La Real Sociedad tambi¨¦n minimiza al Rayo Vallecano
El equipo de Imanol Alguacil sentencia en la primera parte y maniata a su rival para seguir firme en la zona noble
Dos zarpazos y a otra cosa. La Real Sociedad es as¨ª. Un robo, un c¨®rner y pasaporte para el Rayo, como quien no quiere la cosa. No solo es eso, claro, pero parece tan f¨¢cil que con un par de trazos se dibuja el retrato del primer parcial. Los donostiarras son los mejores, dicen las estad¨ªsticas, en los 45 minutos iniciales. Implacables con el marcador a favor.
Cae un bal¨®n en el medio campo, mete el pie David Silva, y nada por aqu¨ª, nada por all¨¢, como en un truco d...
Dos zarpazos y a otra cosa. La Real Sociedad es as¨ª. Un robo, un c¨®rner y pasaporte para el Rayo, como quien no quiere la cosa. No solo es eso, claro, pero parece tan f¨¢cil que con un par de trazos se dibuja el retrato del primer parcial. Los donostiarras son los mejores, dicen las estad¨ªsticas, en los 45 minutos iniciales. Implacables con el marcador a favor.
Cae un bal¨®n en el medio campo, mete el pie David Silva, y nada por aqu¨ª, nada por all¨¢, como en un truco de magia, Unai L¨®pez, que ten¨ªa la pelota delante para controlarla, ve c¨®mo desaparece. Pide falta el vasco, pero no la hay, y el canario observa a Sorloth, que corre a su lado, se la pone en el lugar adecuado, y el noruego, fr¨ªo como un iceberg de los mares del norte, la toca entre las piernas de Dimitrievski.
Un rato despu¨¦s, con el Rayo anonadado despu¨¦s de una buena salida de partido en la que hab¨ªa atado en corto a la Real, un saque de c¨®rner, el trampantojo de Le Normand bloqueando a Isi en el punto de penalti y la llegada de Elustondo al primer palo para prolongar de tac¨®n al segundo. All¨ª Barrenetxea, tanto tiempo lesionado, pudo volver a disfrutar de lo que siente un futbolista al marcar un gol despu¨¦s de muchos meses.
All¨ª se acab¨® todo, y parecer f¨¢cil, s¨ª, pero eso es lo dif¨ªcil. Hacer que las cosas muy trabajadas, que requieren del esfuerzo diario en los entrenamientos, salgan con naturalidad el d¨ªa del partido. Eso es lo que est¨¢ consiguiendo Imanol, y adem¨¢s no se da ninguna prisa. Busca el momento, espera la debilidad del rival, la desatenci¨®n en una jugada, el pase que se queda corto, el que se va largo. Y adem¨¢s est¨¢ la calidad, claro. Lleva Brais un par de semanas desdibujado, se quedan fuera Merino o Kubo, pero aparece la seda de Silva, para hacer trucos de magia como el del primer gol, y conseguir que la pelota desaparezca de los pies de Unai L¨®pez. Y la eficacia de Sorloth, ocho goles le contemplan ya, hace olvidar a Isak, que se fue con el dinero de la Premier, y a su sustituto, Sadiq, que se lesion¨® y tiene para largo.
Lo intent¨® Iraola de todas las maneras, pero no le dej¨® la Real. Modific¨® sus planes tras el descanso, mientras Imanol regaba el campo de futbolistas de Zubieta, y pese a unos inicios prometedores, en los que Remiro, que para poco porque no le disparan, pero cuando le toca, cumple, desvi¨® un cabezazo a la salida de un c¨®rner, primero con la mano izquierda y despu¨¦s con la derecha para evitar un segundo remate.
Apret¨® el Rayo un rato, pero despu¨¦s se diluy¨® porque la Real minimizaba cada intento. Es el equipo madrile?o el mejor en los segundos tiempos, pero no le alcanz¨® esta vez para, al menos, igualar a un rival demasiado exigente, que acab¨® el partido llegando todav¨ªa con ganas a la porter¨ªa de Dimitrievski. Pero todo hab¨ªa acabado mucho antes.
Y entre todos, vestido de amarillo, despu¨¦s de dos semanas sin pitar qui¨¦n sabe por qu¨¦, Mateu Lahoz, menos histri¨®nico, y con los bolsillos de las tarjetas cosidos despu¨¦s de la espiral en la que se meti¨® en sus dos partidos anteriores: 14 amarillas y una roja en el Argentina-Pa¨ªses Bajos del Mundial y 14-2 en el Bar?a-Espanyol que, dicen, le llev¨® a la nevera. En Vallecas, el apartado de amonestaciones del acta se qued¨® en blanco.
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