El Barcelona conquista su segunda Champions tras remontar dos goles en contra al Wolfsburgo
Las azulgrana tocan el cielo europeo con dos goles de Patri Guijarro y uno de Rolf? en la segunda parte, para dar la vuelta al 0-2 de la primera mitad
Una final tan emocionante como cambiante coron¨® al Barcelona en Eindhoven. Segundo t¨ªtulo de Champions para las azulgrana, dispuestas a robarle la hegemon¨ªa en Europa al Olympique de Lyon. No fue la final de Alexia Putellas, ganadora de dos Balones de Oro, aunque tuvo su protagonismo, b¨¢sicamente simb¨®lico. Fue la final de Guijarro, de Aitana y Graham Hansen y de Rolf?. Tambi¨¦n, por supuesto, de Jonatan Gir¨¢ldez: el t¨¦cnico...
Una final tan emocionante como cambiante coron¨® al Barcelona en Eindhoven. Segundo t¨ªtulo de Champions para las azulgrana, dispuestas a robarle la hegemon¨ªa en Europa al Olympique de Lyon. No fue la final de Alexia Putellas, ganadora de dos Balones de Oro, aunque tuvo su protagonismo, b¨¢sicamente simb¨®lico. Fue la final de Guijarro, de Aitana y Graham Hansen y de Rolf?. Tambi¨¦n, por supuesto, de Jonatan Gir¨¢ldez: el t¨¦cnico supo rectificar la estrategia para firmar una remontada hist¨®rica en el Philips Stadion.
Atado a su guion de juego, ese que prioriza justamente la escuela neerlandesa, el Barcelona se dejaba pasar por arriba por el Wolfsburgo en Eindhoven. Abrazadas al bal¨®n, pero sin profundidad, la efectividad de las alemanas dej¨® el marcador 0-2 en el entretiempo. Entonces, sucedi¨® lo nunca visto para las azulgrana. Le dieron una lecci¨®n de rebeld¨ªa, tenacidad y agresividad a las alemanas. Y de f¨²tbol, claro.
Alemania es pasado en el f¨²tbol practicado por mujeres ¡ªsus equipos suman nueve Orejonas, su selecci¨®n ocho europeos y dos mundiales¡ª pero tambi¨¦n presente. Alemania, en definitiva, nunca se esconde. Hoy, sin ning¨²n mejor referente que el Wolfsburgo, un equipo de mil caras, capaz de ser tan distante como cercano con el bal¨®n, inteligente para leer los espacios, siempre competitivo. Eligi¨® Tommy Stroot esperar al Barcelona cerca de la medular. Ni la presi¨®n violenta que hab¨ªa buscado en la ida de la semifinal de la campa?a pasada (5-1, en el Camp Nou), ni el refugio cerca de Frohms de la vuelta (0-2). La estrategia del t¨¦cnico alem¨¢n estaba en el ideario de partido que imaginaba Gir¨¢ldez. No estaba, en cambio, que Oberdorf le hiciera de sombra a Aitana, mucho menos que Pajor abandonara el ¨¢rea para recostarse sobre el ala izquierda para desafiar en un mano a mano a un t¨®tem como Lucy Bronze.
Sin la polaca como referente de ataque del Wolfsburgo, el ¨¢rea del Barcelona, entonces, quedaba para el s¨ªmbolo del equipo alem¨¢n: Alexandra Popp. Pocas jugadoras representan mejor el esp¨ªritu del f¨²tbol alem¨¢n. La capitana de Las Lobas, rebelde frente a todo infortunio, tan dura fuera como dentro del campo, vers¨¢til e inteligente, tiene un im¨¢n en la cabeza. As¨ª aprovech¨® el Wolfsburgo un despiste de Mapi Le¨®n que, cuando quiso recular, ya era tarde y la 11 estaba solo para mandar a la red el centro de Pajor. 0-2 en 37 minutos. Entonces, los fantasmas de Tur¨ªn, esos que tambi¨¦n hab¨ªan acosado al Bar?a en su primera final de Champions en Budapest, cuando el Lyon fusil¨® la ilusi¨®n de las azulgrana en la primera media hora, sobrevolaron en Eindhoven. El d¨¦j¨¤ vu, en cualquier caso, hab¨ªa comenzado mucho antes.
El duelo todav¨ªa se estaba sacando las lega?as cuando la experimentada Lucy Bronze cometi¨® un error de principiante. La inglesa, mejor jugadora del mundo en 2019, ganadora de dos Champions (Lyon) y una Eurocopa, se durmi¨® justamente ante la jugadora del Wolfsburgo menos indicada: Pajor. La polaca, m¨¢xima goleadora de esta edici¨®n de la Liga de Campeones (nueve), le birl¨® el bal¨®n a la lateral y arm¨® un latigazo, imposible para Sandra Pa?os.
El desaf¨ªo era may¨²sculo para el Barcelona. Las azulgrana ten¨ªan que demostrar, sobre todo demostrarse, que eran capaces de burlarse de la adversidad. El primer golpe lo hizo Gir¨¢ldez. Era solo un movimiento emocional: mand¨® a calentar a Alexia Putellas. La hinchada azulgrana, en modo silencio, tras los dos cachetazos del Wolfsburgo, se puso de pie cuando vio a su capitana agitar los brazos en b¨²squeda de aliento.
Gir¨¢ldez, en cualquier caso, ten¨ªa un movimiento m¨¢s en la cabeza. Y lo hizo sin agitar nada. Solo enroc¨® piezas: Mariona por Salma. Paralluelo pas¨® a jugar por dentro, mientras que la futbolista formada en la Masia se abri¨® por la banda izquierda. La clave, sin embargo, estuvo en adelantar a Guijarro y a Aitana, como tambi¨¦n en poner la mirilla en Graham Hansen. En el primer tiempo pasaba lo que le acostumbra a pasar a las muchachas de Gir¨¢ldez: mucha tenencia, algunas ocasiones, cero efectividad. De hecho, se repet¨ªan los centros de las azulgrana que no encontraban destinatarias en el ¨¢rea.
El movimiento de Gir¨¢ldez funcion¨®. Y c¨®mo le funcion¨®. El bal¨®n, primero, ten¨ªa que pasar por Graham Hansen. Como con ese tipo de superpoderes solo aptos para los comics de Marvel, la noruega tiene dos caras, una dentro y otra fuera del campo. En la primera discreta y silenciosa; la segunda, omnipresente y ruidosa. La 10 se le col¨® a Rauch y el ¨¢rea del Wolfsburgo ya no estaba vac¨ªa de camisetas azulgrana. Patri Guijarro apareci¨® para firmar el 1-2. Pero la volante, que como Graham Hansen no es muy amiga del escaparate, ten¨ªa algo m¨¢s para decir, justamente, en el mayor escaparate del f¨²tbol femenino: la final de la Champions. De nuevo por la banda derecha, esta vez desde la bota derecha de Aitana, sali¨® el centro para que Guijarro empatara el duelo tras un remate de cabeza.
Ya no hab¨ªa dudas en Eindhoven: el Barcelona hab¨ªa despertado y quer¨ªa recuperar lo que el Lyon le hab¨ªa arrebatado en Tur¨ªn, el t¨ªtulo de Europa. Faltaba, en cualquier caso, el golpe final. Y lleg¨®. Pero lleg¨® como llegaron todos los goles del Bar?a en el Philips Stadion. Las azulgrana no estaban atrapadas en la paciencia y la ret¨®rica con la pelota, sino que con el ¨ªmpetu para recuperar el cuero, esencialmente la agresividad para atacar. Mordi¨® Mariona en el inicio de la jugada del Wolfsburgo y Rolf?, atenta, pesc¨® el bal¨®n en la puerta del ¨¢rea peque?a para sacar un remate potente que sellaba la remontada de Barcelona.
Pero a la alegr¨ªa azulgrana le faltaba un gol invisible, tan importante para el equipo como los dos de Guijarro y el de Rolf?: la presencia de Alexia Putellas. La capitana, por primera vez en la temporada, saltaba al campo en la Champions tras superar la lesi¨®n en la rodilla izquierda. Entonces, s¨ª. La fiesta azulgrana era completa. Para Putellas, por supuesto, pero sobre todo para el Barcelona que vuelve a tocar el cielo de Europa.
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