Heliesqu¨ª en el Valle de Ar¨¢n: llegar al para¨ªso en helic¨®ptero y esquiar
Aficionados a la nieve llegan a pagar 60.000 euros por subir a los picos en helic¨®ptero y desde all¨ª hacer descensos de esqu¨ª sobre nieve virgen
Es una fuga, una deserci¨®n, una evasi¨®n. Dura unos minutos, pero es tan real y genuina como absorbente. Desaparecen todos los nubarrones mentales, las guerras del planeta, las preocupaciones de lo cotidiano, los graves problemas sociales, el cambio clim¨¢tico, la estupidez gregaria de las redes sociales... Y todo se simplifica hasta alcanzar una idea b¨¢sica de felicidad. Todo parece tan leve y ligero como la nieve polvo sobre la que flotan sin esfuerzo las tablas de esquiar.
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Es una fuga, una deserci¨®n, una evasi¨®n. Dura unos minutos, pero es tan real y genuina como absorbente. Desaparecen todos los nubarrones mentales, las guerras del planeta, las preocupaciones de lo cotidiano, los graves problemas sociales, el cambio clim¨¢tico, la estupidez gregaria de las redes sociales... Y todo se simplifica hasta alcanzar una idea b¨¢sica de felicidad. Todo parece tan leve y ligero como la nieve polvo sobre la que flotan sin esfuerzo las tablas de esquiar.
Dicen que esquiar sobre nieve polvo procura tanto placer como el mayor de los placeres que quepa imaginar, como si existiese una conexi¨®n directa entre los cristales de nieve sin cohesi¨®n y las hormonas de nuestro cerebro que producen la qu¨ªmica de la felicidad. La sensaci¨®n no es la de esquiar, sino la de flotar. La levedad. Y parece una locura. Incluso genera un problema ¨¦tico. Cierta culpa. Los amantes de la alta monta?a est¨¢n acostumbrados a estar en lugares aislados, sitios de monta?a de una belleza conmovedora donde no ver un alma durante horas es moneda frecuente. Pero no es habitual hacerlo sin esfuerzo, sin que medien horas de caminata o de escalada. Llegar al para¨ªso en helic¨®ptero era una opci¨®n que parec¨ªa esnob, artificial, superflua, tramposa, prohibitivamente cara¡ ya no.
Sergi Gasa es el responsable de la empresa Pyrenees Heliski y reconoce que entre enero y semana santa pierde pelo. El estr¨¦s de su negocio le consume: no solo tiene que satisfacer las altas expectativas de los clientes que han contratado su servicio de heliesqu¨ª en el Valle de Ar¨¢n, sino minimizar dos grandes riesgos como son el peligro de aludes y el propio vuelo constante del aparato. Su temporada de trabajo empieza a mediados de enero y acaba tras semana santa, salvo que haya una nevada excepcional que permita estirar la oferta. Lleva desde 2008 soltando un bufido de alivio cuando despide al ¨²ltimo cliente: nunca ninguno de ellos, tampoco sus trabajadores, han sido sepultados por un alud; adem¨¢s, el n¨²mero de accidentes (lesiones por ca¨ªdas) es ¨ªnfimo. Pero existe un exhaustivo y concienzudo trabajo inicial y cotidiano que explica que este negocio tan exclusivo e infrecuente en Europa mantenga su impulso.
¡°El cuidado de la seguridad empez¨® el d¨ªa que realizamos un estudio para conocer la viabilidad del terreno que existe en el Valle de Ar¨¢n para ofrecer de tres a cinco d¨ªas de heliesqu¨ª seguidos. Arroj¨® un resultado positivo y nos pusimos a trabajar. La configuraci¨®n del Valle de Ar¨¢n tambi¨¦n es propicia porque observa un valle principal con muchos valles perpendiculares que albergan todas las orientaciones. Estando en el lado norte del pirineo tenemos mucha nieve y de calidad y el terreno tiene caracter¨ªsticas para hacer heliesqu¨ª seguro. As¨ª, tenemos un total de unas 250 bajadas diferentes de 500 metros de desnivel de media y con inclinaciones de menos de 30 grados en un espacio de unos 400 kil¨®metros cuadrados, lo que de por s¨ª garantiza una enorme seguridad respecto al gran problema de los aludes. Un problema al que nos enfrentamos a diario¡±, explica Sergi.
Cada minuto de vuelo cuesta 51 euros
Un niv¨®logo trabaja d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n realizando estudios y tests sobre el terreno y dispone de un programa inform¨¢tico, llamado Powder Management, que existe en todas las bases de heliesqu¨ª del planeta y que permite escoger las bajadas m¨¢s seguras cada d¨ªa. ¡°Y sobre el terreno, con los clientes, tenemos un gu¨ªa l¨ªder que toma las ¨²ltimas decisiones que sirvan para su grupo y para los grupos que vienen detr¨¢s. Y todo esto tiene que ser compatible con la duraci¨®n de los vuelos para que sea rentable¡±, resume Sergi.
A las nueve de la ma?ana, en el helipuerto donde la empresa tiene sus instalaciones, casi en el centro de Vielha, la jornada arranca para los 16 clientes y cuatro gu¨ªas con una hora de explicaciones de seguridad: c¨®mo subir y bajar del helic¨®ptero, c¨®mo usar la mochila ABS (dispone de un tirador que una vez accionado infla una estructura tipo airbag que sale de la mochila y evita que el alud te sepulte), c¨®mo usar el Detector de V¨ªctimas de Avalancha, c¨®mo seguir al gu¨ªa en cada bajada... El aparato acoge al piloto, al gu¨ªa y a cuatro clientes y gestiona todas las recogidas y dep¨®sitos. Desde la base hasta el primer aterrizaje de la jornada, el tiempo de vuelo es de siete minutos. Despu¨¦s, apenas transcurren dos minutos entre la recogida y el dep¨®sito, lo que permite encadenar descensos a una velocidad de v¨¦rtigo. Cada minuto de vuelo cuesta 51 euros. Los clientes que han pagado 1.200 euros para disfrutar de un d¨ªa completo tienen derecho a realizar seis descensos. Si despu¨¦s desean hacer alguna bajada extra, cada vuelo les costar¨¢ 110 euros por cabeza.
¡°El heliesqu¨ª no es elitista¡±, indica. Pero para hacer un d¨ªa de iniciaci¨®n (tres descensos) hacen falta, al menos 500 euros. ¡°No es preciso ser rico, todo el mundo con un trabajo se puede permitir el capricho. Es m¨¢s caro tener un iphone que probar el heliesqu¨ª. Es una experiencia ¨²nica e inolvidable. No vendemos nieve polvo, porque no siempre se puede garantizar, pero s¨ª vendemos ilusi¨®n¡±, ilustra Sergi.
El B3+ es el modelo de helic¨®ptero indispensable para estos trabajos: ¡°Es el Ferrari de los helic¨®pteros, y es el indicado para moverse en terreno hostil, es decir donde no hay helipuerto o aeropuerto. Solo hay tres as¨ª en Espa?a, y tres pilotos que puedan manejarlos en todo el pa¨ªs¡±. Sorprende la pericia de los pilotos y la capacidad de maniobrar que ofrece el aparato: aterriza en un cuadrado de tres metros de ancho y viaja a una velocidad que quita el hipo. ¡°Tenemos un contrato de casi tres meses que nos da un aparato y dos pilotos y un segundo aparato de emergencia por si el principal se aver¨ªa y tenemos que recoger a gente en la monta?a. Pagamos un forfait de 150.000 euros por tres meses, es decir unos 1.000 euros por d¨ªa, vuele o no vuele¡±, aclara Sergi.
El perfil del p¨²blico es heterog¨¦neo, pero conviven esquiadores de monta?a con esquiadores alpinos cl¨¢sicos. Existe un tercer tipo de cliente: millonarios y multimillonarios, algunos posicionados entre los 20 primeros en la lista Forbes. ¡°Estos ¨²ltimos buscan exclusividad. Cerca de las principales capitales europeas solo nosotros ofrecemos algo as¨ª. Estos clientes acceden casi siempre al programa privado y tienen el helic¨®ptero solo para ellos. Y aqu¨ª el servicio es otro: los recogemos en el aeropuerto, les explicamos las condiciones de la monta?a, preguntamos por sus referencias culinarias, les reservamos los restaurantes, les llevamos a los mejores hoteles del valle. El cliente que bloquea para s¨ª mismo el helic¨®ptero ha de pagarlo porque es como si uno va al cine y quiere ser el ¨²nico espectador: paga la suya y todas las entradas del aforo. Pueden llegar a pagar entre 30.000 y 60.000 euros por un m¨¢ximo de cinco d¨ªas de esqu¨ª¡±, ilustra.
Estudio de impacto ambiental
Con todo, el heliesqu¨ª est¨¢ prohibido en la inmensa mayor¨ªa de las zonas de monta?a europeas, y el propio Valle de Ar¨¢n observa una zona perif¨¦rica a la que no se traslada el helic¨®ptero. ¡°Donde no hay parques nacionales o naturales, son zonas que al valle le interesa explotar a trav¨¦s de la caza, del turismo de las bicis, del senderismo, o del heliesqu¨ª y m¨¢s sabiendo que todo lo que rodea a este enclave ha prohibido muchas de estas actividades (el Pirineo Franc¨¦s, el Parque Nacional Posets-Maladeta, el Parque Natural del alto Pirineo y el Parque Nacional de Aiguestortes). En este sentido, el Valle de Ar¨¢n es una isla. Hay un estudio de impacto ambiental realizado por el Consejo General del Valle de Ar¨¢n que toma los datos de emisiones del helic¨®ptero y en base a ¨¦l no podemos acceder a ciertos lugares, de bosque sobre todo, para no invadir el h¨¢bitat del urogallo o de la perdiz blanca. Sin estudio de impacto ambiental y sin el permiso de todos los propietarios de terrenos y los ayuntamientos del valle no podr¨ªamos hacer la actividad y tener el permiso de aviaci¨®n civil¡±, se?ala Sergi.
Con todo, Ecologistes en Acci¨® considera que ¡°el sector tur¨ªstico de los Pirineos se tiene que reconvertir para ser respetuoso con el territorio, las personas, la biodiversidad y el clima. Cualquier proyecto que promueva una actividad de lujo consumidora de combustibles f¨®siles est¨¢ dando la espalda a la crisis clim¨¢tica y ecol¨®gica¡±. Frente a esta realidad, Albert Marqu¨¦s, consejero general del Consejo del Valle de Ar¨¢n y alcalde de Boss¨°st, recuerda que la ¡°econom¨ªa del valle depende en un 90% del sector servicios, del turismo ligado a la nieve. Vivimos en un lugar que da la espalda a las grandes capitales. Toulouse es la ciudad de referencia m¨¢s cercana, y sin los ingresos por turismo aqu¨ª no quedar¨ªa nada¡±, recuerda. A su juicio, se siguen dando todos los pasos necesarios para alcanzar un equilibrio entre negocio y respeto medioambiental.
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