Los filiales se alejan del f¨²tbol profesional: el impacto de la Ley Bosman y jugadores m¨¢s pipiolos les cortan las alas en Segunda
Los equipos b del Madrid, Bar?a, Athletic o Atl¨¦tico, muy pujantes en los ochenta y noventa en la categor¨ªa de plata, acumulan dos d¨¦cadas de p¨¦rdida de protagonismo en la ¨¦lite competitiva
El Castilla se ahog¨® el pasado domingo a dos brazadas de la orilla, ante el Eldense, y continuar¨¢ otra temporada m¨¢s en Primera Federaci¨®n, fuera del f¨²tbol profesional. En general, los tiempos de ¨¦xito de los filiales en Segunda Divisi¨®n quedan ya muy lejos. Aquellos a?os ochenta y noventa en los que hasta tres y cuatro de estos conjuntos compet¨ªan regularmente en la categor¨ªa de plata, e incluso marcaban el paso. Como cuando el Castilla fue subcampe¨®n de Copa (1980); o los equipos b del Bar?a y Madrid acabaron ...
El Castilla se ahog¨® el pasado domingo a dos brazadas de la orilla, ante el Eldense, y continuar¨¢ otra temporada m¨¢s en Primera Federaci¨®n, fuera del f¨²tbol profesional. En general, los tiempos de ¨¦xito de los filiales en Segunda Divisi¨®n quedan ya muy lejos. Aquellos a?os ochenta y noventa en los que hasta tres y cuatro de estos conjuntos compet¨ªan regularmente en la categor¨ªa de plata, e incluso marcaban el paso. Como cuando el Castilla fue subcampe¨®n de Copa (1980); o los equipos b del Bar?a y Madrid acabaron l¨ªderes tres temporadas seguidas en Segunda (1983, 84 y 85) con un Bilbao Athletic muy poderoso. Su vigor continu¨® varias campa?as; sin embargo, lleg¨® el siglo XXI y su presencia en este escal¨®n se difumin¨®. Ahora, son pocos los que alcanzan el balompi¨¦ profesional (solo el Villarreal B la pasada campa?a y la siguiente), y casi siempre con dificultades para mantenerse.
?Y por qu¨¦? ¡°Uf, qu¨¦ pregunta¡±, se arranca al otro lado del tel¨¦fono Miguel Pardeza (La Palma del Condado, Huelva; 58 a?os), excanterano merengue y luego durante m¨¢s de 10 a?os en los despachos del Bernab¨¦u y el Zaragoza. La Ley Bosman, de mediados de los noventa, no tarda en aparecer en sus explicaciones, en las que reconoce aportar m¨¢s ideas que respuestas tajantes. ¡°A partir del caso Bosman, las plantillas se reconfiguraron. Todo cambi¨®. Hubo menos hueco para los jugadores nacionales, eso est¨¢ claro. Y la ¨²nica salida para muchos era bajar a Segunda, lo que termin¨® reforzando la categor¨ªa. Hoy un chico de calidad media-alta tiene m¨¢s dificultades de integrarse en las primeras plantillas de los clubes importantes¡±, apunta el exdelantero, que, como reflexi¨®n general, desliza tambi¨¦n que ¡°los equipos se han homogeneizado, el talento individual se ha visto un poco perjudicado y cuesta ver un jugador que destaque muy por encima del resto¡±.
Fue normal que hubiera tres y cuatro filiales en Segunda. Con el cambio de siglo, las dificultades para subir y mantenerse se multiplicaron
?l fue protagonista de uno de esos hitos que han quedado de ese pasado tan pujante de los filiales: los 85.000 espectadores que asistieron en 1983 al Bernab¨¦u al duelo contra el Bilbao Athletic que dirig¨ªa Jos¨¦ ?ngel Iribar, subcampe¨®n por detr¨¢s de los blancos. Reflejo de una ¨¦poca. Y explorando en la ficha de aquel Castilla aflora una de las diferencias respecto al presente: solo tres canteranos ten¨ªan menos de 20 a?os (uno de ellos, Pardeza), mientras la ¨²ltima temporada hasta 10 no llegaron a esa frontera en la plantilla blanca de Ra¨²l Gonz¨¢lez. ¡°En mi ¨¦poca, hab¨ªa jugadores que superaban la edad media. El club entend¨ªa que eso permit¨ªa a los j¨®venes asentarse en la categor¨ªa y garantizar cierta estabilidad. La rotaci¨®n era m¨¢s lenta. Ahora, a veces es el jugador el que no interesado en seguir en el filial con 20 o 21 a?os si puede pasar al mundo profesional total¡±, indica el integrante de la Quinta del Buitre.
Sobre este punto alerta tambi¨¦n Paco Herrera (Barcelona, 69 a?os), el tercer entrenador con m¨¢s partidos en Segunda (362), por detr¨¢s de Juan Antonio Anquela (379) y Jos¨¦ Luis Oltra (373). ¡°Ahora un jugador de 21 a?os es ya mayor en un filial cuando antes era una edad normal¡±, se?ala. ¡°Los equipos b arrancan la temporada con algunos chavales que seguramente no est¨¢n a¨²n terminados para luchar por un ascenso a Segunda. Cuando la acaban, han madurado y s¨ª podr¨ªan afrontar la siguiente con opciones, pero entonces el club los sube o les da una salida para que contin¨²en la formaci¨®n fuera. Y esto no es exclusivo del Madrid y Barcelona¡±, advierte Herrera. ¡°Su salida es f¨¢cil porque todos los conjuntos de Segunda y algunos de Primera van a pujar por ellos para llev¨¢rselos cedidos o comprarlos¡±, explica este t¨¦cnico que ha dirigido m¨¢s de una decena de vestuarios de plata, entre otros, Las Palmas, Sporting, Valladolid, Zaragoza y Celta.
La salida de muchos fue ir a Segunda y la categor¨ªa se reforz¨®Miguel Pardeza, sobre el efecto de la Ley Bosman
En este siglo, solo el Bar?a Atl¨¨tic ha sido capaz de enlazar cinco campa?as en Segunda (2010-15). Sorprende que el M¨¢laga B, en su otra vida, encadenara tres cursos (2003-06). El Castilla apenas la ha disputado cuatro (2005-07 y 2012-14), igual que el Sevilla (2007-09 y 2016-18). La Real Sociedad B de Xabi Alonso aguant¨® uno (2021-22), como el Bilbao Athletic (2015-16). Y en seis campa?as no ha habido ning¨²n representante. Ahora la punta de lanza es el Villarreal B, que sumar¨¢ su segunda temporada seguida (tuvo otro trienio hace una d¨¦cada). Del Atl¨¦tico, Valencia o Betis, ni rastro en este periodo.
Por debajo, esta temporada el Castilla se qued¨® a siete minutos de ascender. En los playoffs, antes cayeron el Barcelona Atl¨¨tic, la Real B y el Celta B, mientras que Osasuna Promesas acab¨® en un meritorio s¨¦ptimo puesto en Primera Federaci¨®n. Mucho peor le fue al Bilbao Athletic, que descendi¨® a Segunda RFEF. De all¨ª viene el Atl¨¦tico B (lleg¨® a caer a Tercera RFEF), mientras que los filiales del Sevilla, Betis, Valencia y Getafe contin¨²an en el cuarto escal¨®n.
Ahora un jugador de 21 a?os es ya mayor en un filial cuando antes era una edad normalPaco Herrera
¡°Es verdad que hubo una ¨¦poca de esplendor de los filiales en Segunda¡±, asume Miguel Pardeza, ¡°pero no voy a decir que exist¨ªa un talento extraordinario porque el talento nunca ha desaparecido. La cantera siempre se ha cuidado y ahora los j¨®venes gozan de unas ventajas que nosotros no ten¨ªamos ni por asomo¡±, a?ade el exmadridista. A juicio de Paco Herrera, un factor clave de este alejamiento del f¨²tbol profesional es que, abundando en el asunto de la edad, ahora los m¨¢s j¨®venes adelantan el salto a la ¨¦lite. ¡°Antes era casi imposible que un chico de 17 a?os debutara en Segunda, o en Primera. Hoy no hay miedo. Incluso, es un aliciente para el entrenador, que tiene m¨¢s control sobre la cantera. En el pasado, se centraba m¨¢s en el primer equipo y, si necesitaba refuerzos, se fichaba. En los noventa, se tiraba m¨¢s f¨¢cil de billetera¡±, asegura el t¨¦cnico catal¨¢n sobre un tiempo en el que tambi¨¦n aumentaron los ingresos por derechos de televisi¨®n. M¨¢s dinero disponible (entonces) sumado al impacto de la Ley Bosman, que caus¨® el aumento exponencial de la llegada de jugadores extranjeros al f¨²tbol de ¨¦lite.
¡°Ahora todo se ha profesionalizado¡±, introduce un analista de una de las principales agencias internacionales. ¡°El nivel en Primera subi¨® y todos ya no caben. Hay m¨¢s extranjeros y, por lo tanto, menos hueco para los futbolistas nacionales. As¨ª que estos bajan a Segunda Divisi¨®n, donde el nivel tambi¨¦n aumenta. Y esos j¨®venes que antes marcaban las diferencias y te superaban como aviones en las segundas vueltas, ahora les cuesta adaptarse a la competici¨®n y generar ventajas¡±, concluye este experto.
Las canteras siguen produciendo talento, pero los filiales ya no marcan el paso. Una cuesti¨®n que ha hecho callo. Los ritmos y la distribuci¨®n en la cocina de las categor¨ªas inferiores han cambiado.
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