Alcaraz se recompone ante Rinderknech en su debut en la hierba de Queen¡¯s

Aqu¨ª hay trampa. De entrada, porque en lugar de comparecer Fils lo hace otro Arthur, otro franc¨¦s. Se llama Rinderknech, llega con un par de partidos en las piernas ¨Crepescado a ¨²ltima hora por la baja de su compatriota, pero rodado¨C y le hace pasar un mal trago de a¨²pa a Carlos Alcaraz, que al final se recompone y salva este estreno ¨¢spero de Queen¡¯s: 4-6, 7-5 y 7-6(3), tras 2h 33m. Al final sale del l¨ªo el n¨²mero dos, quien si hace un par de d¨ªas ya deslizaba que lo que viene es harto dif¨ªcil ¨C¡°en hierba no tengo tanta experiencia y los partidos que he jugado me han costado mucho¡±¨C, encuentra otro motivo para la sospecha: con solo seis intervenciones hasta ahora en un registro tan particular como el presente, los peligros se multiplican. No hay lugar seguro ni adversario asequible. En todo caso, gana tiempo ¨Cluego otra oportunidad para engrasarse de cara a Wimbledon, a partir del 3 de julio¨C y el jueves tendr¨¢ una cita con el checo Jiri Lehecka, verdugo un par de horas antes del malague?o Alejandro Davidovich (7-6(4) y 6-3).

¡°Al principio ha sido muy dif¨ªcil adaptarme¡±, introduce el granador, que aspira a convertirse en el tercer espa?ol que conquista el torneo (ATP 500) tras Rafael Nadal (2008) y Feliciano L¨®pez (2017 y 2019). ¡°Es dif¨ªcil jugar aqu¨ª, pero disfruto en la hierba y en Queen¡¯s. Es un torneo que quer¨ªa conocer. Ha sido una buena actuaci¨®n por mi parte en mi primer partido de este a?o en esta superficie¡±, aprueba el de El Palmar, que el curso pasado no pudo asistir a la cita por unas molestias en el codo y que, por tanto, va descubriendo estos d¨ªas un nuevo paraje. La aclimataci¨®n, no obstante, se resiste.

Alcaraz, al resto, se contonea de un lado a otro mientras por su mente revolotean m¨¢s y m¨¢s ideas, m¨¢s y m¨¢s dudas en realidad; se?or l¨ªo, el que se ha formado ah¨ª dentro. No hay manera de que el chico descifre el jerogl¨ªfico, de que salga de ese laberinto que conforme avanzan los minutos va estrechando los pasillos y eliminando puertas, agobiante, pu?etero y hasta cierto punto desesperante. Es tenis, pero parece otro deporte; dos jugadores, otras tantas raquetas y una red, mismas dimensiones, s¨ª. Pero un mundo completamente diferente. Tras dos meses y medio de l¨®gica y guiones lineales, de la racionalidad que ofrece la tierra batida, el veintea?ero se enreda en el inestable y complej¨ªsimo escenario de la hierba. Lo sab¨ªa, y la cruda realidad verde advierte a las primeras de cambio.

Parte bien el espa?ol, con media hora aseada en la que ensaya direcciones, prueba apoyos y cierra con autoridad los servicios. El despegue carbura, no pinta mal la cosa. Sin embargo, vuelan tres opciones de rotura (3-3) y conforme Rinderknech va asent¨¢ndose, ¨¦l pierde la claridad. Se desordena Alcaraz y, de repente, el c¨¦sped le ense?a las fauces. En un abrir y cerrar de ojos, porque bajo este registro las cosas transcurren as¨ª, todo muy r¨¢pido y sin previo aviso, comienzan los fallos y los movimientos pierden finura; coge demasiado alto un remate y el franc¨¦s, tallo de 1,94 y brazos muy largos, le arrebata por primera vez el saque. Contragolpea el murciano (5-4), pero el rival incide. Es una tarde a contracorriente.

El trono, de nuevo a tiro

El plan no le funciona a Alcaraz. Parapetado en la l¨ªnea de fondo, sufre las mil y una trampas que le plantea el formato. La bola se queda muerta en el bote y corrige tarde la distancia, si no le atropella en uno de esos cortados del franc¨¦s. Rinderknech (27 a?os, 83? del mundo) no es ni mucho menos ning¨²n virtuoso, pero se maneja bien, tiene saque y aborda con determinaci¨®n la red, espacio tan definitivo en esto de la hierba. El registro refleja 76 aproximaciones, por las 35 del n¨²mero dos. Set arriba, el galo aprovecha la indefinici¨®n del rival para imponer ritmo y amenazar seriamente con cerrar el duelo, hasta que Alcaraz recapacita, piensa que tiene poco que perder ya y rectifica. Abandona la trinchera. Objetivo: enredar. Su golpe enroscado viaja ahora m¨¢s plano y abandona la zona de confort para aceptar el reto. Es eso, o la nada. O adi¨®s a Queen¡¯s.

Da varios pasos hacia delante, decanta el segundo parcial con un manotazo en el pasante y el enredo se transforma en un pulso de igual a igual, aunque el murciano no escapa en ning¨²n instante a la incomodidad. Es m¨¢s, Rinderknech sortea dos bolas de break primero y contragolpea fuerte a continuaci¨®n, sin dar el brazo a torcer; esto es, 2-0 a su favor y luz roja en el box de Alcaraz, tutelado estos d¨ªas por Samuel S¨¢nchez ¨Cpreparador de Pablo Carre?o, adscrito tambi¨¦n a la academia de Villena¨C hasta que Juan Carlos Ferrero se incorpore la pr¨®xima semana a la expedici¨®n. Lo observa el valenciano desde su casa: sudores fr¨ªos durante un buen rato, falta (l¨®gicamente) adaptaci¨®n. Pero, a la hora de la verdad, cuando hay que decantar, se premia el arrojo de su jugador. Sobrevive el de El Palmar.

Arropado por su padre y su preparador f¨ªsico (Alberto Lled¨®), el protagonista tiene la opci¨®n de arrebatarle el trono al serbio Novak Djokovic antes del cercano desembarco en el grande brit¨¢nico; entre uno y otro, tan solo 420 puntos. Para ello, tendr¨ªa que alzar el trofeo el domingo. Proclive a lo positivo, resuelve: ¡°Nunca hab¨ªa jugado un torneo en hierba salvo Wimbledon [2021 y 2022], y quer¨ªa probar aqu¨ª. Hab¨ªa visto este torneo por la televisi¨®n y siempre he pensado que es un lugar bonito para jugar, as¨ª que estoy disfrutando de cada segundo¡±.

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