El ni?o que le arrebat¨® un bal¨®n a Cristiano Ronaldo
Borja G¨®mez-Montejano: ¡°Sal¨ª en muchos peri¨®dicos y televisiones, pero no fui consciente de tener enfrente al que en su d¨ªa fue el fichaje m¨¢s caro de la historia del f¨²tbol¡±
La imagen sali¨® en muchos peri¨®dicos y televisiones. Yo ten¨ªa 5 a?os y en mi cara, si os fij¨¢is, se intuye que no era consciente de la dimensi¨®n de todo aquello. Ahora, si lo pienso, lo que viv¨ª fue una verdadera locura. ?El mism¨ªsimo Cristiano Ronaldo me entreg¨® el primer bal¨®n que toc¨® vestido de blanco en el Santiago Bernab¨¦u frente a cerca de 90.000 personas!
Que tuviera el privilegio de recibir ese regalo, all¨¢ por el 2009, tiene una explicaci¨®n. Mi abuelo Luis G¨®mez-Montejano, fallecido en 2017, estuvo en la directiva de Florentino P¨¦rez en sus dos etapas como m¨¢ximo dirigente del Real Madrid, la primera, entre 2000 y 2006, y la actual, que comenz¨® en 2009. Incluso fue presidente interino, despu¨¦s de la renuncia de P¨¦rez en 2006, durante unos meses. En la presentaci¨®n de CR7 estaba en una zona privilegiada, sentado en el c¨¦sped y muy cerca de la tarima donde el portugu¨¦s enton¨® su ya famoso ¡°?Hala Madrid!¡± ante un estadio enloquecido.
Ese d¨ªa fui al campo con mi hermano y mi padre. Este me anticip¨® que, si sub¨ªa al escenario, estaba seguro de que Cristiano me regalar¨ªa la pelota con la que dio sus primeros toques en el Bernab¨¦u. Creo que lo coment¨® medio en broma, pero yo me fui a por el bal¨®n sin pens¨¢rmelo dos veces. Recuerdo que lo agarr¨¦ y fui a darme media vuelta. Siendo tan peque?o, ?c¨®mo iba a saber yo que ten¨ªa delante de las narices al que entonces era el fichaje m¨¢s caro de la historia?
R¨¢pidamente una azafata me cogi¨® de la mano para que saludara al futbolista. Ese instante se me ha quedado grabado para siempre: su cara a unos cent¨ªmetros de distancia y su voz pregunt¨¢ndome c¨®mo me llamaba. Del resto, el gent¨ªo en las gradas o la reacci¨®n de mi familia, no recuerdo nada.
Muchos aficionados vivimos en una especie de amnesia porque no logramos acordarnos del momento en que empezamos a amar a un equipo. A m¨ª me hicieron socio el 22 de abril de 2004, el d¨ªa que nac¨ª. Luego empec¨¦ a ser un asiduo al Bernab¨¦u, a viajar a muchas finales... No recuerdo un trozo de mi vida que no est¨¦ impregnado de blanco. Eso s¨ª, ahora que ya soy mayor de edad y he empezado en la universidad, soy capaz de dar el valor que merece a ese bal¨®n adornado de escudos del Real Madrid que a¨²n reposa en las estanter¨ªas de mi habitaci¨®n en Boadilla del Monte (Madrid). El primer bal¨®n del que luego ser¨ªa mi gran ¨ªdolo y mi gran tesoro como madridista.
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