Lionel Messi, de ¡°pecho fr¨ªo¡± a ¨ªdolo de masas en Argentina
Los hinchas reverencian al 10 en Buenos Aires con el mismo fanatismo con el que antes criticaban su rendimiento con la selecci¨®n
Corrientes es la avenida de los teatros de Buenos Aires. El s¨¢bado por la noche, una multitud se agolpaba frente al Lola Membrives. Cuando la situaci¨®n amenazaba con salirse de control, la pantalla gigante que promocionaba una nueva funci¨®n de Tootsie se apag¨® repentinamente. Cuando se encendi¨® unos segundos despu¨¦s ten¨ªa una leyenda en grandes letras blancas: ¡°Messi no est¨¢ en el teatro¡±. Hab¨ªa circulado el rumor de que el jugador argentino se encontraba entre los espectadores y all¨ª estaba la horda espont¨¢nea que desde hace una semana persigue al ¨ªdolo por toda la capital. Los mismos ...
Corrientes es la avenida de los teatros de Buenos Aires. El s¨¢bado por la noche, una multitud se agolpaba frente al Lola Membrives. Cuando la situaci¨®n amenazaba con salirse de control, la pantalla gigante que promocionaba una nueva funci¨®n de Tootsie se apag¨® repentinamente. Cuando se encendi¨® unos segundos despu¨¦s ten¨ªa una leyenda en grandes letras blancas: ¡°Messi no est¨¢ en el teatro¡±. Hab¨ªa circulado el rumor de que el jugador argentino se encontraba entre los espectadores y all¨ª estaba la horda espont¨¢nea que desde hace una semana persigue al ¨ªdolo por toda la capital. Los mismos que hasta la obtenci¨®n de la Copa Am¨¦rica, en 2021, llamaban a Messi ¡°pecho fr¨ªo¡±, lo idolatran ahora sin matices. A los 35 a?os, Messi es, al fin, un ¨ªdolo de masas en su tierra.
El jugador ¡°pecho fr¨ªo¡± es aquel que no suda la camiseta, un son¨¢mbulo que sale a la cancha solo por dinero, sin pasi¨®n por los colores ni hambre de gloria. Los hinchas argentinos no perdonaban que Messi no repitiese con la celeste y blanca la magia que desplegaba en Barcelona. En 2018, tras perder su tercera final consecutiva (una en el Mundial Brasil 2014, las otras dos contra Chile en la Copa Am¨¦rica), Messi lamentaba en una entrevista que no se reconociese el esfuerzo de los jugadores. ¡°En cualquier otro pa¨ªs del mundo, un seleccionado que llega a tres finales seguidas ser¨ªa valorado, pero nosotros no. Ac¨¢ nos dicen cagones o pecho fr¨ªo¡±, se quej¨® en una entrevista con TyC Sport. El fracaso, ese mismo a?o, en Rusia, no hizo m¨¢s que profundizar la grieta que hab¨ªa entre el jugador y los hinchas argentinos. En los estadios se cantaba ¡°Maradona, Maradona¡± y en los plat¨®s de televisi¨®n los periodistas despotricaban contra aquel jugador que no cantaba el himno nacional o caminaba en el campo de juego.
A partir de 2021, todo cambi¨®. Argentina gan¨® primero la Copa Am¨¦rica contra Brasil en el Maracan¨¢, luego la Final¨ªssima ante Italia y, finalmente, la Copa del Mundo contra Francia en Qatar. Messi hab¨ªa, por fin, neutralizado el hechizo y ya nadie osaba compararlo con Maradona. El pasado jueves, 85.000 personas lo ovacionaron en la cancha de River Plate en un partido homenaje contra Panam¨¢. Casi dos millones de personas hab¨ªan intentado sacar entradas, sin ¨¦xito. Messi tom¨® el micr¨®fono y habl¨® a la multitud. Volvi¨®, como en aquella entrevista de 2018, a pedir por los compa?eros que hab¨ªan quedado en el camino. ¡°Estamos festejando los campeones¡±, dijo, ¡°pero no me quiero olvidar de todos los compa?eros que pasaron y que tambi¨¦n estuvieron muy cerquita. Ellos se merecen el respeto y el reconocimiento de todos tambi¨¦n. Disfrutemos esto porque estuvimos mucho tiempo para volver a ganarla¡±.
A diferencia de viajes anteriores, Messi no se refugi¨® en Rosario, su ciudad, y se qued¨® en Buenos Aires. Se mostr¨® con amigos y cen¨® a solas con Antonella Rocuzzo; fue a bailar con sus compa?eros de equipo y salud¨® sonriente a los hinchas. En las calles de Buenos Aires, Messi fue m¨¢s el adolescente que descubre de improviso el placer de la fama que el veterano que est¨¢ harto de ella. Firm¨® aut¨®grafos sin chistar y hasta baj¨® la ventanilla de su camioneta para saludar a una familia que lo hab¨ªa reconocido en la autopista. El domingo, la Asociaci¨®n del F¨²tbol Argentino (AFA) le puso Lionel Andr¨¦s Messi a un nuevo complejo deportivo en su sede de Ezeiza, a las afueras de Buenos Aires. Y el lunes vol¨® hacia la sede de la Conmebol en Asunci¨®n del Paraguay para un nuevo homenaje. Este martes se pondr¨¢ otra vez la celeste y blanca para el partido contra Curazao, en Santiago del Estero (norte), ¨²ltima escala de una procesi¨®n dedicada al ¨ªdolo.
La capital de la provincia de Santiago del Estero es peque?a y sus habitantes est¨¢n entre los m¨¢s pobres del pa¨ªs. Su estadio, el Madre de Ciudades, es, por esas vueltas inexplicables que tiene el f¨²tbol argentino, uno de los m¨¢s modernos del pa¨ªs. Pero la AFA consider¨® que quedaba chico para la fiesta de la Albiceleste contra Curazao y le quit¨® parte de las butacas para ampliar su capacidad de 30.000 a 42.000 personas. De poco sirvi¨®. Como en el partido contra Panam¨¢, las entradas se agotaron en poco m¨¢s de una hora.
El f¨²tbol ser¨¢ lo de menos en la noche argentina. Habr¨¢ fiesta y la posibilidad de romper varios hitos. Si gana, la Albiceleste alcanzar¨¢ el primer puesto en el r¨¢nking de la FIFA como campe¨®n simult¨¢neo de tres copas, una marca que solo ten¨ªan Brasil y Francia. Ser¨¢ tambi¨¦n un partido especial para Messi: si convierte, alcanzar¨¢ los 100 goles con la camiseta de su pa¨ªs.
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