Campazzo sofoca al Murcia y pone al Madrid en semifinales de la Copa del Rey
El base blanco aparece en los compases finales para desmontar a un rival (84-79) que so?¨® con emular a David contra Goliat
Fue un instante de felicidad y flashes, de soltar un grito liberador. Colgado como estaba del aro, Ennis descorch¨® una sonrisa Profid¨¦n para aterrizar en el suelo y reclamar el aliento de su hinchada al tiempo que recib¨ªa abrazos de sus compa?eros. Era la ilusi¨®n de la Copa, el pensar que David podr¨ªa con Goliat porque el envite quedaba en un estrecho 56-53. Era la gazuza del Murcia. Era el momento de entonar el ¡°?s¨ª se puede!¡±. Era, sin embargo, una quimera porque apareci¨® Campazzo y porque este Real Madrid ha h...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
Fue un instante de felicidad y flashes, de soltar un grito liberador. Colgado como estaba del aro, Ennis descorch¨® una sonrisa Profid¨¦n para aterrizar en el suelo y reclamar el aliento de su hinchada al tiempo que recib¨ªa abrazos de sus compa?eros. Era la ilusi¨®n de la Copa, el pensar que David podr¨ªa con Goliat porque el envite quedaba en un estrecho 56-53. Era la gazuza del Murcia. Era el momento de entonar el ¡°?s¨ª se puede!¡±. Era, sin embargo, una quimera porque apareci¨® Campazzo y porque este Real Madrid ha hecho de la victoria una rutina. Ya est¨¢ en semifinales.
Comenz¨® el equipo blanco con el bot¨®n del hiperespacio apretado, decidido a demostrar que la derrota del curso anterior ante el Unicaja fue un desliz, que esta temporada no hay quien le tosa y que el trofeo de la Copa es m¨¢s suyo (28 laureles) que de ning¨²n otro (27 tiene el Bar?a). Deck, Yabusele y Musa aprovechaban de la electricidad que imprim¨ªa Campazzo en los ataques para significarse con el juego interior, un baile que parec¨ªa presagiar lo peor para el Murcia. Pero Todorovic, car¨¢cter en ebullici¨®n, explic¨® lo contrario. Se crec¨ªa con la batalla en el poste bajo a la vez que se expresaba desde el per¨ªmetro para sacar a Tavares de su zona de confort. Lo mismo le daba frenar a Musa y ponerle un tap¨®n a Campazzo que coger un rebote ofensivo o meter un triple. Siete puntos que animaban a su equipo (13-13), que desataban los sue?os. Pero Deck neg¨® la mayor all¨¢ donde Todorovic no pod¨ªa multiplicarse y el Madrid cerr¨® el acto con autoridad (25-17).
Se le indigest¨® el sprint blanco a Radions Kurucs que, con cara de malas pulgas y buena mu?eca, cogi¨® el revelo en el liderazgo del Murcia, alimentado por la hinchada y acompa?ado por dos mates de Diagne. Jugadas que levantaban al aficionado pero que no tumbaban al Madrid, sobre todo porque Hezonja, un jugador que bal¨®n que coge bal¨®n y bal¨®n que tira, hizo honor a su apelativo de S¨²per Mario y se puso la capa. Y aunque no le entraron los primeros lanzamientos, despu¨¦s fue una oda de punter¨ªa ¡ª10 puntos en el cuarto¡ª, una m¨¢quina de precisi¨®n; tambi¨¦n una bofetada para el Murcia, que enfilaba un tanto grogui al entreacto (44-34).
Se calde¨® el ambiente en la reanudaci¨®n cuando Chus Mateo, con una tensi¨®n desmedida, solicit¨® un par de revisiones que los colegiados no validaron. Protestas que copiaron desde el banquillo del Murcia cuando Tavares le dio un manotazo a Todorovic. Ocurri¨®, sin embargo, que el montenegrino reclam¨® calma y paz, que tampoco era para tanto. ?l quer¨ªa jugar, quer¨ªa m¨¢s pelota y menos distracciones. Gesto que aplaudi¨® el Carpena y el deporte, acicate para que Caupain fusilara desde la periferia, tambi¨¦n para que Ennis se colgara del aro y sacara esa sonrisa de oreja a oreja cuando quedaba el ep¨ªlogo (63-56).
Pretend¨ªa Llull con sus triples ¡ªya es quien m¨¢s tiene en la Copa (65) por delante de Navarro (63)¡ª acabar el cuento. Pero Todorovic se bat¨ªa el cobre bajo el aro, Ennis segu¨ªa con su recital y desde la grada se hac¨ªa eco el ¡°?s¨ª se puede!¡±. Pero Campazzo, que se entendi¨® con Deck a las mil maravillas, sac¨® el car¨¢cter e hizo o¨ªdos sordos para reclamar la bola y el protagonismo, baloncesto a mil revoluciones, espect¨¢culo sin corchetes. Le bastaba cualquier rendija para atacar el aro, para cargar de faltas al rival, para desmontar, finalmente, a un Murcia que acab¨® por bajar los brazos y reconocer que el Madrid, cuando se pone, es mucho Madrid. Teorema que puso en entredicho el Murcia pero que Campazzo acab¨® por validar.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.