La frustraci¨®n del Barcelona, el equipo del ¡®casi¡¯
Los azulgrana dejaron escapar la victoria en el derbi ante el Espanyol despu¨¦s de cometer los errores de siempre y caer en una rutina que condiciona la evoluci¨®n del equipo de Xavi
El empate contra el Espanyol ha devuelto al barcelonismo a la frustraci¨®n que le embarga desde hace tiempo cuando aspiraba a estabilizar su juego como l¨ªder de la Liga. La decepci¨®n fue tremenda para una afici¨®n que no deja de acudir al Camp Nou. La media de espectadores del a?o pasado super¨® la cifra de 71.000 y al derbi acudieron 88.095. La fidelidad de la hinchada es hoy el mejor valor del Bar?a. La gent blaugrana sabe que la suerte del club, arruinado y sin posibilidad de activar m¨¢s palancas para fichajes, depende de un equipo todav¨ªa invertebrado, mitad joven y mitad veterano, y por tanto no deja de apoyar a los futbolistas de Xavi. El entrenador, sin embargo, no ha logrado en un a?o que su equipo sea fiable, doblemente eliminado en la Champions e igualado a puntos con el Madrid en la Liga.
Vuelven las dudas sobre la calidad de la plantilla y no se sabe tampoco si Xavi ser¨¢ capaz de encontrar la soluci¨®n despu¨¦s de que su equipo caiga irremediablemente en la misma rutina, como admiti¨® el s¨¢bado despu¨¦s del 1-1: ¡°El empate es culpa nuestra. No hemos sentenciado el partido. Y cuando perdonas ya sabemos lo que pasa. Es la misma pel¨ªcula de siempre¡± sentenci¨® Xavi. No se cansa el Bar?a de jugar el mismo partido que como se sabe no lleva a ninguna parte porque no prende la mecha del f¨²tbol: demasiado discontinuo e irregular, a ratos esperanzador y por momentos desesperante, en cualquier caso no suficientemente consistente para ganarse el respeto de los rivales y el favor de la cr¨ªtica: ahora mismo es dif¨ªcil prever a qu¨¦ puede aspirar el Bar?a. El discurso de Xavi tambi¨¦n es siempre el mismo desde su llegada al Camp Nou.
Aunque eximi¨® de culpa al ¨¢rbitro Mateu Lahoz, desafortunado protagonista, el t¨¦cnico se mira los encuentros con una condescendencia y un ¨¢nimo -con un optimismo-, que no se corresponden siempre con las sensaciones que transmite su equipo en la cancha, aunque hay coincidencia en que el nudo del asunto est¨¢ en su dificultad para atacar bien, como se comprob¨® ante el Espanyol.
La dependencia de Lewandowski es manifiesta si se tiene en cuenta que ha marcado 13 goles en 15 partidos mientras que Demb¨¦l¨¦ suma cuatro, seguido de Ansu Fati y Pedri con tres y Sergi Roberto, Frenkie de Jong, Rafinha y Ferran con dos -han anotado un tanto Eric, Memphis y Marcos Alonso. El polaco no marc¨® el s¨¢bado, al Bar?a no le bast¨® el tanto de Marcos Alonso y el partido dej¨® se?alados a Ansu, Raphinha, Demb¨¦l¨¦ y Ferran.
A pesar de que se contabilizaron 21 remates, las ocasiones fueron mucho menos claras, circunstancia que explica las falsas expectativas que a menudo genera el Bar?a. Es el equipo del ¡°casi¡±. Le cuesta tener el control de juego y del encuentro y le falta autoridad, jerarqu¨ªa y liderazgo, incapaz de rentabilizar que solo haya encajado seis goles, avalado m¨¢s por Ter Stegen que por una defensa cambiante y vulnerable cuando le atacan equipos poderosos, sobre todo los de la Champions.
Todav¨ªa no se aprecia la personalidad del Bar?a, condicionado por problemas estructurales como la apuesta por extremos tan puros como poco productivos por m¨¢s que Pedri no estuviera bien contra el Espanyol. La mayor sorpresa fue de todas maneras el cambio de De Jong por Kound¨¦ cuando el neerland¨¦s hab¨ªa completado un buen partido como pivote y como interior: ¡°No esperaba ser sustituido. Decisi¨®n del t¨¦cnico¡±, afirm¨® De Jong. Xavi no acert¨® a corregir el partido y al Bar?a se le escap¨® un triunfo que se hab¨ªa ganado ante una afici¨®n entregada. El riesgo es que se canse de animar si el equipo no deja de jugar el mismo partido que ¨²ltimamente le lleva al mismo sitio en Europa y en la Liga.
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