Ancelotti: ¡°No pueden plantear un partido as¨ª de defensivo en el Camp Nou¡±
El t¨¦cnico del Real Madrid cree que en la vuelta dispondr¨¢n de ocasiones de gol, despu¨¦s de no tirar a puerta ni una vez en el Bernab¨¦u
El cl¨¢sico, tan cargado siempre de cuentas pendientes, llegaba sumergido en el fango del caso Negreira. Ah¨ª cab¨ªa combustible de sobra para encender a la grada del Madrid. Ya hora y media antes de empezar el partido, un centenar de aficionados madridistas se hab¨ªa citado en las inmediaciones del Santiago Bernab¨¦u para la primera raci¨®n de protesta. Portaban una peque?a pancarta con la divisa de la noche: ¡°?Corrupci¨®n en la Federaci¨®n!¡±. El c¨¢ntico ya hab¨ªa prendido en el estadio d¨ªas atr¨¢s, e incluso en el banquillo, donde se ley¨® en los labios de Dani Ceballos. Pero la visita del Barcelona, el club que hab¨ªa pagado durante casi dos d¨¦cadas al n¨²mero dos de los ¨¢rbitros, era la noche grande del desencanto. Hab¨ªan imprimido cientos de billetes de 500 euros con la cara de Joan Laporta. Gritaban contra la federaci¨®n. Tambi¨¦n contra el presidente del Bar?a, quien en su anterior mandato cuadruplic¨® los pagos a Enr¨ªquez Negreira. ¡°?Laporta, suelta la pasta!¡±, gritaban bajo una lluvia de papelillos. Peque?as piezas flotantes de indignaci¨®n.
Dentro, sobre la hierba, el termostato de la agitaci¨®n lo lleva Vinicius. La longitud de la mecha hasta el estallido de la revuelta del Madrid coincide con la del brasile?o. A veces de juego, a veces de descontrol. Enfrente, Xavi le hab¨ªa colocado de nuevo a Araujo, tal vez el futbolista que mejor ha descifrado su prestidigitaci¨®n. El mayor misterio reciente para el atacante. Vinicius comenz¨® a tantear al uruguayo de lejos. Xavi estaba orgulloso: ¡°Vinicius, que te genera seis siete ocasiones por partido, hoy pr¨¢cticamente ninguna¡±.
Cuando el brasile?o encontr¨® el primer gran boquete en la defensa azulgrana, tambi¨¦n fue sin regatear. Encontr¨® a Benzema en el ¨¢rea peque?a con un sutil globo que captur¨® el franc¨¦s y acab¨® dejando en la red. El linier lo desactiv¨® con la bandera en alto. Fue el sino del Madrid, que no realiz¨® ni un disparo a puerta en todo el encuentro, la primera vez desde que se lleva la cuenta, hace 15 a?os, seg¨²n el estad¨ªstico Alexis Mart¨ªn.
Carlo Ancelotti termin¨® frustrado: ¡°Ha sido dif¨ªcil buscar oportunidades. Las l¨ªneas defensivas estaban muy cerradas. Hemos jugado por fuera, pusimos muchos centros...¡±. Pero sin fruto. ¡°Meter centros no es lo m¨¢s adecuado para nosotros¡±, dijo.
El estallido
Vinicius a¨²n circulaba por el cl¨¢sico a bajas revoluciones, salvo por otro encontronazo con Busquets. No faltaba mucho para la combusti¨®n. El brasile?o se enganch¨® abrazado a De Jong en el centro del campo. El neerland¨¦s toc¨® antes el suelo y el brasile?o termin¨® con amarilla y enfurecido. ¡°?Corrupci¨®n, en la federaci¨®n!¡±, de nuevo en la grada.
La vibraci¨®n desestabiliz¨® el equilibrio que manten¨ªa el Madrid. Y recibi¨® un gol, que anul¨® el otro juez de l¨ªnea, y rescat¨® el VAR un minuto despu¨¦s. ¡°Un error individual, un pase mal hecho, nos han buscado a la contra y con un rebote nos han marcado¡±, describi¨® Ancelotti.
Araujo ten¨ªa amarrado a Vinicius, que apenas trataba de regatear. Y el Barcelona acababa de desconcertar al Madrid, due?o de la pelota y del juego, desubicado en el marcador. El cuento al rev¨¦s.
Aquel meneo fue apenas una r¨¢faga. La defensa del Bar?a ten¨ªa anestesiado el partido con una raci¨®n min¨²scula de pelota: la hab¨ªa tenido domada solo un tercio del tiempo. El cuento al rev¨¦s. Courtois cree que el Bar?a se llev¨® del Bernab¨¦u m¨¢s de lo que le correspond¨ªa: ¡°Quiz¨¢ no merec¨ªan ganar porque hemos dominado el partido, pero nos cost¨® chutar a puerta y no encontramos las ocasiones de gol¡±.
Tambi¨¦n result¨® bocabajo la historia de Rodrygo. Apareci¨® en el campo casi en el 67, la frontera de la zona de sus prodigios de la pasada Champions en el Bernab¨¦u. Pero el Barcelona hab¨ªa conseguido reducir tanto las revoluciones, que hasta el brasile?o de las remontadas parec¨ªa gripado.
No funcionaba su interruptor, y tampoco el nuevo recurso del almac¨¦n de Ancelotti. En el 84 introdujo el 1,94 del canterano ?lvaro Rodr¨ªguez. El delantero que a¨²n vive acunado por Ra¨²l en el Castilla cambi¨® el partido contra Osasuna y consigui¨® empatar un derbi atascado con un imponente gol de cabeza.
De todas formas, Ancelotti pareci¨® irse esperanzado del estadio: ¡°Hemos hecho el partido que quer¨ªamos hacer. Es un partido que nos da confianza para el de vuelta. No ha salido un buen resultado, pero tenemos solamente que repetir el partido en Barcelona¡±, dijo. ¡°Si somos capaces de tener esta intensidad vamos a tener m¨¢s oportunidades. No creo que puedan plantear un partido as¨ª de defensivo en el Camp Nou¡±.
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