El escultor que se escond¨ªa tras un aguerrido defensa
Carlos Purroy jug¨® m¨¢s de un centenar de partidos en LaLiga Santander en los ochenta mientras estudiaba Artes Aplicadas. Algo nada com¨²n. Se enfrent¨® a hist¨®ricos como el argentino Diego Armando Maradona. Su entrenador en el Athletic Club le dec¨ªa que nunca hab¨ªa conocido a un ¡°futbolista artista¡±. Una de sus obras m¨¢s gigantescas es un homenaje a la afici¨®n de su ciudad natal, Pamplona
Carlos Purroy fue un defensa central singular. Disput¨® en los ochenta 119 partidos en LaLiga Santander en el Athletic Club y el CA Osasuna. Jugar en el norte en aquella ¨¦poca garantizaba acabar los partidos embarrado hasta las cejas. Hab¨ªa que ser ¡°bravo porque nos enfrent¨¢bamos a gente a¨²n m¨¢s brava¡±, recuerda ahora. Lo que sus rivales no sab¨ªan es que ese corajudo defensor era un escultor en ciernes que compaginaba su carrera deportiva con una formaci¨®n art¨ªstica que cada vez le iba ocupando m¨¢s tiempo. Hasta que a los 32 a?os cambi¨® las botas por el cincel y el martillo. Hoy, una obra suya, una escultura de acero de seis toneladas, un brazo que sujeta el escudo del club, se levanta a las puertas de El Sadar. La llam¨® Sentimiento y es la forma en la que un futbolista-escultor da las gracias a la afici¨®n que le apoy¨®.
¡°Vengo de una familia de 11 hermanos y todos tenemos una vena art¨ªstica¡±, relata Purroy, que era el segundo. Cuando se recuerda de ni?o se ve siempre dibujando. A los diez a?os, el f¨²tbol entr¨® en su vida. Empez¨® a jugar en el CD Pamplona, el club del colegio de los jesuitas de la ciudad donde naci¨® hace 65 a?os. Un equipo ¡°hist¨®rico¡± de Navarra que el escultor define como ¡°muy humano, muy de cantera¡±. En 1975, con 18 a?os, disput¨® con ellos la final del campeonato de Espa?a de juveniles. Les elimin¨® el Athletic, pero aquella derrota se convirti¨® en su entrada en el f¨²tbol grande. Los t¨¦cnicos rojiblancos se hab¨ªan fijado en ¨¦l.
En su fichaje tuvieron mucho que ver dos leyendas bilba¨ªnas. La primera, I?aki S¨¢ez, t¨¦cnico en aquella ¨¦poca del Bilbao Athletic, el filial del primer equipo. ¡°Qui¨¦n iba a decirme que cuando me llam¨® el ojeador y fui a Navarra a verte iba a fichar al ¨²nico futbolista-artista que he conocido en todos mis a?os en el f¨²tbol¡±, escribi¨® S¨¢ez en una carta dedicada a Purroy y que el escultor incluy¨® en su libro Del cuero al hierro, una biograf¨ªa en la que repasa sus dos trayectorias: la deportiva y la escult¨®rica. El segundo fue Agust¨ªn Piru Ga¨ªnza, el s¨¦ptimo jugador que m¨¢s partidos ha vestido la camiseta rojiblanca y que entonces era el director deportivo del club. Purroy se incorpor¨® a las filas del segundo equipo del Athletic. Este ser¨ªa un paso trascendental en su carrera art¨ªstica.
Ga¨ªnza reforz¨® la doble faceta del joven Purroy. ¡°Me dijo: ¡®Oye, navarro, recuerda que siempre existe una vida m¨¢s all¨¢ del f¨²tbol¡¯. Aquello se me qued¨® grabado¡±, rememora. Y le hizo caso. Al tiempo que se iba forjando como un aguerrido defensa, de los que no reh¨²san el cuerpo a cuerpo con los delanteros rivales, Purroy estudi¨® Artes Aplicadas y Dise?o en la escuela IADE. ¡°El club me ayud¨® much¨ªsimo. En aquella ¨¦poca no ¨¦ramos muchos los que estudi¨¢bamos, pero a los que s¨ª lo hac¨ªamos nos apoyaban en lo econ¨®mico y en lo moral¡±, afirma el escultor. ¡°Al Athletic siempre les ha interesado los jugadores que hac¨ªan alguna carrera¡±.
En 1982, Purroy volvi¨® a Pamplona para firmar cuatro a?os por Osasuna. Cumpli¨® al completo su contrato. La experiencia dej¨® una profunda impronta en su personalidad. ¡°Es una de las mejores aficiones que he visto. Hab¨ªa veces que parec¨ªa que no te cansabas de correr de la manera en que animaban¡±. Como muestra de agradecimiento, en 2020, tres d¨¦cadas despu¨¦s de abandonar la disciplina rojilla, propuso a la directiva hacer una estatua en conmemoraci¨®n de su centenario. ¡°Esa gran afici¨®n se merec¨ªa que se hiciera un homenaje a todas las personas que han estado apoyando al club. Para que un club dure 100 a?os hay que trabajar mucho¡±, afirma. La obra, bautizada como Sentimiento, representa al escudo del equipo sobre un brazo humano que representa a los hinchas, con el fin de elevar el estandarte ¡°a lo m¨¢s alto posible¡±.
Purroy lleg¨® al Athletic Club en 1980, a un vestuario plagado de jugadores hist¨®ricos. Goikoetxea, Sarabia, Villar o Luis de la Fuente fueron algunos de sus compa?eros. En la imagen, en un partido contra el Real Madrid en el estadio Santiago Bernab¨¦u en su primera temporada.
Tras dos a?os en Bilbao, lleg¨® al CA Osasuna. Aqu¨ª, el navarro lleg¨® a enfrentarse a leyendas como Diego Armando Maradona. En la imagen, en el partido en el Spotify Camp Nou, uno de esos estadios ¡°en los que te sent¨ªas como una hormiguita¡±.
Form¨® parte de un CA Osasuna hist¨®rico. En la temporada 1984/85, el club consigui¨® su primera clasificaci¨®n para un torneo europeo. Era la segunda campa?a de Purroy en el conjunto rojillo y ya se hab¨ªa hecho con un puesto de titular.
Purroy recuerda una an¨¦cdota que define el f¨²tbol de aquella ¨¦poca. ¡°Tuve un enfrentamiento muy bonito contra un delantero del que no recuerdo el nombre pero que era muy fuerte. Le hice un marcaje ¡®de la pera¡¯ pero no tuvimos ning¨²n insulto. Al final del partido se me acerc¨® y me vino a felicitar¡±.
En 1986 abandon¨® CA Osasuna para firmar por el CD Logro?¨¦s, que entonces estaba en LaLiga SmartBank. En su primer a?o como riojano, Purroy consigui¨® el ascenso de categor¨ªa. En la imagen, en su ¨²ltima temporada como rojillo junto al b¨¦tico Rafael Gordillo. ¡°Me encantar¨ªa poder enviarle esta foto para recordar el marcaje que le hice aquel partido¡±.
Todos sus a?os como futbolista de primer nivel son ahora su gran inspiraci¨®n. ¡°Aprend¨ª a improvisar cuando las cosas van mal. El f¨²tbol te ense?a que, si no se puede ir por un lado, habr¨¢ que intentarlo por otro¡±. Muchos momentos de su carrera deportiva los ha convertido en obras de hierro y madera, los materiales con los que suele trabajar. El artista define su estilo como una mezcla entre la abstracci¨®n, la figuraci¨®n y ciertos tonos de realismo. Sus referentes var¨ªan desde escultores vascos como N¨¦stor Basterretxea hasta el arquitecto catal¨¢n Antoni Gaud¨ª. ¡°Me llen¨® de emoci¨®n con sus curvas y su g¨®tico, digamos, reformado¡±, explica. Purroy bebe tambi¨¦n de otras fuentes de inspiraci¨®n. Por ejemplo, la naturaleza, ¡°un tema fabuloso¡±, o los propios seres humanos. ¡°Me gustan las reacciones y sensaciones cotidianas. Sobre todo, el mundo de las manos, que creo son la mejor llave inglesa que tenemos las personas¡±.
Aunque peculiar, su caso no es ¨²nico en la historia del f¨²tbol espa?ol. Hubo otro jugador que termin¨® siendo artista, Eduardo Chillida. Este donostiarra, fallecido en 2002, lleg¨® a defender la porter¨ªa de la Real Sociedad entre 1942 y 1943. ¡°Fue un grand¨ªsimo escultor¡±, afirma Purroy. ¡°Lo que pasa es que al poco de empezar su carrera deportiva se fastidi¨® la rodilla¡±. Eso oblig¨® a Chillida a una retirada antes de tiempo. ¡°Imagino que a ¨¦l le hubiera gustado seguir como futbolista. Yo pude hacer mi carrera hasta los 32 a?os y termin¨® por convertirse en mi mayor inspiraci¨®n¡±.
Con la dedicaci¨®n que le caracteriz¨® como futbolista, Purroy sigue trabajando en nuevas obras a sus 65 a?os. La inspiraci¨®n le sigue viniendo de los sentimientos que dej¨® el f¨²tbol en su vida. ¡°Tristeza, cabreo, alegr¨ªa¡ Ese compendio de cosas se me qued¨® metido en una especie de bola. Cuando dej¨¦ el f¨²tbol, abr¨ª esa bola y fui sacando poco a poco los recuerdos. Es lo que me inspira¡±.
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