Los hijos de padres deportistas: m¨¢s sanos y m¨¢s listos
Raquel Mar¨ªn, neurocient¨ªfica y catedr¨¢tica de Fisiolog¨ªa, explica c¨®mo algunos de los beneficios de practicar deportes colectivos son hereditarios. Seguimos las historias de ¨¦xito de dos jugadoras adolescentes, una con el b¨¢squet en los genes y otra con un entorno que la apoya en su camino
Puede llegar un d¨ªa en que su hija adolescente le diga: ¡°quiero dejar el baloncesto¡±, (o el f¨²tbol, o cualquier otro deporte colectivo). Estad¨ªsticamente, lo m¨¢s probable es que suceda: tres de cada cuatro abandonan, como demostr¨® el informe Basket Girlz impulsado por Endesa. Y, adem¨¢s, seguramente su hija aduzca razones convincentes, casi irrebatibles: ¡°Con los entrenamientos no me da tiempo a estudiar los ex¨¢menes, no puedo ver a las amigas¡¡±. ?Qu¨¦ le responde? Si tiene tentaci¨®n de decirle: ¡°No pasa nada¡±, pi¨¦nselo dos veces.
?Por qu¨¦?
¡°Entre un padre con mala alimentaci¨®n que, pongamos, cena todos los d¨ªas bocatas de chorizo, pero sale a correr a diario; y uno que cada d¨ªa coma verduras y legumbres pero no se mueva del sof¨¢, el que tiene (y transmitir¨¢ durante hasta dos generaciones) una mejor salud metab¨®lica es el primero¡±.R. Mar¨ªn, neurocient¨ªfica y catedr¨¢tica de Fisiolog¨ªa
La ciencia, como explica la catedr¨¢tica de Fisiolog¨ªa Raquel Mar¨ªn, autora del libro Pon en forma tu cerebro, ofrece un arsenal de respuestas. Tenemos claro que el deporte es bueno, pero ?sabemos hasta qu¨¦ punto influye en la salud de quien lo practica e incluso en la de sus descendientes? Nos ayuda a ser m¨¢s longevos, a vivir mejor durante m¨¢s tiempo ¡ªes un arma m¨¢s poderosa contra el proceso neurodegenerativo que la alimentaci¨®n¡ª. Pero es que, adem¨¢s, los hijos de padres deportistas heredan algunos de sus beneficios: mentes con m¨¢s neuronas y mejor conectadas, y tambi¨¦n mejor disposici¨®n para practicar deporte y algunas de las habilidades cognitivas que pueden hacerte destacar en una disciplina como el baloncesto. Se trata de la herencia epigen¨¦tica: si el ADN fuera la instalaci¨®n el¨¦ctrica de cada uno, los cables de que estamos compuestos, la epigen¨¦tica ser¨ªan los interruptores que encender¨ªan unos genes y apagar¨ªan otros, que los activar¨ªan o desactivar¨ªan; con id¨¦ntico material gen¨¦tico, dos gemelos pueden ser uno m¨¢s delgado que otro, m¨¢s simp¨¢tico o m¨¢s t¨ªmido, uno m¨¢s creativo que otro¡ Ah¨ª reside parte de la respuesta.
Y, para los que no han tenido la fortuna de nacer de progenitores activos, la desventaja no es insalvable, como relata Mar¨ªn. La pr¨¢ctica regular de actividad deportiva tambi¨¦n los dotar¨¢ gradualmente de esa mejor salud metab¨®lica que podr¨¢n luego regalarle a la siguiente generaci¨®n. ?Y de mucho m¨¢s! Habilidades de gesti¨®n emocional (actividad que consume el grueso de la energ¨ªa cerebral en los seres humanos, como demostr¨® la premio Nobel Rita Levi-Montalcini), habilidades sociales, mejor capacidad de aprendizaje y de memoria¡ Tras lo que revela la experta en neurociencia (?y exjugadora de baloncesto!), ?todav¨ªa tiene tentaci¨®n de no animar a su hija?
¡°El ser humano es fisiol¨®gicamente n¨®mada. Lo fuimos durante 200 mil a?os y llevamos dos telediarios siendo sedentarios. Unas piernas en movimiento significan mejor salud cognitiva y mejor memoria¡±.R. Mar¨ªn, neurocient¨ªfica y catedr¨¢tica de Fisiolog¨ªa
Dos historias de padres, madres e hijas (con final feliz)
El Valencia Basket esta temporada ha conquistado un triplete hist¨®rico: Liga F Endesa, Copa de la Reina y Supercopa. No es casualidad: en la ciudad, en torno a las instalaciones de L¡¯Alqueria del Basket, lo que se est¨¢ gestando es probablemente la mejor f¨¢brica de baloncesto femenino de Europa. Justo ah¨ª encontramos las historias de dos canteranas que ponen rostro y cuerpo a las tesis de Mar¨ªn, dos caminos distintos que, sin embargo, van bien dirigidos hacia la meta. Dos protagonistas que no abandonan.
En la casa de Luc¨ªa Rivas (2006), en Lliria, siempre hubo una canasta y un bal¨®n. Su padre, Diego, jugaba al b¨¢squet desde ni?o y lleg¨® a compartir vestuario con un mito del Pamesa Valencia como el escolta V¨ªctor Luengo. Tambi¨¦n jugaba Pilar, su madre, que siente que el baloncesto fue siempre ¡°lo mejor de su vida¡±. Ambos se conocieron en una pista: ¡°Desde que naci¨® el primero de nuestros hijos¡±, cuenta Pilar, ¡°lo llevamos con nosotros en el capazo a los partidos. Era muy especial: mientras jug¨¢bamos su padre o yo, eran nuestros compa?eros de equipo quienes le echaban un ojo y lo cuidaban. Ha vivido el b¨¢squet desde beb¨¦ y guarda recuerdos de ello. Los tres lo han vivido as¨ª¡±. Alejandro (1998) y Diego (2003), hermanos mayores de Luc¨ªa, tambi¨¦n se han dedicado al baloncesto: juegan en LEB Plata (la categor¨ªa de bronce del baloncesto nacional). Lo suyo parec¨ªa un destino l¨®gico.
En el parqu¨¦, hay pocas cosas que le gusten m¨¢s a Edurne Est¨ªvalis (2010) que tirar un triple (¡°Si fallo, s¨¦ que mis compa?eras estar¨¢n ah¨ª para apoyar, y cuando entra¡ uf¡±). Su padre era un enamorado del deporte, practic¨® b¨¢squet y windsurf hasta que a los 20 un accidente de moto y 16 operaciones en la pierna le obligaron a replantearse su afici¨®n. Pascal y su mujer, Mar¨ªa Jes¨²s, tal vez no le hayan legado en sangre a su hija el talento que atesora Edurne, pero s¨ª la pasi¨®n y su forma de afrontar el presente y mirar con optimismo adelante. Han construido un entorno de apoyo para una ni?a que desde los tres a?os demuestra que tiene mimbres y actitud. Primero fueron los torneos escolares de tenis (¡°los ganaba todos¡±, dicen) y, a los seis a?os, se cruz¨® el baloncesto: ¡°Se notaba desde el principio que ten¨ªa una facilidad innata, unos reflejos privilegiados y un control de su propio cuerpo anormal¡±, destaca sobre Edurne su padre. Este a?o recal¨® en el equipo infantil del Valencia Basket, logr¨® su objetivo so?ado: sumarse al club de L¡¯Alquer¨ªa.
¡°El estr¨¦s es un enorme factor de riesgo para la descendencia durante la pre?ez de una madre. Y es tambi¨¦n un acelerador del envejecimiento. El cerebro gasta mucha energ¨ªa en la gesti¨®n de emociones. Una jugadora de baloncesto que lleva muchos a?os trabajando esa gesti¨®n cuando, por ejemplo, tiene que tirar un tiro libre al final de un partido, va a verse favorecida tambi¨¦n en esos otros aspectos¡±R. Mar¨ªn, neurocient¨ªfica y catedr¨¢tica de Fisiolog¨ªa
?Qu¨¦ significa para dos chicas adolescentes recalar en equipos de cantera que cuidan tanto a sus jugadoras como los del Valencia Basket?
¡°El pabell¨®n y el instituto est¨¢n a cinco minutos. Aunque sea dif¨ªcil sentarse a estudiar tras el cansancio de dos entrenamientos, aunque a veces digas: ¡®Creo que necesito una siesta¡¯, estar aqu¨ª me permite sentir que compatibilizar estudios [cursa primera de Bachillerato] y deporte nunca haya sido un sacrificio. Esfuerzo s¨ª, pero no un problema. Hay un psic¨®logo deportivo, una coordinadora acad¨¦mica¡¡±, explica Luc¨ªa Rivas. Para ella llegar a Valencia supuso un reto: dejar el hogar familiar y mudarse a la capital. ¡°Yo ten¨ªa claro que el baloncesto iba a ser mi vida desde que jugaba con chicos que se asustaban de mi fortaleza [mide 191 cm]. Y es que el deporte me ha dado mucho m¨¢s que una buena forma f¨ªsica: mis habilidades sociales, una mente abierta, desarrollada a base de convivir y compartir objetivos con personas muy distintas. Me ha hecho quien soy¡¡±
¡°Hay cualidades cognitivas cuyo aprendizaje tambi¨¦n surgir y transmitirse en los deportes colectivos: trabajar de forma aut¨®noma, asumir las consecuencias de tus actos, gestionar tus expectativas y las ajenas y desarrollar habilidades sociales¡±.R. Mar¨ªn, neurocient¨ªfica y catedr¨¢tica de Fisiolog¨ªa
Rivas comparte la posici¨®n de p¨ªvot con una compa?era de generaci¨®n a quien le une una amistad fraternal, Awa Fam, que despunta ya en la primera plantilla. Quemaron juntas todas las etapas del b¨¢squet formativo y, ahora, se concentra en acumular experiencia para dar ella tambi¨¦n el salto. Con tes¨®n y conciencia, sin atajos. Porque lo que espera del b¨¢squet va mucho m¨¢s all¨¢ de llegar o no llegar a la profesionalidad¡ ¡°Mi sue?o es criar a mis hijos como nos han criado nuestros padres: en un pabell¨®n. Hemos sido felices desde siempre.¡±
Y, en ambas, puede mirarse Edurne Est¨ªvalis, que tambi¨¦n entiende su equipo como una segunda familia con la que pasar el duelo de los momentos complicados y disfrutar de las victorias. ¡°Pero ?si viajamos por toda Espa?a para ver jugar a sus amigas del baloncesto!¡±, cuenta divertido su padre, Pascal, que explica que su hija ha tejido una red de amistades que va m¨¢s all¨¢ de sus compa?eras de equipo y que alcanza a otras jugadoras de todas partes del pa¨ªs. Y que ellos mismos han hecho lo propio con otros padres. ¡°Ahora nos pasamos el a?o de aqu¨ª para all¨¢ animando a las ni?as y disfrutando con ellas¡±.
Premios a la mejor idea para frenar el abandono precoz
Endesa y sus premios Basket Girlz buscan proyectos que fomenten el baloncesto femenino en etapas formativas. Hasta el martes 20 de mayo, pueden inscribirse en esta web aquellos que tengan en marcha o quieran hacer realidad iniciativas que persigan educar a niñas y jóvenes en los valores que promueve el básquet. La mejor idea recibirá 5.000 euros de financiación, para ayudar a remediar el abandono prematuro.