¨ªa al actor, le meti¨® a Krasinski los dedos en la boca. Se quedaron los tres paralizados, y la chica, aturdida, ech¨® a correr. Lo cont¨® Krasinski en una entrevista en la que relat¨® otro caso: una mujer, conduciendo un coche a muy poca velocidad, vio a George Clooney y se baj¨® del auto en marcha persigui¨¦ndolo: ¡°?George, George!¡±. Varias personas echaron a correr detr¨¢s del coche, y una consigui¨® meterse dentro y frenarlo; cuando se gir¨®, vio que detr¨¢s hab¨ªa un beb¨¦. ¡°F¨ªjate si ser¨¢ famoso ese tipo¡±, resumi¨® Krasinski, que pon¨ªa los dos ejemplos como un fen¨®meno de desconexi¨®n cerebral que compar¨® a un ordenador quemado, ese momento del ser humano en el que la m¨¢quina se gripa por completo unos segundos.
Si la entrevista Krasinski la diese ma?ana podr¨ªa a?adir el que se convertir¨ªa en ejemplo can¨®nico: el Real Madrid con el bal¨®n en su campo, intentando sacarlo jugado y regalando goles, no solo contra el Barcelona en la final de la Supercopa sino en cuanto partido se lo proponga. Y tambi¨¦n con algo en la parte trasera del coche: una temporada que, a estas alturas y con este ritmo endiablado de desenchufe, amenaza con quebrar. Equipo desgastado, fuera de punto y con problemas para lo m¨¢s importante que hay en el f¨²tbol, pensar. Pensar corriendo con el bal¨®n, pensar haci¨¦ndolo correr, pensar cuando lo tiene el contrario; el Madrid no piensa, est¨¢ quemado, y el buenrollismo de vestuario y t¨¦cnico quiz¨¢ est¨¦ provocando que jugadores intocables, necesitados de descanso y terapia sigan saliendo al campo como si nada con las piernas y la cabeza a kil¨®metros de distancia.
El Barcelona pas¨® por encima de un n¨¢ufrago. Nada grave si, como el 0-4 del a?o pasado en el Bernab¨¦u, que al menos no provoc¨® la p¨¦rdida de un t¨ªtulo, el Madrid se lo toma de manera an¨¦cdotica y sigue faenando en marea alta esperando a Moby Dick. Pero no es el primer partido, ni el segundo ni el tercero que los blancos, desde noviembre, se marcan de esta guisa. Vinicius solo no puede con todo, y no ser¨¢ porque no lo intenta. El Madrid repite errores, hay un patr¨®n de juego reconocible que le ha hecho perder ya la Supercopa espa?ola y el liderato de la Liga. La imagen da igual: la imagen se puede recuperar en primavera. Lo que no da igual es el estado depresivo de un equipo que, cre¨ªamos, jugaba los ¨²ltimos partidos en modo semivoluntario de pachanga playera y resulta que es porque no da. Lo mejor que le puede pasar es que esta final sea la bengala de salvamento.
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