Las razones que llevaron a Marlena a hacer el himno del baloncesto femenino

Hay cientos de historias dentro de un torneo. Conocer al campe¨®n es atar solo un cabo, uno entre los infinitos hilos que se entretejen para componer el tapiz. La edici¨®n de 2024 de la Copa de la Reina de baloncesto ser¨¢ recordada como la de la primera corona del Valencia Basket, la de las l¨¢grimas y el emotivo apoyo de todas las aficiones congregadas en Huelva a la p¨ªvot taronja Raquel Carrera, que sufri¨® una grave lesi¨®n de rodilla que le hurtar¨¢ la participaci¨®n en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs con la Selecci¨®n; la del imprevisible alegr¨®n de unas chicas de 14 a?os, las del Movistar Estudiantes, que contra todo pron¨®stico y a base de coraje se impusieron al Bar?a CBS y al Spar Gran Canaria para llevarse a Madrid la versi¨®n cadete del trofeo, una MiniCopa femenina que celebraba su s¨¦ptima edici¨®n.

Y ser¨¢, tambi¨¦n y para siempre, la final en la que el d¨²o pop Marlena estren¨® durante el descanso, ante 4.000 personas, el himno que ha compuesto para la Liga Femenina Endesa y para todo el baloncesto espa?ol: All¨¢ donde voy, se llama el tema con el que buscaron conjugar los valores que a su entender comparten m¨²sica y deporte. Si a¨²n no lo ha o¨ªdo, esc¨²chelo abajo.

Un fin de semana con Marlena

Retomemos, de entre todas las posibles, esta historia: acomp¨¢?ennos a vivir la Copa de la Reina desde dentro con Ana Legazpi (vocalista) y Carolina Moyano (teclista y guitarra) de Marlena.

Es s¨¢bado, son algo m¨¢s de las siete y media de la tarde. Est¨¢ en juego la final de la MiniCopa F Endesa 2024. Mientras las adolescentes madrile?as se desfondan para agarrarse a una victoria que las canarias les pelean con ah¨ªnco, Marlena hace su aparici¨®n en el Carolina Mar¨ªn, el pabell¨®n onubense que sirve de sede principal del torneo. Vienen de Sevilla, dieron un concierto all¨ª la noche anterior, y todav¨ªa les dura la trepidante euforia en el cuerpo. ¡°?Qui¨¦n me iba a decir a m¨ª que iba a estar un d¨ªa en una final de copa!¡±, suspira Legazpi que, de peque?a, jugaba al b¨¢squet y adora el ambiente que se genera en torno a una canasta. Por otra v¨ªa del todo inesperada, la vida las ha colocado ah¨ª: en el centro del parqu¨¦, y quieren aprovechar el momento: ¡°Este es un deporte en el que no extra?a ver a un aficionado con una camiseta de Silvia Dom¨ªnguez [base del salmantino Perfumer¨ªas Avenida] o a una fan con la camiseta de Llull [base del Real Madrid]¡±, afirma Moyano. Peque?os gestos que, para ellas, denotan ese camino hacia la igualdad que paso a paso recorre la sociedad. ¡°Desde la m¨²sica y el deporte y gracias a instantes como este podemos darle una visibilidad mucho mayor, darle impulso a ese cambio¡±.

Antes de que puedan dar comienzo las pruebas de sonido, las exultantes jugadoras del Estu se les acercan venciendo la timidez: las quieren con ellas en la foto con la que recordar¨¢n la victoria. ¡°?Claro!¡±, contestan ambas al un¨ªsono, y se r¨ªen mientras las chicas les muestran el trofeo reci¨¦n logrado y acaban, junto al equipo, tiradas por el suelo. Son un referente para las generaciones m¨¢s j¨®venes. Una responsabilidad que Marlena asume con gusto: ¡°Tener mujeres a las que admirar en el b¨¢squet, la m¨²sica, el f¨²tbol o en cualquier disciplina es la ¨²nica manera de que los m¨¢s peque?os dispongan de modelos de diversidad en los que fijarse. Al final, ser¨¢n los ni?os quienes reeduquen y propicien un cambio de perspectiva en sus padres¡±, cuenta Legazpi. Tiene tan claro el mensaje que uno de los versos de All¨¢ donde voy lo cita expresamente: ¡°Vamos a ser un ejemplo pa¡¯ las que vengan detr¨¢s¡±.

El ensayo se alarga m¨¢s de dos horas, los c¨¢maras ajustan sus movimientos a la coreograf¨ªa de las cantantes, el videoclip del himno se proyecta en el videomarcador. Y, como siempre, surgen los imprevistos y hasta deciden cambiar el repertorio: finalmente, interpretar¨¢n su tema Red Flags, y no Amor de Verano, la canci¨®n con la que compitieron en el ¨²ltimo Benidorm Fest como candidatas a Eurovisi¨®n. ¡°Para nosotras, una carrera deportiva y una musical tienen mucho en com¨²n, una serie de ense?anzas que son muy valiosas: el trabajo en equipo, la paciencia, el buscar una nueva oportunidad tras cada ca¨ªda, la constancia, ese esfuerzo a solas que ha de hacerse cada d¨ªa para mejorar... Es la simbiosis perfecta, m¨²sica y deporte¡±.

Por fin llega el domingo, el d¨ªa de la final. Desde un par de horas antes del pitido inicial, antes de que el cielo se encapote con la calima que te?ir¨¢ todos los coches de Huelva del mismo tono ocre del polvo, las aficiones de los dos contendientes, Valencia Basket y Casademont Zaragoza, se congregan en torno al Carolina Mar¨ªn. Marlena llega reci¨¦n comenzado el primer cuarto, con el pabell¨®n rugiendo al son de los mazazos de un bombo. Ana Legazpi se retira a calentar la voz; Carolina Moyano, mientras, jalea desde la grada los triples de Leti Romero (a la postre, mejor jugador del torneo) y las asombrosas penetraciones de la escolta zaragozana Khayla Pointer.

Faltan menos de cinco minutos para el descanso. Es su turno. Legazpi y Moyano bajan al pasillo y enfilan la bocana por la que saltar¨¢n a pista.

¡ªEstoy tensa ¡ªconfiesa Legazpi, ya con el micr¨®fono en la mano y la mirada baja, concentrada.

Pero, en ese instante, a cuarenta segundos para el final del segundo cuarto, Marlena descubrir¨¢ que hay alguien a¨²n m¨¢s inquieto que ellas¡­ Se pide tiempo muerto en la cancha, el videomarcador muestra a dos de los voluntarios de la organizaci¨®n de la copa, vestidos con polo azul: ¨¦l se llama Antonio Dom¨ªnguez; ella, Maria Kobylynska. Cuando la c¨¢mara los apunta, Dom¨ªnguez, de improviso, hinca la rodilla: le pide matrimonio y a Kobylynska se le empa?an las gafas de las l¨¢grimas y le dice que s¨ª. La grada salta de j¨²bilo, una emoci¨®n que contagia a Legazpi y Moyano: su himno, adem¨¢s de un canto a los valores de superaci¨®n del deporte, acaba de convertirse por sorpresa en la banda sonora del enlace de dos reci¨¦n prometidos.

¡ª?Ha dicho que s¨ª? ¡ªse preguntan la una a la otra, y la confirmaci¨®n de la buena noticia les arranca una sonrisa.

Cuando entonan el estribillo el pabell¨®n entero lo corea. No queda rastro de la agitaci¨®n inicial, est¨¢n disfrutando, dejando huella en mitad del partido de baloncesto femenino m¨¢s esperado. Cuando se apaga la m¨²sica, en medio del aplauso, Moyano agarra el micro y grita: ¡°Viva el deporte, viva la m¨²sica y vivan las mujeres¡±. ¡°?Ojal¨¢ se repita en otros pabellones lo que ha sucedido hoy aqu¨ª!¡±, dir¨¢n inundadas de euforia minutos despu¨¦s. ¡°?Ojal¨¢ lo adapten las aficiones y hagan con esta m¨²sica c¨¢nticos de apoyo a sus jugadoras!¡±.

Ni?os que educan padres

Tras la actuaci¨®n, reparten camisetas, atienden la infinidad de peticiones de ni?as y madres y padres que quieren hacerse fotos con ellas o que las paran un segundo para contarles que han acudido en familia a alguno de sus conciertos. Legazpi se detiene a explicar por qu¨¦ le hace tanta ilusi¨®n esa cercan¨ªa. De nuevo, el peso de dar ejemplo: ¡°Tampoco fue f¨¢cil para m¨ª lidiar con las expectativas de mis padres, hablar con ellos y que entendieran que me gustaba vestir pantalones anchos y camisetas ¡®de chico¡¯; contarles que quer¨ªa dar un cambio de rumbo y dedicarme a la m¨²sica, ?pero hay que romper moldes!¡±, reclama. Ambas, Moyano y Legazpi, son conscientes de lo que constat¨® el informe auspiciado por Endesa a trav¨¦s del proyecto Basket Girlz, que demostraba que la falta de apoyo del entorno era una de las razones por las cuales la mayor¨ªa de las adolescentes abandonaban prematuramente la pr¨¢ctica de deporte, al contrario que en el caso de los chicos. ¡°Lo dice la mism¨ªsima Rosal¨ªa y hay que hacerle caso: el estudio es compatible con el deporte, con la m¨²sica y con cualquier otra pasi¨®n que uno tenga¡±, sentencia Marlena, con el ¨ªmpetu de quien de verdad est¨¢ convencida de querer acabar con esa lacra. Para eso existe All¨¢ donde voy.