Los dioses de la Vuelta a Espa?a celebran el 90? cumplea?os de la carrera
M¨¢s de una docena de ganadores, desde Chris Froome a Agust¨ªn Tamames, festejan en Madrid la presentaci¨®n del recorrido para 2025 de la ronda ciclista espa?ola
La Vuelta naci¨® en 1935, rep¨²blica y humanidad optimista, voluntad de ser europeos, de acabar con la Iberia desarrapada y analfabeta, con el yugo de la iglesia y el se?orito. La carrera sobrevivi¨® a duras penas al franquismo desolador, autocr¨¢tico y perdido, y gener¨® una afici¨®n y un deseo que convirtieron en h¨¦roes a los forzados de la ruta, creci¨® publicitariamente con la democracia y la televisi¨®n en color y en directo, en 2025, dentro de nueve meses, celebra sus 90 a?os, y la organizaci¨®n lo conmemora con un recorrido variado y multicolor, como los de los ¨²ltimos a?os, y con la visita al escenario del Palacio de Congresos de la calle llamada, qu¨¦ horror, Capital de Espa?a, Madrid, de algunos de sus dioses, y m¨¢s que ninguno, Agust¨ªn Tamames, 80 a?os reci¨¦n cumplidos y ganador hace 50, en el 75 en el que agonizaba Franco en La Paz, y Txomin Perurena, tan joven fallecido, lloraba al o¨ªr el silencio en su vel¨®dromo de Anoeta cuando entraba de amarillo, derrotado.
El 33 de Macotera, el n¨²mero de tel¨¦fono de la novia de Tamames, salmantino de Monterrubio de la Armu?a, fue el n¨²mero m¨¢s conocido de aquella Vuelta del 75, cuando los ciclistas ped¨ªan conferencias con su casa a las telefonistas del hotel en el que dorm¨ªan tras cada etapa y sab¨ªan que la l¨ªnea no la tendr¨ªan para ellos hasta pasadas tres o cuatro horas. Y la urgencia insatisfecha de Tamames, dorsal 32 del S¨²per Ser liderado por Luis Oca?a, se convirti¨® en m¨ªtica. Exist¨ªan entonces, cuando el ciclismo espa?ol era tan aut¨¢rquico como la econom¨ªa y apenas se compet¨ªa fuera de Espa?a, subidas como la del Angliru o la Bola del Mundo, hiperb¨®lico top¨®nimo sobre las alturas de Navacerrada, que solo se ve¨ªan a la distancia, pero no se pod¨ªan incluir en los recorridos porque las bicicletas no dispon¨ªan de desarrollos suficientes para afrontar sus pendientes exageradas, porcentajes de dos d¨ªgitos, y son esas las que este a?o marcan la desmesura de una carrera que encontr¨® su identidad en la monta?a y en la alergia al sprint. Una Vuelta, siempre, es su orgullo, corta e intensa, como la vida que algunos quieren vivir.
La 80? edici¨®n de la Vuelta (hay que descontar de los 90 los a?os de la guerra y las intermitencias de los primeros a?os del franquismo) partir¨¢ el 23 de agosto desde las afueras de Tur¨ªn, en Italia, y terminar¨¢ en Madrid el 14 de agosto. Ser¨¢n 3.138 kil¨®metros (150 por etapa, cortitas), 46 de ellos contrarreloj (20 en Figueras el quinto d¨ªa, por equipos; 26 en Valladolid, individual como en 2023, Pippo Ganna, la 18? etapa), mucha monta?a, como es habitual, y ocho finales en alto en puertos de primera o de categor¨ªa especial: los cl¨¢sicos Pal, en Andorra (sexta), Cerler (s¨¦ptima), Valdezcaray (novena), Belagua (10?), y los m¨¢s radicales asturianos de Angliru (13?) y Farrapona, donde los osos de Somiedo (14?), Morredero, en Ponferrada, (17?), y Bola del Mundo (20?).
Un recorrido como le gusta a Tadej Pogacar (o a cualquier campe¨®n del siglo, salvo a Evenepoel, demasiada monta?a), y a los espa?oles Enric Mas y Carlos Rodr¨ªguez tambi¨¦n. Mientras la presencia de estos dos se da por segura, se descarta, de entrada, la de Primoz Roglic, ganador cuatro veces, y de Jonas Vingegaard, ganador de dos Tours, que solo piensan en el Tour y que correr¨¢n antes el Giro, para calentar las piernas. El fenomenal Pogacar, por su parte, prefiere el suspense. ¡°Esperar¨¦ a ver el recorrido de la Vuelta y el del Giro [se presenta dentro de un mes] para elegir¡±, advirti¨® el esloveno, a quien solo le falta el maillot rojo (fue tercero en su ¨²nica participaci¨®n, en 2019), para completar el tr¨ªo con el Tour (tres veces) y el Giro (2024). Quiz¨¢s con pasar su dedo por los perfiles de la Vuelta tan quebrados le baste.
Hay ganadores de Vueltas m¨¢s antiguas que la de Tamames, y tambi¨¦n vivos a¨²n, como Bernardo Ruiz, 99 a?os, que gan¨® en 1948, en la prehistoria, peleando contra Dalmacio Langarica y Juli¨¢n Berrendero, nombres que solo los m¨¢s viejos recuerdan, o Angelino Soler, de 85, ganador en 1961, el m¨¢s joven ganador de la Vuelta (21 a?os y seis meses ten¨ªa), pero su edad no les permiti¨® viajar a Madrid para recibir las aclamaciones y la admiraci¨®n de la afici¨®n junto a Tamames y otra docena o m¨¢s que lo hicieron, desde Froome a Marino, con Contador, Jalabert, Z¨¹lle, Aru, Nairo, Heras, Perico, Casero, Pino, Mauri y Olano. Ellos representan las distintas edades de la Vuelta. La carrera de andar por casa organizada desde 1955 por El Correo, que representa el ciclista salmantino; la llegada de Unipublic tras la crisis de finales de los 70, cuando El Correo decidi¨® dejar de organizarla, representada por el esforzado Marino Lejarreta, ganador en 1982 tras la discutida descalificaci¨®n de ?ngel Arroyo, y el desarrollo de su gran valor comercial con la transmisi¨®n en directo y la generaci¨®n de verdaderos ¨ªdolos de masas, como Perico Delgado, y su incre¨ªble victoria de 1985 ante el dormido Robert Millar, o ?lvaro Pino (1986). El cambio a septiembre en 1995 y el apogeo de la ONCE, la primera revoluci¨®n tecnol¨®gica, con Laurent Jalabert y Alex Z¨¹lle (y la tristeza del abandono de Miguel Indurain en 1996), y ya, en el siglo XXI, superada la crisis de los dopajes y la Operaci¨®n Puerto, y las cuatro victorias de Roberto Heras, su gran salto internacional con la entrada de ASO, la empresa organizadora del Tour, y el hallazgo de su verdadero nervio. Y all¨ª estaban Chris Froome (2011 y 2017), Fabio Aru (2015) Nairo Quintana (2016) y Alberto Contador (2008, 2012 y 2014) para proclamarlo.