Futbolismo m¨¢gico americano

Alg¨²n tiempo despu¨¦s de que, frente al pelot¨®n de fusilamiento, el coronel Aureliano Buend¨ªa recordara aquella tarde remota en la que su padre lo llev¨® a conocer el hielo; o de que la moribunda madre de Juan Preciado lo pillara ¡°en plan de prometerlo todo¡±, incluido viajar hasta Comala para visitar a su padre ¡ªPedro P¨¢ramo¡ª y pasarle la factura por los a?os de olvido; o de que la historia de varias generaciones de la familia Trueba llevara de la mano a millones de lectores por la historia reciente de Chile; era un paso l¨®gico que el realismo m¨¢gico ¡ªesa corriente que presenta la irreal como algo cotidiano¡ª pusiera sus ojos en el f¨²tbol. De hecho, la transmisi¨®n oral de las historias del balompi¨¦ llevaba d¨¦cadas expandiendo el movimiento literario. Ante la ausencia de documentos audiovisuales, los mitos crec¨ªan de generaci¨®n en generaci¨®n. Delanteros que anotaban goles despu¨¦s de regatear a todo el equipo rival, figuras de equipos modestos que, supuestamente, fueron mejores que Di St¨¦fano, defensas que volaban varios metros para despejar balones a cabezazos, jugadores a los que iban a recoger al bar para jugar un partido y, despu¨¦s, regresar a la barra. Historias -todas con una base de verdad- a las que el boca a oreja fue a?adiendo magia.

El continente americano era el espacio perfecto para ese traslado de la literatura al f¨²tbol. Un territorio que vive el juego de la pelota con una pasi¨®n y una devoci¨®n que multiplica la aparici¨®n de relatos que hacen equilibrio entre lo verdadero y lo imaginado. Pelota sudaca (Impedimenta) es el libro en el que los escritores chilenos Jer¨®nimo Parada y Andr¨¦s Santa Mar¨ªa -con ilustraciones del mexicano Christian Ca?ibe- proponen un original juego creativo que mitifica ¡ªa¨²n m¨¢s¡ª las trayectorias de algunos de los mejores futbolistas americanos de la historia. El regreso del Mes¨ªas en el cuerpo de Maradona; Etcheverry como refugio de las minor¨ªas; un Rom¨¢rio hecho de espuma; el origen de la cabellera de Valderrama; las m¨²ltiples corrientes ancestrales que coincid¨ªan en Jorge Campos; los vuelos de Zamorano; Francescoli como obra de Maquiavelo; el relato que convirti¨® a Chilavert en guardi¨¢n de su pa¨ªs. Puro futbolismo m¨¢gico.