La resiliente sonrisa de Biles, de nuevo campeona del mundo de gimnasia

La sonrisa de Simone Biles se apag¨® durante dos a?os. Pero ha regresado con m¨¢s brillo que nunca. Una jovenc¨ªsima Simone, de 16 a?os, brackets, debutante, venc¨ªa hace una d¨¦cada en su primer mundial. Ahora, una madura Biles, aut¨¦ntico portento atl¨¦tico y gimnasta arrolladora, vuelve a ganar el concurso completo individual de gimnasia art¨ªstica del ...

La sonrisa de Simone Biles se apag¨® durante dos a?os. Pero ha regresado con m¨¢s brillo que nunca. Una jovenc¨ªsima Simone, de 16 a?os, brackets, debutante, venc¨ªa hace una d¨¦cada en su primer mundial. Ahora, una madura Biles, aut¨¦ntico portento atl¨¦tico y gimnasta arrolladora, vuelve a ganar el concurso completo individual de gimnasia art¨ªstica del Mundial de Amberes (B¨¦lgica), e iguala el r¨¦cord de seis t¨ªtulos all around (concurso completo) de la leyenda japonesa Kohei Uchimura. Entre medias, muchos motivos para que Biles perdiera su sonrisa. Sin embargo, en la final del Mundial celebrada este viernes no quedaba rastro: de inicio a final, una actuaci¨®n brillante. Nada pod¨ªan hacer con ella (58,399), aunque segu¨ªan sus pasos de cerca, la brasile?a Rebeca Andrade (56,766), segunda, o la estadounidense Shilese Jones (56,332), tercera. Biles, imparable en cada aparato, deleitaba y cerraba al final con su rutina de suelo entre el estruendo del p¨²blico. Una vez m¨¢s, historia en la gimnasia art¨ªstica.

El Antwerps Sportpaleis de Amberes, lleno hasta la bandera, se vest¨ªa de oro para la gran final femenina y para las 24 gimnastas. La brit¨¢nica Alice Kinsella ¡ªsustituta de Jessica Gadirova¡ª, Rebeca Andrade ¡ªcampeona del mundo de 2022¡ª, Shilese Jones, la brasile?a Flavia Saraiva y la canadiense Elsabeth Black. Todas juntas, en un mismo grupo, en un mismo aparato, se disputaban mano a mano el podio. Pero all¨ª mismo tambi¨¦n estaba ella. Simone Biles, lista para salto. Suspiraba antes de empezar, iba a lo seguro y evitaba repetir su Biles II. Recuperaba el ejercicio que realiz¨® en la final por equipos, pero lo mejoraba hasta lograr un casi perfecto 15,100. Nadie tos¨ªa, sobre el potro, a Simone: Rebeca marcaba un 14,700, que la colocaba tercera, y Jones un 14,233.

Aunque un nombre se le escapaba a Biles: Kayla Nemour, por Argelia, que superaba a la estadunidense con un 15,200 en asim¨¦tricas. Aparato con el que la china Qiu Qiyuan, de 16 a?os, se luc¨ªa con 14,700 puntos, y en el que las ca¨ªdas se repet¨ªan y repet¨ªan. Tres gimnastas potentes como la francesa Melanie Dos Santos, la brasile?a Saraiva y la canadiense Black, no lograban agarrar la barra a tiempo y besaban la colchoneta. Le tocaba el turno a Simone, que hac¨ªa parecer su rutina corta, dejando con ganas de m¨¢s al p¨²blico. Sin errores, con una buena posici¨®n en las verticales y con fuerza, despegaba al primer puesto con un 14,333. Y Andrade, la otra gran favorita para el oro, clavaba la salida y la puntuaci¨®n: 14,500.

La mexicana Alexa Moreno parec¨ªa dolerse de la rodilla tras el aterrizaje en salto. Dos Santos, alica¨ªda, recib¨ªa apoyo de su entrenador. Los fallos inundaban las dos primeras rotaciones, y las gimnastas se lamentaban. Aunque no todas corr¨ªan la misma suerte: Biles lideraba con dos d¨¦cimas sobre Andrade, y cinco sobre Jones. Todo se decid¨ªa sobre la barra de equilibrio y el suelo. En el primer aparato, Biles se lo jugaba todo. M¨¢s seria de lo habitual, concentrada en la ejecuci¨®n, consegu¨ªa puntuar un m¨¢s que suficiente 14,433 para mantener el liderato. Andrade, por su parte, se sub¨ªa a la barra entre v¨ªtores del p¨²blico. Aterrizaba dando un paso atr¨¢s, y parec¨ªa no contenta con su ejecuci¨®n, aunque su seriedad era un signo de concentraci¨®n. Marcaba un 13,500, y el primer puesto del podio se alejaba para la brasile?a. Mientras que Jones se acercaba y se colocaba detr¨¢s de su compatriota tras anotar un solvente 14,066.

La final, la lucha por el oro, se hab¨ªa convertido en un ajustado mano a mano entre la campeona del mundo del a?o pasado y la que todos esperaban que fuese este. Pero Jones se hab¨ªa colado entre las dos y tambi¨¦n quer¨ªa su medalla. La elegante y espigada neerlandesa Naomi Visser demostraba belleza y estilo sobre el suelo, y Nemour, que hab¨ªa impresionado en la primera rotaci¨®n, fallaba en suelo, aunque terminaba octava. La jovenc¨ªsima Qiu se abrazaba a su entrenador, emocionada, al terminar. Estaba feliz: en su debut mundialista, hab¨ªa conseguido un notable cuarto puesto, a las puertas del podio.

Saraiva y Black fallaban en suelo, y se alejaban de las mejores. El turno de Rebeca no era impecable: sal¨ªa de la l¨ªnea del tapiz al aterrizar, penalizaba tres d¨¦cimas y suspiraba por su 14,066. La segu¨ªa Jones, que necesitaba una gran ejecuci¨®n para conseguir la plata.

Entonces llegaba Biles, en el ¨²ltimo ejercicio de suelo, que sonre¨ªa a todo aquello que hab¨ªa sufrido. Una dura infancia con padres adictos al alcohol y las drogas, criada por sus abuelos, un hermano detenido y acusado de triple asesinato y los abusos sexuales del exm¨¦dico de la federaci¨®n Larry Nassar. Y los problemas de salud mental en Tokio 2020. Pero par¨®, y par¨® bien. Cada pirueta, cada diagonal, la acercaban otra vez lo m¨¢s alto, y lo disfrutaba. Aunque se tropezaba, sab¨ªa que lo ten¨ªa y se re¨ªa de su propio error.

Y con el final, rug¨ªa el palacio de los deportes. Biles volv¨ªa a hacer historia. ¡°No soy el pr¨®ximo Usain Bolt o Michael Phelps, soy la primera Simone Biles¡±, dijo la estadounidense en los Juegos Ol¨ªmpicos de R¨ªo 2016. Como Biles, solo hay una. Se ha coronado como la mejor del mundo por sexta vez. Y, c¨®mo no, con una gran sonrisa.

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