Alberto Gin¨¦s, primer oro ol¨ªmpico en escalada: ¡°Le tengo un poco de man¨ªa a la medalla¡±
El deportista extreme?o hace balance de a?o y medio de luces y sombras tras el triunfo en Tokio, donde se estren¨® su deporte por primera vez en unos Juegos
Hace apenas tres a?os, Alberto Gin¨¦s (C¨¢ceres, 2002) era un escalador llamado a figurar, un d¨ªa, en la ¨¦lite de la escalada mundial. Entonces, sol¨ªa olvidar las citas programadas con los escasos medios de comunicaci¨®n especializados que requer¨ªan su atenci¨®n y su padre atend¨ªa lo extradeportivo. Hace a?o y medio, contra todo pron¨®stico, se colg¨® del cuello el primer oro ol¨ªmpico de la historia de la escalada y ya no olvida atender a la prensa: una agencia lleva su agenda de forma escrupulosa. La vida de Alberto Gin¨¦s ha cambiado tanto entre el anonimato y el reconocimiento planetario, que m¨¢s ...
Hace apenas tres a?os, Alberto Gin¨¦s (C¨¢ceres, 2002) era un escalador llamado a figurar, un d¨ªa, en la ¨¦lite de la escalada mundial. Entonces, sol¨ªa olvidar las citas programadas con los escasos medios de comunicaci¨®n especializados que requer¨ªan su atenci¨®n y su padre atend¨ªa lo extradeportivo. Hace a?o y medio, contra todo pron¨®stico, se colg¨® del cuello el primer oro ol¨ªmpico de la historia de la escalada y ya no olvida atender a la prensa: una agencia lleva su agenda de forma escrupulosa. La vida de Alberto Gin¨¦s ha cambiado tanto entre el anonimato y el reconocimiento planetario, que m¨¢s que celebrar una medalla ser¨ªa preciso celebrar el equilibrio recuperado de un atleta excepcional. Un camino que no ha resultado sencillo.
Gin¨¦s se hizo con el oro el 5 de agosto de 2021, a los 18 a?os. Pero un campe¨®n ol¨ªmpico, por prematuro que resulte, no se cocina a la carrera: en su caso, el cacere?o ten¨ªa 13 a?os cuando se anunci¨® el estreno de la escalada como nueva disciplina ol¨ªmpica y decidi¨® mudarse al Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat pensando m¨¢s en los pr¨®ximos Juegos de Par¨ªs que en los de Tokio 2020. Todo, sin embargo, sufri¨® una aceleraci¨®n brutal: ¡°Recuerdo la ansiedad que sent¨ªa mucho antes de que llegase la fecha de los Juegos. Recuerdo pasarlo mal. Todo fue demasiado obsesivo. El primer objetivo era clasificarme para el preol¨ªmpico y lo hice en la ¨²ltima competici¨®n. Ya hab¨ªa cumplido mi objetivo¡ pero luego empezamos a so?ar con meternos en los Juegos. Y de pronto, lo logramos. Y a partir de ah¨ª la presi¨®n creci¨®: ya no bastaba con estar, sino que hab¨ªa que meterse en la final, y despu¨¦s hacer un gran puesto¡ Fue excesivo y ahora veo que lo mejor hubiese sido afrontar esta etapa de forma m¨¢s relajada. Dicho lo cual, ahora no cambio nada de lo que acab¨® sucediendo (r¨ªe)¡±. La imagen de Alberto Gin¨¦s en el escenario japon¨¦s nada m¨¢s conocer su triunfo remite a la de un joven desorientado, una media sonrisa en la boca, cierto bloqueo de movimientos mientras la plata y el bronce pegan a su lado saltos de alegr¨ªa y reparten abrazos a diestro y siniestro. El oro, en su caso, result¨® el preludio de un despertar, si bien a¨²n llegar¨ªan meses sumamente complicados.
Nada m¨¢s bajarse del podio, Gin¨¦s tuvo la lucidez necesaria para reclamar ayudas para su deporte. Acaban de llegar: ¡°Hemos estrenado la primera de las tres fases del roc¨®dromo del CAR de Sant Cugat y estamos felices. Ha tardado en materializarse pero era necesario porque hasta la fecha entren¨¢bamos en roc¨®dromos p¨²blicos donde no pod¨ªamos montar siquiera nuestros propios bloques, y as¨ª es muy dif¨ªcil seguir en la ¨¦lite¡¡±, argumenta. La llegada de las nuevas instalaciones son el complemento perfecto para la etapa de serenidad que reclamaba, desde hace meses, el escalador. Entre la medalla y el primer entrenamiento serio posol¨ªmpico transcurrieron cinco meses. ¡°Recuerdo que regres¨¦ a los entrenamientos el 3 de enero de 2022: nunca hab¨ªa estado tanto tiempo sin ellos, y lo que m¨¢s not¨¦ fue la dureza de volver a entrenar cinco o seis horas, seis d¨ªas por semana. Tard¨¦ otro mes en volver a estar centrado en mi trabajo¡±, explica. Sin embargo, la tarea m¨¢s severa a la que se ha visto confrontado antes y despu¨¦s de los Juegos ha sido psicol¨®gica, un verdadero ejercicio de aprendizaje para soportar una presi¨®n brutal. ¡°Josep Font, psic¨®logo del CAR, me ayud¨® mucho antes y despu¨¦s de los Juegos. Yo estoy acostumbrado a competir, pero a lo que no estaba acostumbrado era a que algunos periodistas me llamasen a las tres de la ma?ana. O a las galas, ruedas de prensa, actos, etc¨¦tera. Tal avalancha fue un cambio radical. Mi forma de ser es m¨¢s bien introvertida, aunque he tenido que espabilar por mi bien, pero no me apasiona ser el centro de atenci¨®n. La vor¨¢gine dur¨® cuatro meses y cuando pas¨® y dejaron de llamarme, pude retomar mi rutina de entrenamientos sin echar en falta en absoluto todo lo que rodea al hecho de ser famoso en un momento dado. He conseguido que la fama no se me suba a la cabeza y esa es la lectura positiva que extraigo¡±.
Lo cierto es que, ahora, el discurso de Gin¨¦s rebosa serenidad. Quiz¨¢ sea este el mayor cambio que puede observarse en su caso. Y es una gran noticia. ¡°Todo te hace crecer. Si no hubiera cambiado nada ser¨ªa raro, pero sigo manteniendo mi esencia. La gente puede ver un ¨²nico cambio: antes era Alberto Gin¨¦s y ahora me presentan como Alberto Gin¨¦s, campe¨®n ol¨ªmpico¡±, observa.
Tras los Juegos, lleg¨® a circular un bulo gracioso: Gin¨¦s viajaba siempre con la medalla en una ri?onera, lista para exhibirla cuando su agenda lo requer¨ªa. No era del todo falso: ¡°Tuve la medalla en un caj¨®n en el CAR y luego se la di a mis padres, que la enmarcaron en casa. No le doy mucha importancia a la medalla como objeto. Cuando la veo, me da un poco igual. Valoro cuatro a?os de esfuerzos, eso s¨ª. Despu¨¦s de los Juegos, me la ped¨ªan en todos los actos, as¨ª que tuve que llevarla encima casi siempre. La llevaba en una ri?onera y cuando la ped¨ªan, la sacaba. Y as¨ª sali¨® una co?a de que la llevaba siempre encima. Me chocaba mucho que la gente no quer¨ªa sacarse una foto conmigo y la medalla, sino solo con la medalla. Y yo me dec¨ªa, ¡®joder que la he ganado yo: el que importo soy yo, no un trozo de metal¡¯. Quiz¨¢ por eso le tengo un poco de man¨ªa a la medalla¡±, confiesa un poco apesadumbrado.
De la nube del ¨¦xito, Alberto Gin¨¦s se baj¨® tambi¨¦n por un sopapo: el regreso a la competici¨®n. ¡°Fue tremendo. Para ponerte en contexto, yo no entren¨¦ bloque para los Juegos porque me centr¨¦ en mejorar en velocidad, que nos resultaba m¨¢s f¨¢cil que hacerlo en el bloque (esta modalidad consiste en escalar muros sin apenas altura, sin que se precise usar la cuerda, pero dibujando movimientos muy duros y t¨¦cnicos)¡±, arranca. ¡°La cuerda es mi punto fuerte, pero al no trabajar el bloque en los Juegos tuve un resultado muy mediocre, pero la estrategia acab¨® siendo perfecta porque hice un buen papel en velocidad. Por eso cuando llegu¨¦ este a?o a la primera competici¨®n de bloque tras los Juegos, fue un desastre y muchos medios ya me dieron por descartado para los de 2024. Despu¨¦s empec¨¦ a entrenar bloque y he mejorado, con puestos entre los 12 primeros y para el a?o que viene quiero entrar en alguna final de Copa del Mundo. No era tan malo, en juveniles fui campe¨®n de Europa de bloque¡±, advierte.
En los Juegos de Par¨ªs, habr¨¢ dos disciplinas de escalada separadas: velocidad, por un lado, y combinada de bloque y cuerda por otro. Sobre esta ¨²ltima, dice: ¡°Es muy aleatorio: si en cinco minutos no entiendes el problema a resolver, te hundes. Uno puede ganar una ronda de la Copa del Mundo y no entrar en semifinales en la siguiente prueba. Siempre hay sorpresas. Esta temporada ha sido agridulce. Me lesion¨¦ y tuve que parar dos meses. Llegu¨¦ al campeonato de Europa muy, muy justo, perdi¨¦ndome tres Copas del Mundo de bloque y cuatro de cuerda. Me pas¨¦ el mes antes del Europeo recorriendo roc¨®dromos europeos y sin tener claro si me iba a estrellar o no en M¨²nich. Llevaba un a?o sin competir con cuerda. Pero al final qued¨¦ tercero en la combinada, la modalidad de los pr¨®ximos Juegos, as¨ª que parece un resultado esperanzador. Adem¨¢s, este ha sido el primer a?o en el que compet¨ªa en la categor¨ªa absoluta plenamente¡±, se?ala.
Con todo, se espera una enorme batalla para alcanzar la clasificaci¨®n. El nivel es tan elevado que no ser¨ªa de extra?ar que se diesen sorpresas que dejasen fuera de la cita ol¨ªmpica a alg¨²n favorito. ¡°Si pienso en Par¨ªs, lo que m¨¢s me preocupa es clasificarme: solo hay 20 plazas pero hay muchos que pueden optar a entrar. Falta un a?o hasta agosto de 2023, cuando se dar¨¢ la clasificatoria, y de momento intento no pensar en ello para no obsesionarme. Prefiero ir paso a paso, pero s¨¦ que no hay nada que hacer para no estar nervioso, aunque intento convertir esa presi¨®n en algo bueno¡±. Al respecto, le sobra experiencia.
Escalar se ha convertido en una tendencia en Espa?a. Por ejemplo, solo en el ¨¢rea de Bilbao se est¨¢n construyendo cuatro nuevos roc¨®dromos: ¡°Soy consciente de que en parte, gracias a m¨ª, la escalada que ven¨ªa creciendo en todo el planeta, ha pegado un estir¨®n en Espa?a y en parte es por mi medalla. Es como lo que pas¨® en su d¨ªa con Fernando Alonso o m¨¢s recientemente con Carolina Mar¨ªn: si tienes un referente de tu pa¨ªs todo se acelera. Mi llegada ha sido en el momento perfecto. Hay padres que se aficionaron viendo los Juegos y ahora me dicen que han involucrado a sus hijos y escalan juntos, que es lo que mi padre hizo conmigo desde bien peque?o. Y para m¨ª es un orgullo saber que he podido influir en esta din¨¢mica¡±, confiesa.
Al margen del psic¨®logo Josep Font, los tres grandes puntos de apoyo de Alberto son su padre, su agente y su entrenador, David Maci¨¤, uno que est¨¢ convencido de que el margen de mejora de su pupilo es a¨²n enorme. ¡°Maci¨¤ me dice que con un roc¨®dromo adecuado voy a crecer mucho. Casi me da miedo imaginar las palizas que me esperan (r¨ªe). Luego a lo mejor no mejoro, pero es estimulante tener nuevas herramientas de trabajo. David me dice que solo hemos usado el 60% de los recursos de entrenamiento que tiene¡±. Si la motivaci¨®n de Gin¨¦s sigue intacta, es consciente de que esta fluct¨²a mucho entre los escaladores de ¨¦lite: ¡°Si deja de motivarme la escalada lo dejar¨¦ aunque sea mi trabajo, eso lo tengo claro. Creo que es posible seguir compitiendo rebasada la treintena. El ejemplo es el austriaco Jacob Schubert, con el que he entrenado mucho este a?o, tiene 31 a?os y es el m¨¢s motivado, sigue ense?ando cosas a los j¨®venes y sigue ganando. Todo depende de c¨®mo gestiones tu relaci¨®n con la escalada¡±.
El oro ha estabilizado su econom¨ªa: ¡°Ahora puedo vivir solo de la escalada. Pero creo que el oro ol¨ªmpico y el bum de la escalada van a abrir las puertas a otros escaladores para que puedan profesionalizarse. En Estados Unidos, un escalador de ¨¦lite pide una cantidad y si no se la dan la busca hasta que se la dan. En Espa?a las marcas te daban algo de material y gracias, quiz¨¢ porque el escalador no ped¨ªa una contraprestaci¨®n econ¨®mica. Esto ten¨ªa que cambiar, alcanzar un justo medio y ahora puede haber llegado el momento. En Espa?a hay escaladores de ¨¦lite que trabajan, adem¨¢s, ocho horas diarias. No s¨¦ c¨®mo lo hacen: se merecen poder vivir de la escalada¡±, defiende.
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