Infinito Messi

Messi entero, Messi lastimado, Messi a bal¨®n parado, Messi imparable, siempre Messi. El 10 es el jugador universal en Qatar. Las distintas versiones del capit¨¢n de la Albiceleste se apreciaron y disfrutaron en su memorable partido contra Croacia. Ha aparecido el Messi m¨¢s argentinizado y maradoniano en su quinto Mundial. El jugador m¨¢s grande comparece en uno de los partidos m¨¢s grandes para resumir una carrera iniciada hace 35 a?os en Rosario. Hay un Messi que camina, observa y diagnostica el partido, un jugador inteligente y, sin embargo, vigilado, como si se quisieran advertir signos de vejez, para ver qui¨¦n anuncia antes que su fin est¨¢ pr¨®ximo en Par¨ªs, en Miami o en Barcelona. Y tambi¨¦n hay un Messi que de vez en cuando se toca la pierna, pone cara de fastidio m¨¢s que de dolor y hace temer por su salud y al que, sin embargo, el t¨¦cnico no se atreve a cambiar, ni siquiera con un 2-0.

Messi, sin embargo, aguanta, despierta y desmiente a cuantos murmuran durante el entretiempo del encuentro, para reivindicar que no est¨¢ ante su ¨²ltimo partido. Ni siquiera se sabe si ante su ¨²ltimo Mundial. Hoy es un futbolista sin fin que juega con la sabidur¨ªa de un veterano y la ilusi¨®n de un juvenil, m¨¢s liberado y seguro que nunca, l¨ªder y capit¨¢n de la Albiceleste. La selecci¨®n se ha contagiado de la confianza y autoridad de Messi.

A su juego virtuoso, el 10 agreg¨® un car¨¢cter irreductible desde que en 2021 gan¨® la Copa Am¨¦rica. No solo ha tomado la posta de Maradona, sino que lo evoca en cada cita con su juego y actitud; sin dejar de ser Messi. As¨ª se constat¨® en el 3-0. Messi eligi¨® al mejor defensa del torneo, el central Gvardiol, para un mano a mano conmovedor por c¨®mo cambi¨® de ritmo, fij¨® despu¨¦s y regate¨® al final al central de Croacia para asistir a Juli¨¢n ?lvarez.

La jugada del Mundial. Algunos recordaron el gol contra el Getafe. Tambi¨¦n hubo quien revivi¨® la final de Copa ante el Athletic en el Camp Nou. No ha dejado de ser un Messi art¨ªstico y adem¨¢s generoso porque para entonces Croacia ya estaba rendida y la hinchada sufr¨ªa porque ve¨ªa al 10 que se tocaba los isquios, se sab¨ªa de su dolencia en el s¨®leo y se tem¨ªa por su ca¨ªda camino de la final del Mundial. Messi acab¨® abrazado a Scaloni.

La diferencia es que desde hace mucho tiempo no se hab¨ªa visto a un Messi tan motivado como el de Qatar. No se trata de ganar un t¨ªtulo m¨¢s, sino de alcanzar la Copa. Y el rosarino disfruta, se siente a gusto con el equipo que el seleccionador ha armado a su alrededor, jugadores j¨®venes que lo admiran, y se identifica con Argentina. Messi conjuga la pasi¨®n con la concentraci¨®n con la que ejecut¨® los penaltis contra Australia, Pa¨ªses Bajos y Croacia.

Ha marcado en los octavos contra Australia, repiti¨® en cuartos ante Pa¨ªses Bajos y anot¨® en semifinales ante Croacia. Nunca hab¨ªa sido tan fiable en los partidos de eliminaci¨®n de una Copa del Mundo. Aunque en Sud¨¢frica 2010 se qued¨® a cero, en Qatar super¨® el r¨¦cord de m¨¢ximo artillero argentino que compart¨ªa con Batistuta (11, frente a 10). Ya suma cinco tantos, tres de penalti; y en el ¨²nico partido que no marc¨®, fall¨® una pena m¨¢xima ante Polonia.

Nunca fue un especialista desde los 11 metros y, sin embargo, ahora parece infalible por la determinaci¨®n y variedad con que tira al arco, incluso cuando el portero es Livakovic, uno de los mejores del Mundial. Ya totaliza tantas asistencias mundialistas como Maradona (ocho) y ha igualado en n¨²mero de partidos disputados a Matth?us (25). Ahora, despu¨¦s de la Croacia de Modric, le queda por jugar la final contra Marruecos o la Francia de Mbapp¨¦.

Aquel 3-0 a favor de Croacia en el pasado Mundial de Rusia 2018 ha dado paso al 3-0 para Argentina, que jam¨¢s perdi¨® una semifinal del Mundial. Ahora aspira a conquistar la tercera Copa con los goles de la Ara?a ?lvarez, el delantero de River que hace carrera en el City de Haaland y Guardiola, y el juego de Messi, a veces selectivo, en ocasiones omnipresente, siempre decisivo para suerte de la Albiceleste.

Messi ha convertido la presi¨®n y la carga emotiva de todo su pa¨ªs en combustible para su carrera hacia la conquista de la Copa del Mundo.

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